jueves, 6 de agosto de 2020

El Papa Francisco recuerda que la Transfiguración del Señor «es luz que ilumina los eventos de cada día»

     

(revistaecclesia.com) El Papa Francisco recordó en su última Audiencia General que el 6 de agosto la Iglesia celebra la fiesta de la Transfiguración del Señor. Por eso invitó a mantener la mirada fija en el rostro de Dios para que ilumine «los eventos de cada día». Ese rostro resplandeciente de Dios «nos invita a contemplar en Cristo transfigurado en el monte Tabor. Él es la Luz que ilumina en cada momento», expresó el Santo Padre. Además, recordó que «en el monte Tabor, Jesús reveló su majestad divina a los discípulos, y a través de ellos, a todos nosotros».

«Un regalo de amor infinito». Son varias las ocasiones que el Papa Francisco se ha referido a este pasaje del Evangelio que narra cómo «Jesús se lleva consigo a tres discípulos, Pedro, Santiago y Juan, y los conduce a lo alto de un monte’; y allí, por un momento, muestra toda su gloria, la gloria del Hijo de Dios. Este evento de la transfiguración permite, de ese modo, a sus discípulos afrontar la pasión de Jesús de una manera positiva, sin quedar abrumados».

La Transfiguración ayuda a comprender que la Pasión de Cristo «es un misterio de sufrimiento, pero, sobre todo, un regalo de amor infinito por parte de Jesús». El evento protagonizado por Jesús, que se transfigura sobre el monte, «nos hace comprender mejor también su Resurrección. Si antes de la Pasión no se nos hubiera mostrado la transfiguración con la declaración por parte de Dios, ‘Este es mi hijo amado’, la Resurrección y el misterio pascual de Jesús no habría sido fácilmente comprensible en toda su profundidad. De hecho, para comprenderlo, es necesario saber con anterioridad que aquel que sufre y que es glorificado no es solamente un hombre, sino que es el Hijo de Dios, que, con su amor fiel hasta la muerte, nos ha salvado».

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