domingo, 23 de septiembre de 2018

«El ruido en Trasona es horroroso, la voz del cura se oirá porque es un clamor»

(El Comercio) Las parroquias de Trasona, Los Campos, Cancienes y Solís cuentan desde la semana pasada con nuevo párroco. Constantino Bada sustituye a José Santaclara el frente de estas sedes. Sacerdote cercano, alegre y divulgador, colabora con varios medios de comunicación y comparte sus actividades en sus perfiles en redes sociales, en las que tiene miles de seguidores con los que comparte su día a día.

-¿Se considera un cura multimedia?

-Hoy día creo que hay que estar en todos los foros pertinentes como cristiano y ¿dónde está la gente ahora?: en internet, en las redes sociales y en los medios de comunicación, que también son muy importantes.

-Las redes sociales tienen su parte buena y su parte mala. ¿Se ha encontrado usted con la parte mala también?

-No, la verdad que no. Bueno, cuando te llegan tantos comentarios siempre te ponen alguna cosa exótica que te llega por mensajes privados pero que no deja de ser una anécdota de la vida, ni más ni menos. Yo mantengo un tono en el que intento mostrar quién soy, tal cual, no tengo una figura que me haya inventado para internet. Soy el padre Constantino que a su vez es un hombre interesado por aspectos culturales muy variados, pero que sobre todo soy un gran amante de la palabra de Dios y por tanto mi especialidad bíblica es esa y comparto muchas cosas bíblicas.

-Su perfil en Facebook está lleno de fotografías, algunas sacando el lado cómico, y de mensajes amenos. ¿Es la clave para conectar con la comunidad?


-No soy nada original en cuanto al contenido porque soy muy respetuoso con la liturgia, pero sí le cambio el formato. Soy un hombre muy comunicativo ya de raíz, entonces lo que intento es comunicar la pasión que yo tengo por la palabra de Dios, por Cristo pero en un lenguaje que sí que llega. No soy un funcionario. Para comunicar hay que conocer muchos recursos y utilizarlos, tenemos el mejor mensaje, lo que pasa es que muchas veces nosotros estamos pensando en una mentalidad muy sofisticada, muy filosófica, pero chocamos con el formato Windows 2025 porque estamos hablando en un lenguaje medieval.

-¿Esta filosofía la va a aplicar a las parroquias que desde la semana pasada dirige en Corvera?

-La verdad es que encontré las iglesias llenas. Algo que pensé que tenía que conseguirlo poquito a poco tenía, me imagino que venían a ver la novedad. Algunos ya me conocían, de hecho alguno me ha contactado ya por la red social, me envían por mensajitos , también por whattsapp. Puse un teléfono público para que me envíen mensajes, eso tiene un riesgo, puede mandarte mensajes todo el mundo. Pero los feligreses geniales creo que han visto que no es una pose de entrada.

-¿Reflejará su personalidad abierta también en las liturgias durante la misa?

-Disfruto mucho siendo sacerdote. Para mí celebrar la palabra de Dios y la Eucaristía es el momento más importante y eso hay que transmitirlo. Creo que hace falta un poco eso, a veces somos un poco como bustos celebrantes, hay que poner mucha pasión en la evangelización.

-¿Ya le han puesto deberes los feligreses de las nuevas parroquias?


-Una señora muy maja de Cancienes vino a Solís y me pidió que hubiera misa en la iglesia de Cancienes la vieja. Es un templo precioso, una joya y para mi será Santa María la Antigua, que queda como más fina que llamarla la vieja. Esa joya tenemos que cuidarla mucho y abrirla al culto. Hay que hacer unos arreglos porque tiene ahora una bóveda con un problema y también en el suelo de madera, pero sé que la gente está deseosa de hacer.

-Su primer acto oficial después de la misa en Trasona fue un encuentro con el alcalde para solucionar los problemas en los cementerios. ¿Cómo va ese tema?

-Me tocó intentar apagar fuegos pero no fue para tanto porque en el Ayuntamiento había mucha receptividad. En la Iglesia somos también susceptibles de ser multados por cosas irregulares y pagaremos lo que hay que pagar. Desde luego hace falta animar a la feligresía para arreglar estos lugares que creo que son muy importantes. Son varias parroquias y son cinco templos, es mucho trabajo, pero la verdad es que yo vengo muy animado.

-En su presentación dijo que sacaría la labor pastoral a la calle si hacía falta. ¿A qué se refiere?

-Lo dije por Los Campos, porque la iglesia está en un lugar, o la iglesiona mejor dicho, que está en un lugar muy apartada. Además, con perdón de los feligreses, el interior no me disgusta, porque parece una plaza de toros enorme, pero por fuera las hay feas, feísimas, y luego está la de Los Campos. En realidad se necesitaría una capillita para ir dinamizando la parroquia, que está muerta. Lo está porque la historia es la que es tanto de población como de curas que por ahí pasaron, eso no voy a obviarlo. Yo no soy más o mejor que nadie, pero sí que tengo muy claro que me tengo que ganar a la feligresía.

-¿Es la parroquia más complicada de atender?

-Sí, la gente es muy buena, pero creo que es donde más dormida la fe porque no ha habido una práctica muy habitual en los últimos años. Hay que levantarla un poco y aprovechar sobre todo esos puntos de conexión que son los niños que van a hacer la Comunión porque ves a los papás y muchas cosas más.

-¿Qué hará con los feligreses que acuden a la iglesia solo en eventos?

-Soy consciente de que hay personas que pueden ser cristianos 'BBC', bodas, bautizos y comuniones. Intento ser exquisito, sobre todo para hacerles ver que la Iglesia es buena y cariñosa y a sus hijos los acoge, que no es una pose. Simplemente es una oportunidad que yo tengo para poder dirigirme a aquellos que si no no podría. Y el que viene siempre es bienvenido y el que no viene es muy bien bienvenido también cuando venga.

-El estado del cementerio de Trasona ha suscitado muchas críticas. ¿Es otro de los deberes pendientes?


-Es una preciosidad de cementerio que además tiene una fachada con mucha historia. Es un regalo de indianos. Dentro yo note que tiene unas tumbas con un empaque precioso, las estoy utilizando ya incluso en mi Facebook para hacer composiciones con ellas. Quiero que
 se conozca mucho porque es un cementerio muy bonito. El cementerio necesita una intervención urgente, sobre todo es de justicia la capilla central que se está cayendo la cúpula. Tengo un problema, sé que la Diócesis no ayuda económicamente, espero que en este caso haga un poco una excepción. Ya está hecho el proyecto. El Arzobispado me ha dicho que vamos a mirarlo y a mover a todo el personal posible dependiendo de donde salgan los fondos para llevar a cabo tanto la restauración de la capilla central como de la fachada.

-Vivirá pegado a la autopista. ¿Ya se ha hecho amigo del ruido?


-Es horroroso. No entiendo cómo en plena Comunidad Europea no se haya puesto al menos una pantalla. La valla te apoyas y acabas en la autopista porque está rota en muchos espacios. Haré un pañuelo con los vecinos para quejarnos, ahora la voz del cura se oirá también porque esto es un clamor. Estamos dentro de la iglesia y se escucha, hay que hacer fuerza. Eso sin contar el estado en el que la tienen, que no hay mantenimiento ninguno, está todo lleno de zarzas.

-Hemos hablado de las iglesias de la diócesis pero, ¿qué le parece La Consolación?


-Es un templo que tiene mucha devoción. Que sea del Ayuntamiento para mí es un respiro, porque es una iglesia que no tengo que mantener. He hablado con el alcalde porque en estas zonas siempre hay que hacer muchas cosas y contaré con él. Creo que en La Consolación tiene que haber una especie de costumbre Santa, hay que realizar una vez al mes una misa y pienso hacer eso, tener un sábado al mes una Eucaristía y sobre todo cuando sea la fiesta tener una atención especial.

-Lleva ordenado como sacerdote catorce años, una trayectoria relativamente corta.

-Estuve muy preocupado con lo que era ser sacerdote. Yo fui con 35 años al seminario, me ordené con 41 de diácono y un año después de sacerdote y me preguntaba siempre cómo sería. Había cosas que yo como laico no me gustaban, por ejemplo los curas que cambian el tono durante la misa. Cuando me pasaba eso yo contaba baldosas, hay formatos que no llegan. Eso no quiere decir que yo tenga la clave, pero sí que he encontrado modos de llegar. Cuando veo el 'feedback' de la gente, con su respuesta, me gusta y veo que tengo que seguir por ahí. Tengo una mentalidad laical cultivada durante muchos años, quiero ser para los demás el cura que yo quisiera para mí.

-¿La asignatura pendiente son los jóvenes?


-Es muy difícil que los jóvenes se involucren. El común de los mortales juvenil no está en la iglesia y eso sinceramente es un pena.

-Muchos de los niños de Corvera acuden a Avilés para la catequesis. ¿Trabajará para evitar eso?


-Había una escapada de niños pero a partir de ahora quiero acabar con eso. Escucharé a cada parroquia porque cada una tiene sus características y necesidades. A la gente le gusta comulgar en su parroquia. Si hay niños habrá comuniones, no se reunirán todas en una sola sede.

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