En las pasadas elecciones presidenciales norteamericanas los grupos provida insistieron en la importancia de reelegir o no a Barack Obama, un decidido impulsor del aborto.
Ésta fue una de las razones que impulsaron a Marcus Mallick, párroco del Sagrado Corazón de María en Boulder(Colorado), a tomar una decisión para el día de los comicios. La consultó previamente con su superior, el arzobispo de Denver, pero monseñor Samuel Aquila destaca precisamente por su valentía en la denuncia de la cultura de la muerte, así que dio su visto bueno.
El caso es que el comité electoral del condado eligió la parroquia del padre Mallick para instalar una urna, haciendo uso de un privilegio que le concede la ley con objeto de situar los lugares de votación en enclaves que son habitualmente centros de reunión.
Ni corto ni perezoso, el sacerdote pidió ayuda a los fieles y el día anterior colocaron 3.300 cruces en un campo cercano al templo, lugar necesario de paso para los electores, y un cartel recordando que ésa es la cifra de abortos diarios en Estados Unidos.
Mucho no debió molestar, porque sólo hubo tres quejas... pero el comité electoral ha decidido no recurrir de nuevo a esa parroquia en los días de elecciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario