Hoy, martes 9 de enero, la Iglesia de Oviedo celebra en su santoral las memoria de San Eulogio y Santa Lucrecia.
San Eulogio fue un clérigo mozárabe del siglo IX. Nacido en Córdoba, su vida fue una inquebrantable adhesión a la fe. Como no soportaba la tibieza de los cristianos, se propuso defender la fe en Cristo contrastando abiertamente Mahoma y el Corán.
Tras varias intentos fallidos, Eulogio inició un largo viaje por el Norte de España con aquellos que estaban libres del poder del Islam. Su pasión cristiana le llevaba al pensamiento de "morir por la fe" con el objetivo de conseguir que se creyera en la libertad religiosa como sucedió en Roma.
Por orden de Abderramán II fue preso y tras unos años salió de prisión en el año 851. Allí escribió su primer Memorial sobre los Mártires. Fue entonces nombrado obispo de Toledo.
En 859 fue detenido de nuevo por haber ayudado a ocultarse a una joven, Santa Lucrecia, hija de padres musulmanes que había sido convertida. Lucrecia y Eulogio fueron llevados ante el juez. Muhammad I intentó perdonarle la vida, pero su defensa del cristianismo le llevó a morir decapitado. "Será mejor que me condenes a muerte. Soy adorador de Cristo, hijo de Dios e hijo de María, y para mí vuestro profeta es un impostor", espetó Eulogio al emir durante el juicio. Su martirio se consumó el 11 de marzo de 859. Sus restos se sitúan en la Catedral de Oviedo desde el año 884.
No hay comentarios:
Publicar un comentario