viernes, 28 de agosto de 2020

La Visitación en palabras del Papa

“El servicio y encuentro hacen sentir una alegría que llena nuestras vidas, si aprendiésemos a servir y fuésemos al encuentro de los otros, cambiaríamos el mundo”.

Aquí está el coraje femenino, la capacidad de ir al encuentro de los otros, de extender la mano para una ayuda, de la solicitud. Y todo empieza por la alegría que llena el corazón y da a la vida un nuevo sentido y una nueva dirección.

 Realiza su visita de servicio sin inseguridades,“se dirigió apresuradamente”, aunque estuviese embarazada y arriesgase depararse con malhechores en el transcurso del camino.

María, es la mujer corajuda. “Esta joven de 16 o 17 años, no más”, “tenía coraje. Se levanta y va”:

“Coraje de mujer. Las mujeres corajudas que existen en la Iglesia son como Nuestra Señora. Esas mujeres que llevan adelante la familia, esas mujeres que llevan adelante la educación de los hijos, que enfrentan tantas adversidades, tanto dolor, que curan a los enfermos… Corajudas: se levantan y sirven, sirven.

El servicio es señal cristiana. Quien no vive para servir, no sirve para vivir. Servicio en la alegría, esta es la actitud que me gustaría destacar hoy. Hay alegría y también servicio. Siempre para servir”.

 “Esas dos mujeres se encuentran, y se encuentran con alegría”. “El encuentro es otra señal cristiana. Una persona que se dice cristiana y no es capaz de ir al encuentro de los otros, de encontrar a los otros, no es totalmente cristiana. Sea el servicio, sea el encuentro, requieren salir de sí mismos: salir para servir y salir para encontrar, para abrazar a otra persona. Es con este servicio de María, con este encuentro que se renueva la promesa del Señor, se actúa en el presente, en aquel presente. Y propiamente el Señor – como oímos en la primera Lectura: ‘El Señor, tu Dios, está en medio de ti” – el Señor está en el servicio, el Señor está en el encuentro”.

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