lunes, 16 de enero de 2017

Entrevista a José Luis González Novalín, Prelado de Honor de Su Santidad y Canónigo de la Catedral de Oviedo.

(Iglesia de Asturias)

El próximo martes, a las 12 horas, en el Aula Magna del Seminario, y dentro de los actos organizados para la Semana de Oración por la Unidad de los Critianos, ofrecerá la charla “Difusión y represión del luteranismo en la España del siglo XVI”

El tiempo de la Reforma fue el elegido para desarrollar su tesis doctoral y su especialización. ¿Por qué?

La Reforma fue siempre dentro de la Historia de la Iglesia una época sumamente importante. Hoy sobre todo se tiende a estudiar más la Historia contemporánea, desde el siglo XIX, pero cuando yo empecé a dedicarme a la historia, a mediados del siglo pasado, éste era uno de los temas estrella. Además tuve un gran profesor, que lo considero casi mi maestro, que era una autoridad en la personalidad de Lutero, que fue el padre Ricardo García Villoslada.

Y eligió además el personaje de Fernando de Valdés.

Sí, al elegir el argumento de tesis doctoral, elegí un personaje asturiano, fundador de la Universidad de Oviedo, que se llama Fernando de Valdés. Un personaje bastante complicado, no fue precisamente simpático, pero sí de muchísima influencia en España, porque le tocó gestionar la Inquisición española en la época de penetración del luteranismo en España. Él fue el que dió la batalla al luteranismo para que éste no se asentara en nuestro país. Un riesgo que existió hasta la mitad del siglo XVI, en 1560. Después de esa época ya no hubo problema de protestantismo en España, y yo diría que fue la nación más aislada del protestantismo de todas las demás naciones de Europa.

De todo ello tratará en la conferencia del próximo martes.

Sí, la primera parte concretamente trataré de explicar por qué el luteranismo arrasó en Alemania y se extendió de esa manera. En España, el catolicismo estaba especialmente fundamentado y protegido por los Reyes Católicos, después por el emperador Carlos V y por Felipe II. Pero Carlos V era emperador de Alemania al mismo tiempo que el luteranismo se extendía por ese país. Éste conocía bien el fenómeno de Lutero, le preocupaba política y religiosamente, y en torno a su corte en España se movían alemanes, holandeses y personajes de las tierras donde se estaba extendiendo el luteranismo, que se empezó a conocer en España muy lentamente. Son particularidades que desgranaré en la conferencia.

Este año 2017 está siendo especialmente simbólico para los luteranos.

Efectivamente, porque en el año 1517 aconteció un fenómeno crucial en toda la biografía y el movimiento de Lutero, monje agustino y profesor de Teología en la Universidad. Éste había empezado a separarse de la Iglesia católica progresivamente, antes de 1517. Sin embargo es en el año 17 cuando a Lutero se le ocurre fijar las 95 tesis. Una práctica normal en las universidades entonces. Las tesis eran afirmaciones, y ese gesto significaba decir algo así como “aquí está la doctrina que yo defiendo. El que quiera venir a discutirla conmigo en una sesión pública o privada, podemos hablar sobre ella”. Hoy en realidad se duda de que Lutero pusiera esas tesis a la puerta de la Universidad. Más bien parece que las fue mandando a gente entendida para que éstos fueran entrando en diálogo y en relación con él. 

¿Qué lectura hace de los gestos que ha realizado recientemente el Papa, como el encuentro ecuménico con luteranos en Suecia, del mes de octubre?

Lo definiría como los primeros contactos importantes, aunque se trata de una labor continuista, si lo comparamos con la labor de los anteriores pontífices. Sí que es verdad que hasta ahora en todas las celebraciones o conmemoraciones que ha habido de la reforma luterana nunca había intervenido la Iglesia católica, algo que consideraban prohibitivo. Esa gran separación entre unos y otros hace tiempo que empezó a mitigarse, y a considerarse que había que intensificar las cosas que tenemos en común. El Papa fundamentalmente ha puesto el acento en la oración por la unidad. No fue a coloquios doctrinales: eso es más bien para los teólogos. El Papa fue a orar con los luteranos para que vayamos reconociendo la unidad de la Iglesia y nos acerquemos un poco más, en todos los sentidos. 

¿En qué punto nos encontramos ahora, entonces?

Estamos muchísimo más cerca de lo que estábamos, afectivamente. En el ámbito de la doctrina, nos quedan muchos puntos que dialogar todavía.

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