Necrológica

Falleció el sacerdote diocesano de Valencia Rvdo. Sr. D. Vicente Salvador Soler Soler 

Nacido en Albaida en 1966, recibió la ordenación sacerdotal en Valencia en 1996, siendo su primer destino el de vicario parroquial de Santa Catalina Virgen y Mártir de Alzira. También, en ese mismo año, inició su labor como profesor que desarrolló durante varios años.

En 1997, fue designado párroco de la Sagrada Familia de Alzira, hasta que en 2003 recibió el nombramiento de párroco de Nuestra Señora del Buen Consejo, de Torrent, hasta 2006. En ese año, asumió la titularidad de la parroquia Madre Santísima de la Luz, de Quart de Poblet, hasta que en 2009, fue nombrado vicario parroquial de San Nicolás de Bari del Grao de Gandia.

En 2013, Vicente Soler pasó a la parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, de Xeraco, como administrador parroquial. En septiembre de 2013 viene a la diócesis de Oviedo siendo nombrado vicario parroquial de la Basílica de Santa María Magadalena de Cangas de Narcea, San Juan de Araniego, San Martín de Besullo, Santa María de Carceda, Santa María de Limés, San Pedro de las Montañas, San Cristobal de Entreviñas y Santa María Magdalena de Linares con el Santuario del Acebo. En septiembre de 2014 se regresa a Valencia siendo destinado a la parroquia de San Cristóbal Mártir, de Gandia-Benipeixcar, como vicario parroquial.

Asimismo, en 2014, fue designado párroco de San Miguel Arcángel, de Bellreguard; en 2017, administrador parroquial de San Jaime Apóstol, de Almoines; y, en 2019, administrador parroquial de la Purísima Concepción, de Palmera, hasta 2021. Desde hace un año residía en la Casa Sacerdotal de Betania de Quart de Poblet donde ha fallecido hoy a los 56 años tras una larga enfermedad. 

D. E. P. 

La misa exequial por su eterno descanso tendrá lugar este sábado 8 de octubre, a las 11 horas, en la iglesia de la localidad valenciana de Albaida. A continuación, será inhumado en el Cementerio de Albaida, y la capilla ardiente quedará habilitada en el Tanatorio de esta misma localidad.

''Conocías hasta el fondo de mi alma, no desconocías mis huesos'' (Sal 138)