En el mes de julio la Iglesia en España celebra la Jornada de la Responsabilidad en el Tráfico, en torno a la fecha del 10 de julio, día propio de la memoria de San Cristóbal, Patrono de los conductores. En nuestra Parroquia de Lugones San Cristóbal no es un desconocido, dado que es también Patrono del barrio del Castro, zona de nuestra localidad antaño rural y hoy prácticamente devorada por las nuevas vías de comunicación y por el crecimiento urbano hacia esta zona.
Lugones dicen que es el epicentro de Asturias, y nadie puede negar que estamos muy bien comunicados y a pocos minutos de las principales urbes del Principado. Las carreteras y los nudos de comunicación en los que estamos insertos han dado vida a nuestro pueblo, pues la accesibilidad es una de las principales premisas que se plantean hoy las nuevas familias a la hora de establecerse en un lugar. Somos ya el núcleo mayor en habitantes de todo el Municipio de Siero, y la localidad sigue creciendo. Ya han quedado en el olvido aquellas estampas de casas bajas y unifamiliares al pie de las carreteras y travesía que nos cruzaban, aunque nunca renegamos de que fuimos, somos y seremos un pueblo genuino, hoy ya con aspecto de ciudad.
Muchos aún recordarán aquellas fiestas en honor a San Cristóbal en el Castro a primeros de julio; aquella pequeña romería del Peralón con la que empezaban las fiestas del verano lugonense. Hace ya más de dos décadas que se dejó de celebrar esta fiesta, más ha sido mi deseo desde que soy Párroco que el culto a tan singular Santo no cayera en el olvido. De forma humilde y sencilla celebramos cada año su día, colocamos su Imagen en el presbiterio adornada con flores pero, sobre todo, recordamos a los vecinos de ese barrio ya difuntos junto a tantos familiares, amigos y conocidos que perdieron la vida en accidentes de Tráfico.
Los Obispos de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal, en esta jornada de la Pastoral de la Carretera emitieron un mensaje donde invitan a cuidar del prójimo como buenos samaritanos. El lema de este año es muy claro: Cuida de él (Lc 10, 35). La pandemia, al dejarnos confinados, nos permitió valorar más la movilidad y los desplazamientos, y con ello hemos de reflexionar también sobre nuestros hábitos como peatones o conductores donde tenemos para nosotros mismos y para los demás una grave responsabilidad.
El Papa Francisco sobre esto recordaba algo que ha menudo se nos olvida: «los demás conductores no son un obstáculo o adversario que hay que superar, sino hermanos y personas, que al igual que yo, están haciendo su camino con el firme propósito de llegar felizmente a su destino y a las que debo respetar como me gusta que los demás me respeten a mí».
Aún muy recientemente hemos tenido que despedir en Lugones a un joven "motero": Carlos Hilario Martínez Rodríguez -''Charly''-, y en su funeral no pude evitar recordar a los difuntos de la carretera conocidos y desconocidos. Uno mismo que ha vivido y trabajado tanto en la carretera y conocido de cerca estos dramas humanos no es ajeno a esta realidad con la que tenemos que convivir, y en donde todos hemos de colaborar para hacer a los demás la vida más fácil.
Que Santa María del Camino, Virgen de la Prudencia y San Cristóbal intercedan por nosotros.
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