miércoles, 23 de enero de 2013

Polemica de la Capilla de la Universidad madrileña

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Por el Rvdo. Sr. D. Ricardo Latorre Cañizares
 
Signos visibles del permanente acoso laicista contra la capilla

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José Carrillo (hijo del famoso y recientemente fallecido perseguidor de la Iglesia, Santiago Carrillo) recibió en sólo cinco días miles de solicitudes en las que se le pedía que “respete el derecho fundamental a la libertad religiosa”, “deje de acosar a los católicos con decisiones intolerantes, cumpla el acuerdo con el Arzobispado de Madrid y desista del cierre de los oratorios que han servido a la comunidad de la Universidad Complutense a lo largo de su historia”.
Desde el Rectorado de dicha Universidad se ha intentado esparcir la idea de que no se pretende el cierre de las capillas, sino una simple revisión del acuerdo con el arzobispado. Sin embargo, el enviado de Carrillo para esta reunión –el profesor Luis Enrique Otero Carvajal– ya “trató de eliminar la capilla situada en esta facultad y ofrecer un espacio de apenas 20 metros cuadrados escondido en un pequeño pasillo de la facultad”, según testimonio de Miguel Vidal, el portavoz de la Asociación Más Libres, empeñada en defender la libertad religiosa en nuestro país. Otero Carvajal es un significado activista de la izquierda totalitaria en la Universidad y el más acérrimo promotor de la intolerancia laicista a los católicos de la Complutense.
MásLibres ha manifestado, al respecto de la anunciada reunión entre los representantes del Arzobispado de Madrid y los de la UCM, su deseo de que “no quede en un mero intercambio de pareceres, sino que se salvaguarde el derecho a la libertad religiosa, de conciencia y de culto de los estudiantes y de todo el personal de la Universidad Complutense de Madrid”.
Miguel Vidal ha advertido a las autoridades de la UCM que “cuanto más hostigue a los cristianos, más resistencia encontrará”.
¿No tiene mejores cosas de las que ocuparse el nuevo rector de la Complutense? Al parecer sí... Y debería hacerlo, en lugar de utilizar el cargo para asuntos personales, la plaga de nuestros días.

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