lunes, 31 de agosto de 2020

Filipinas, Asturias, los dominicos y el Nuncio. Por Rodrigo Huerta Migoya

España y Filipinas son dos tierras que mucho se dicen una a la otra, pero si de España habría que elegir una región seguro que nuestra Asturias se llevaría la palma. Aún hoy se conserva en Filipinas la esencia que dejaron los buenos asturianos que allá fueron, hasta el punto de que una localidad de allí de más de 44.000 habitantes lleva el nombre de "Asturias". 

El nuevo Nuncio en España es Filipino, y siempre se dijo no en balde, que los asturianos habían sido muy destacados en la evangelización de ese país, no sólo por los numerosos religiosos de la Orden de Predicadores que a esas misiones se entregaron, sino también de la Orden de San Agustín sobresalieron importantes religiosos asturianos cuyos nombres están ligados al anuncio del Evangelio en Filipinas. 

Hoy quisiera fijar mi atención preferencialmente en los dominicos, pues aunque el nuevo Nuncio proviene del clero secular de la diócesis de Talibon en la que ejerció su ministerio pastoral durante cinco años antes de ingresar en 1990 el Cuerpo Diplomático de la Santa Sede, lo que no todos saben es qué, además, es miembro de la Fraternidad Sacerdotal de Santo Domingo de Guzmán; es decir, que vive la espiritualidad propia de los hijos del Santo de Caleruega. 

Desde que en 1521 Filipinas fuera descubierta en la expedición de Magallanes, la presencia de Españoles en el lugar se iría haciendo cada vez más habitual con los viajes  que desde España y Méjico se empezarían a organizar a esas nuevas tierras. El Papa Alejandro VI encargó mediante solemne bula a los Reyes de España y virreyes de Méjico, que se anunciara la Buena Nueva en la tierra descubierta. Los primeros en llegar fueron cuatro sacerdotes seculares y cuatro frailes agustinos. Los agustinos iniciaron una importante misión en la zona del Cebú. En 1578 llegaron los franciscanos, y en 1581 además de los jesuitas, llegó el primer obispo para esa tierra en la persona del fraile dominico alavense, Fray Diego de Salazar. Fray Diego se encontraba en el convento de San Esteban de Salamanca cuando fue preconizado el 2 de Noviembre de 1578 como obispo de Manila; recibió la consagración en Madrid. Todo ese tiempo hasta Mayo de 1979 en que partió desde Sevilla a Filipinas, se dedicó a reclutar religiosos dominicos que quisieran acompañarle para fundar en aquel país y ayudarle a iniciar la vida de la nueva diócesis. Por desgracia, en el viaje le murieron casi todos los frailes, sobreviviendo únicamente dos. El 17 de Septiembre de 1581 hizo su entrada en Manila y logró tras muchos ruegos, que la Orden de Predicadores le enviara ya  en 1587 a quince frailes para Filipinas y tres para Macao, con la única misión de convertir a los infieles de Asia. Nació así la Provincia Dominicana de Nuestra Señora del Rosario de Filipinas. El Obispo, Monseñor Salazar, repartió a los religiosos entre Bataán, Pangasinán y Parián. En 1595 llegó la segunda misión de dominicos españoles para evangelizar el Valle de Cagayán, las islas Batanes y Babuyanes. En 1611 los dominicos crean la Universidad de Santo Tomás de Manila, y en 1630 fundan el Colegio San Juan de Letrán para formar a los niños filipinos y a los hijos de los españoles. 

Filipinas será muy importante para la Orden, pues de aquí saldrán a fundar a otras zonas de Asia:  Japón en 1602, Taiwan y Formosa en 1626, China en 1632, e Indochina y Tonkin en 1676. No perdamos de vista que en Tonkin (Vietnam) recibirá la ordenación episcopal en 1855 el santo mártir asturiano San Melchor de Quirós. 

Si Filipinas nació como diócesis única en 1579 con sede episcopal en Manila, en 1595 nacen tres nuevas diócesis: la de Cebú, Nueva Cáceres y Nueva Segovia, ascendiendo Manila a sede metropolitana de todas ellas. Y en 1865 será erigida  la diócesis de Jaro de una parte territorial de la de Cebú. Es cierto que no fueron muchos los dominicos procedentes del convento de Oviedo los que pasaron por la misión de Filipinas si los comparamos con otras zonas de España donde la Orden llevaban mucho más tiempo presente y había más población y vocaciones; sin embargo, hay que añadir aquí también que hubo muchos asturianos que ingresaron en la Orden de Predicadores en otros lugares por circunstancias diversas y que luego terminaron allí destinados. El mismo San Melchor ingresó en Ocaña, dado que en el siglo XIX fue la única comunidad de dominicos que quedó en España; es decir, que sí hubo dominicos asturianos en Filipinas, aunque casi eran más los procedentes de Provincias como la de Castilla o la Bética, que los que formaban la comunidad de Oviedo. Sin embargo, para la realidad religiosa de Asturias entre los siglos XVII y XIX -que era considerada una tierra alejada de la mano de Dios y de pobres agricultores y ganaderos- es digno de reconocer que salieron de ella grandísimos hombres y mujeres de Dios en la vida religiosa para la misión evangelizadora. 

Creo que era el P. Amalio Valcárcel O.P., al que le escuché decir que ''el país de Asia donde más devoción se tenía a la Santina de Covadonga era Filipinas'', y eso gracias a los agustinos y dominicos que llevaron la Palabra de Dios a esa tierra y qué -como se suele decir- "barrieron para casa" llevando la advocación de nuestra Madre de Asturias a aquellos lugares donde tantos entregaron igualmente su vida para dar a conocer a Jesucristo. 

En otra ocasión, y por ser también de justicia, me gustaría escribir sobre los Agustinos en Filipinas, más hoy toca hablar de los Predicadores. En una magnífica monografía de Fray Manuel González Pola O.P., titulada ''Dominicos asturianos en la evangelización de Filipinas'', el autor reconoce que la antigüedad y las fuentes no nos permiten asegurar el número de dominicos asturianos que ejercieron la misión en aquellas tierras, más sí encontró él un asturiano en el siglo XVI, quince en el siglo XVII, dieciocho en el siglo XVIII, noventa y nueve en el siglo XIX y ciento diez  entre 1900 y 1970. Un total de 243 dominicos asturianos que por allí pasaron: ¿Cómo no van a conocer en Filipinas tanto a la Santina?... 

Ya en los comienzos de la Orden y de la Iglesia Católica allí, había un dominico asturiano; nos parecerá poco, pero es que apenas llegaron cuatro en aquella expedición de 1587 y este asturiano entre ellos. Era el P. Pedro Bolaños, religioso del convento de Oviedo. Así lo encontré recientemente en un libro titulado: "The First Book Printed in the Philippines", Manila, 1593. 

A comienzos del siglo XVII, -1602- llega el asturiano P. Alonso Collar O.P. del Convento de Oviedo, el cual trabajó el apostolado con los chinos del Parian de Manila, y cuatro años después en 1606 llega el P. Mateo de la Villa O.P., piloñés de Villamayor proveniente del Convento de San Esteban de Salamanca. Jugó un papel muy importante como misionero en Cargayán, llegando a ser el superior de la comunidad y una figura clave en la evangelización de la zona. En 1621 fue trasladado a Manila como Prior de la comunidad, y un año más tarde será nombrado Procurador de la Provincia filipina dominica de España. Su labor fue encomiable, no dejó de buscar la fundación de nuevas comunidades, hacer gestiones ante el Consejo de las Indias y la Corte Española, y haciendo que Universidad de Manila pasara a ser Universidad Pontificia. Fue incluso propuesto para Obispo de "Nueva Segovia" a lo que renunció por su humildad. 

En esa primera etapa de evangelización de Filipinas destacaron muchos dominicos asturianos, algunos de los más renombrados fueron: el P. Juan Fernández O.P., el P. Antonio Argollanes O.P., el P. Bartolomé Marrón O.P. o Fray Sebastián de Oquendo O.P. entre otros. Y de los que pasaron por Filipinas en el siglo XVIII no podemos omitir al Fray Miguel Calderón O.P. (natural de Oviedo), a Fray José Amandi O.P. (natural de Villaviciosa) y a Fray Manuel Corripio O.P. (natural de Santa Eulalia de Morcín). 

Cuando Ocaña quedó como único convento de la Orden en toda España por la Desamortización y cierran casas religiosas, este convento de la Provincia de Toledo jugó un papel muy importante como centro vocacional, al cual llegaron muchos asturianos a formarse para luego ser enviados de misioneros a diferentes lugares del mundo, dado que en España no podían fundar y ya era casi un milagro mantener aquella Casa abierta. En aquel noviciado hubo importantes rectores, procuradores y profesores que promovieron discretas campañas vocacionales por Asturias, dado que al ser estos profesos originarios de aquí, tenían contactos en pueblos y parroquias para buscar vocaciones y formar en Ocaña sin llamar la atención, evitando así problemas con el Estado. Unos de estos promotores vocacionales fue el P. Juan Álvarez del Manzano (Coaña 1805). 

Curiosamente casi todos los religiosos asturianos que pasaron por Filipinas en los siglos XIX y XX procedían en su mayoría de catorce concejos asturianos; a saber: Nava, Villaviciosa, Gijón, Oviedo, Siero, Piloña, Bimenes, Sobrescobio, Laviana, Langreo, Quirós, Mieres, Lena y Aller. 

Con la fundación de los dominicos en Corias en lo que antaño había sido un monasterio benedictino, se generó un auténtico semillero de vocaciones para la Orden de Predicadores en el suroccidente asturiano. 

De los dominicos asturianos que pasaron por Filipinas en el siglo XIX nos suenan por ser más próximos a nosotros y estar aún muy viva su memoria, el Cardenal Fray Zeferino González O.P. (natural de Villoria - Laviana 1831) cuya faceta académica en el campo de la filosofía se consideró todo un referente avanzado al pensamiento de su época. Falleció en Madrid siendo Cardenal-Arzobispo emérito de Sevilla, habiendo pasado por la sede primada de Toledo. 

El P. Norberto del Prado O.P. (lorío - Laviana 1852). Fue catedrático de filosofía y teología durante quince años en Filipinas hasta que enfermó, y temiendo sus superiores por su vida fue obligado a regresar a España para reponerse. En 1891 tras un año de recuperación asume una cátedra en la recién fundada universidad de Friburgo (Suiza).

Fray Bernardino Nozaleda y Villa (Pruneda, Cuenya - Nava 1844)

Aunque fue destinado a Filipinas con sus estudios muy avanzados, allí terminó doctorándose en Filosofía y Derecho Canónico. Se le encomendó la disciplina eclesiástica de la Universidad. Se conservan al menos nueve obras suyas, tres de las cuales son Pastorales de su ministerio episcopal. 


El P. Joaquín Fonseca O. P. (Aramil - Siero 1822) poeta e historiador, el cual llegó a ser Rector de la Universidad de Manila. 

P. José Noval O.P. (Valdesoto-Siero). También fue Rector de la Universidad de Manila, pero por lo que más destacó fue por sus conocimientos y habilidades para las cuestiones legislativas. Canonista de primer orden, tuvo que abandonar Filipinas al ser requerido por la Santa Sede para fundar la facultad de derecho canónico en el convento dominicano de Roma de la Minerva, integrado en el Colegio Angelicum y hoy llamada Universidad Santo Tomás de Roma. Un discípulo suyo, el P. Manuel Suárez Fernández O.P. (Herías-Lena 1895) llegará a ser el Maestro General de la Orden. 

Fray Ramón Martínez Vigil O.P. (Tiñana-Siero 1840). Fue catedrático de Filosofía y Teología en Manila, así como creó el museo de historia natural de la Universidad Filipina. Regresa a España en 1876 como Procurador para la Provincia Filipina.  Fue preconizado obispo de Oviedo en 1884.

P. Cándido Fernández Velasco O.P. (Casorvida - Lena). Renombrado biblista, fue el primer dominico español enviado a cursar estudios a la Escuela Bíblica de Jerusalén. En Manila desarrolló unos novedosos métodos en la enseñanza bíblica, y sus escritos fueron recogidos en numerosos volúmenes editados en la misma Universidad de Manila.  

P. Pedro Nolasco del Medio O.P. (Nava). Misionero en Cagayán. Llegó a editar una gramática con el vocabulario de la lengua "ibanag" de Cagayán. Fue un gran entendido en ciencias y Cosmología. 

Otros dominicos asturianos de esta época fueron el P. Jesús Castañón O.P. de Casorvida - Lena, el P. Jesús Díaz O.P. de Jomezana - Lena, el P. José Ramón González O.P. de Villoria - Laviana, el P. Bartolomé Álvarez del Manzano O.P. de Bárzana de Quirós, P. Buenaventura García Paredes O.P. de Castañedo - Valdés, Fray José Hevia Campomanes O.P. de Pola de Lena, Fray Juan Bautista Velasco O. P. de Parana - Lena (Obispo de Amoy y Vicario General de los chinos en Filipinas).

Otros dominicos asturianos que desempeñaron el pastoreo episcopal, ya fuera en diócesis de nueva creación o en vicariatos, aún por ser en aquellos momentos tierra de misión dentro de la Provincia Dominica de Filipinas fueron: 

San Melchor García Sampedro O. P.  natural de Cortes - Quirós, 
Obispo coadjutor de Tonkin (1856 - 1857) y vicario apostólico (1857 - 1858).

Fray Gaspar Fernández O.P. natural de Ciaño - Langreo. 
Vicario Oriental del Tonkin (1864 - 1869).

Fray Máximo Velasco O.P. natural de Casorvida - Lena.
 Obispo coadjutor (1890-1902) Vicario apostólico del Tonkin septentrional (1902 - 1925)

Fray Máximo Fernández O.P. natural de Zureda - Lena. 
Vicario Apostólico del Tonkin central (1898 - 1906)

Fray Miguel Calderón O.P. natural de Oviedo. 
Obispo coadjutor (1840-1849) y vicario apostólico de Fukien (1849-1883).

Fray Alejandro Cañal O.P. natural de Oviedo,
Vicario Apostólico de Amoy

Fray Clemente Fernández O.P. natural de Peñerudes - Morcín. 
Primer Prefecto Apostólico de Formosa - Taiwan (1913 - 1920).

Del pasado siglo XX nos limitamos a citar los tres más conocidos: 

Fray Guillermo Tejón O.P., 
natural de Felechosa - El Pino (Aller)

Fray Aniceto Castañón O.P. 
natural de Linares del Puerto (Aller)

P. Pedro Luis González O.P. 
natural de Malvedo - Lena. 

Por desgracia, la diócesis de Oviedo perdió entre el siglo XIX y los comienzos del siglo XX la mayor parte de su patrimonio artístico, entre lo que por lo que sabemos se encontraban crónicas, libros de fábrica e inventarios y piezas procedente de Filipinas, a buen seguro traídas por los misioneros, religiosos y obispos asturianos que ejercieron en aquellas tierras. 

En el concejo de Cudillero, en el pueblo de Luiña, se venera una preciosa talla en marfil de la Santísima Virgen que la tradición popular afirma que los vecinos la encontraron flotando en el mar. "La Virgen de la China" -la denominaron- siendo una advocación mariana muy querida en la zona. 

También la diócesis de Oviedo tiene un sacerdote diocesano nacido en Filipinas, Don Federico Abad Martínez, hijo de asturianos que le nacieron en la localidad de San Miguel de Tarlac, motivo por el cual el difunto cura de San Vicente de Naviego (El Acebo), Don Santiago Pérez García ("Xilindrín"), solía referirse él como ''el filipino de la diócesis''.

Monseñor Bernardito Cleopas Auza, Arzobispo titular de Suacia, actual Nuncio de su Santidad en España, afirmaba en una de sus primeras declaraciones a su llegada a nuestra Nación al contemplar la imagen de la Santina de Covadonga en la madrileña iglesia de San Antón, que sus primeras vacaciones en España en 1986 las había pasado en el Santuario de Covadonga. Hoy, en la cripta de este Santuario se venera una preciosa imagen de la Madre de Dios con rasgos filipinos, y es que representa bajo la protección mariana la unión de Asturias y Filipinas. Le deseamos al Sr. Nuncio una feliz estancia en nuestra tierra asturiana y española, que para él será no sólo también la de María, sino la cuna de la fe que llegó a su país. 

Piezas Hispano - Filipinas del Museo de la Iglesia (Oviedo)


1 comentario:

  1. Muy interesante información.Estoy confeccionando el árbol genealógico de mi familia y agradecería si pudiesen ayudarme pues tengo en él por parte de padre a dos padres dominicos que fueron a estas misiones.Clemente Fernández y Nemesio Fernández, ambos naturales de Peñerudes(Morcín).Gracias.

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