Vista de los montes Sabinos a espaldas del Convento. El día de Navidad, el Poverello rezaba así con sus hermanos: «Éste es el día que hizo el Señor, exultemos y alegrémonos en él. Porque el santísimo Niño amado nos ha sido dado, y nació por nosotros de camino y fue puesto en un pesebre, porque no había lugar en la posada» (Oficio de la Pasión XV, 6-7).
Templo conventual de la Inmaculada construido en 1960 sobre el lugar que ocupaba el templo anterior de comienzos del siglo XX de pésimo gusto y escasa calidad así como valor artístico
Campanario Espadaña. Todo el templo nuevo fue diseñada por el arquitecto Carpiceci
San Francisco adorando el misterio de la Natividad del Señor
San Francisco pidiendo a los lobos que no fueran por Greccio
Fray León, Fray Ángel y Fray Rufino
Presbiterio de la iglesia nueva presidido por el relieve en cerámica de la Inmaculada
Los vitrales fueron colocados entre 1988 y 1989
Arriba los tres compañeros de Greccio: Ángel, Rufino y León
En la luneta el pesebre de Belén
Estos vitrales son obra de Fray Alberto Farina O.F.M.
En esta imagen el perdón de Asís; a sus lados están las figuras de Juan Velita y Jacoba de Settesoli
Abajo en la luneta el pesebre de Greccio
Aquí San Buenaventura, Santa Clara y el beato Juan de Parma
Cuadro tallado en madera, que representa con gran realismo una escena de san Francisco sirviendo a los leprosos, es obra del español J. Campanya (1926).
Confesionarios en la roca de la montaña
Relieve de la Celebración de la navidad en Greccio de Venturini
Pesebre de madera de Lorenzo Ferri con las escenas evangélicas relacionadas con la Navidad: los pastores, los magos, la muerte de los inocentes y la huida a Egipto
Mosaico que representa a san Antonio y el milagro de la Eucaristía, ejecutado por L. Ferri en 1965.
Acceso al atrio del templo nuevo. En la puerta un relieve de la Anunciación
Claustro conventual
Belén de barro junto a la entrada del templo nuevo.
«Ved que diariamente se humilla, como cuando desde el trono real vino al útero de la Virgen; diariamente viene a nosotros él mismo apareciendo humilde; diariamente desciende del seno del Padre sobre el altar en las manos del sacerdote» (Admoniciones 1, 16-18).
Placa a Fray Odorico Casciani da S. Giovanni Reatino. Guardián del Convento de Greccio que impulsó la construcción del nuevo templo de la Inmaculada
Tondo o cuadro circular junto a la entrada de la Sacristía
Sacristía de la iglesia nueva de Greccio
Restos de un fresco exterior prácticamente perdido
Francisco padece varios tormentos a consecuencia de una almohada de plumas.
Su penitencia en la forma de dormir (2 Cel 64; LM 5,2; LP 119; EP 98).
MUSEO DE BELENES
La celebración de la Navidad que Francisco hizo en Greccio no puede tomarse como un simple episodio de su vida y, menos aún, como el resultado de un trivial sentimentalismo. Tuvo lugar después de una fuerte tribulación interior de más de tres años, que lo llevó a padecer humillaciones y a percatarse de sus limitaciones. Esta experiencia de vida le hizo comprender mejor la Encarnación de Jesucristo.
El pesebre de Greccio se enmarca dentro de la piedad cristológica de Francisco, en la cual «la humildad de la encarnación y la caridad de la pasión» (1 Cel 84) constituyen el tema primordial.
''Con san Francisco y su belén se ponían de relieve el amor inerme de Dios, su humildad y su benignidad, que en la Encarnación del Verbo se manifiesta a los hombres para enseñar un modo nuevo de vivir y de amar” (Audiencia general del 23 de diciembre de 2009: Benedicto XVI)
fraternidad y la reconciliación con la creación
Luego predica al pueblo que asiste, y tanto al hablar del nacimiento del Rey pobre como de la pequeña ciudad de Belén dice palabras que vierten miel” (1ª Celano, 84-86).
El misterio del anonadamiento de Cristo que por amor asumió nuestra pequeñez y nuestra pobreza, lo llevaron a escoger el camino de la pobreza entre los humildes de este mundo.
Esta opción de Francisco nos invita a revisar las motivaciones cristológicas de nuestra vocación y, sobre todo, las consecuencias concretas de la misma. Francisco conoció y vivió a Jesucristo; nosotros no podemos quedarnos en el conocimiento de Jesucristo.
La forma como Francisco celebró la Navidad en Greccio manifiesta su capacidad de hacerse cercano a la gente, empleando sus signos y su lenguaje. Es una muestra de la creatividad de Francisco para integrar la religiosidad popular en la liturgia oficial. Los mejores momentos de la historia del franciscanismo se han caracterizado por esta capacidad de cercanía al pueblo.
''Gritad de gozo a Dios, nuestra ayuda; aclamad al Señor Dios vivo y verdadero con gritos de júbilo. Porque el Señor es excelso, terrible, Rey grande sobre toda la tierra. Porque el santísimo Padre del cielo, Rey nuestro antes de los siglos, envió a su amado Hijo de lo alto, y nació de la bienaventurada Virgen santa María''. (Salmo Navideño de san Francisco, OfP 15)
Celebrar el centenario de la Navidad de Greccio como Familia Franciscana, es una invitación a detenerse ante el misterio de la Encarnación para contemplar la grandeza del amor divino por la humanidad. El Hijo de Dios se hace también Hijo del hombre, se hace uno de nosotros, nuestro hermano (cf. Carta a los fieles, 2ª redacción 56).
En las primeras visitas del Santo a Greccio moraba en la altura del monte san Francisco (como se llamó después), en el sitio donde hoy se observa una pequeña capilla construida en el año 1792. De allí descendía con frecuencia a predicar al pueblo. Fotografía de la capilla en 1930
PUEBLO DE GRECCIO
Hay que tener en cuenta dos coordenadas históricas, relacionadas entre ellas, a saber: la fuerte influencia albigense en esa época con su particular énfasis negativo sobre la materia y la corporeidad, y las decisiones del Concilio Lateranense IV (1215), que condenaban la herejía cátara y utilizaban por primera vez el término transubstanciación para indicar el cambio sustancial del pan y el vino con la consagración.
Greccio es una localidad con un gran amor a San Francisco, pues son conscientes de que si no hubiera pasado por allí y no hubiera elegido su humilde pueblo para celebrar la navidad hoy no saldrían en el mapa. Greccio está hermanada con la ciudad de Belén, los dos lugares del mundo donde siempre es navidad. "Hombres y mujeres de la comarca, rebosando de gozo, prepararon, según sus posibilidades, cirios y teas para iluminar aquella noche" (Vida primera I, 85).
"Si quieres que celebremos en Greccio esta fiesta del Señor, date prisa en ir allá y prepara prontamente lo que te voy a indicar. Deseo celebrar la memoria del niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pesebre y cómo fue colocado sobre heno entre el buey y el asno" (Vida primera, I, 84).
Bar restaurante para el turismo en las proximidades del Santuario
Estatua que recuerda el viaje apostólico de San Juan Pablo II a
Greccio y la diócesis de Rieti en 1983
Fachada de una casa de Greccio
Encuentro de San Francisco con San Felipe
Crucifijo junto a la iglesia parroquial
Recuerdo a la invitación del noble Giovanni Velita a San Francisco
para que pasara la navidad en Greccio
Relieve de Giovanni Velita y San Francisco de Asís
''En este lugar San Francisco Balsisi hace 780 años dio origen a la recreación sagrada del primer belén del mundo con la ayuda del noble señor de Greccio, su amigo Giovanni Velita. Greccio 24 de Diciembre de 2003''
Sede vecinal a la que han puesto el nombre de Juan Velita, el vecino que
invitó a San Francisco a pasar la navidad en Greccio
Belén de arcilla en una fuente de Greccio
San Francisco penitente en un fresco de la plaza de Roma de Greccio
Entrada al Museo Internacional del Pesebre de Greccio
Alegoría de San Francisco y el medio ambiente. El Santo fue proclamado como
Patrono de la Ecología por Juan Pablo II el día 29 de noviembre de 1979
Belén de arcilla en la ventana de un hogar de Greccio
Fresco que representa a San Francisco arrodillado ante el crucifijo
Vista desde el pueblo a los montes Sabinos
La predicación a las aves es uno de los pasajes más populares de la vida de San Francisco, presente en la biografía de Celano (cap. XXI, 58)
Capilla dedicada a San Francisco en las proximidades de la parroquia
Episodio de la avecilla en las manos de Francisco cuando
estaba en el lago de Rieti (2 Cel 167; 3 Cel 24).
San Francisco calentándose ante el hermano fuego
Pasadizo medieval en el casco histórico de Greccio
Abadía de San Pastor. Fue una abadía cisterciense y residencia de Papas y Cardenales. Fue construida entre 1255 y 1264. Actualmente es un hotel.
San Francisco de Asís había combatido en su juventud contra Perugia
y dejó las armas por una vida consagrada a Dios
La primera presencia de Francisco en la aldea de Greccio se suele colocar alrededor del año 1217. Por ese entonces el Santo moraba en la altura del monte san Francisco (como se llamó después).
San Francisco intercedió también por Greccio con el problema
del pedrisco trayéndoles el buen tiempo
Milagro del Niño Jesús en la Navidad de 1223
El paso de San Francisco por Greccio. El señor de Grecchio, que era ya anciano y se desplazaba con dificultad, eligió a un niño para que lanzara un tizón lo más lejos posible. De forma milagrosa llegó hasta la gruta donde se celebró la misa de medianoche.
Hermanos Gatos en una calle de Greccio
Francisco se encamina de Greccio a Perusa (2 Cel 37; cf. LP 75a)
y recuerdo del problema de los lobos
Belén en la fachada de una casa. El Poverello se detiene en Greccio porque quiere contemplar la concreción de la Encarnación, es decir, la sencillez, la pobreza y la humildad del Hijo de Dios «que se nos dio a sí mismo con sumo e inefable amor» (1 Celano 87).
San Francisco y Santa Clara
Un ángel ordena a San Francisco que baje a
la Porciúncula desde un monte cercano
Varios de los textos relacionados con Greccio nos muestran a Francisco en
contacto con las criaturas, protegiéndolas, dialogando con ellas.
San Francisco libró a los habitantes de aquella tierra de los lobos
San Francisco predicando a los pájaros
que fueron a verle (2 Cel 44-45; LM 11,12; LP 73)
Fresco que recuerda los estigmas de San Francisco
Belén en una calle del pueblo
El Pesebre desde su origen franciscano es una invitación a “sentir” a “tocar” la
pobreza que el Hijo de Dios, eligió para sí mismo en su encarnación
(Cart. Apost. Admirabile Signum, 3)
Vista de la Colegiata de San Miguel y la pequeña iglesia de Santa María del Giglio
Templo de Santa María del Giglio vista desde atrás
Torre campanario de la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel
y Santa María de Loreto de Greccio
Cartel de la última fiesta de San Francisco
Intenciones de misa de la Parroquia
Imagen nueva del Patrono que sale en procesión
Pintura del Arcángel San Miguel en el prebiterio
Talla antigua de San Miguel
Vista del altar mayor de la Parroquia
Vista del templo desde una entrada del pueblo
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