miércoles, 1 de junio de 2016

Las Siervas de Jesús de la Caridad dejan el Hospital de Caridad de Avilés


lne/ Teresa CEMBRANOS


Sor María Josefa solo lleva tres años en Avilés, pero se le inundan los ojos de lágrimas cuando habla de la inminente marcha de las hermanas de la congregación de las Siervas de Jesús del antiguo Hospital de Caridad, hoy de Avilés. "Es muy triste. Hay mucha historia detrás, mucha gente a la que has intentado ayudar y hemos notado que el pueblo nos quiere", aseguraba ayer la madre superiora sentada en un sofá de la casa que la orden tiene en el centro sanitario. Presidiendo la estancia, una imagen de la fundadora de la orden, María Josefa del Corazón de Jesús Sancho de Guerra.

La congregación ha decidido realizar una reestructuración interna debido a las escasas vocaciones y el objetivo es que las monjas del Hospital de Avilés pasen a atender exclusivamente los centros de su propiedad. "Somos pocas y las hermanas nos vamos haciendo mayores. Necesitamos mantener nuestros centros donde ayudamos a los pobres y estos necesitan atención y trabajo durante 24 horas", explica la superiora. El destino de la tres monjas que quedan en el centro sanitario -sor María Josefa, sor Magdalena y sor Rosalí- aún es una incógnita; la fecha prevista de su partida es a finales de mayo o principios de junio. Pero ya estos días están recibiendo múltiples muestras de cariño, como la de la exalcaldesa, Pilar Varela, que ayer llamó a la madre superiora, o las del personal sanitario y los pacientes.

La presencia de la orden de las Siervas de Jesús en la ciudad data de 1887. Entonces comenzaron a atender el viejo Hospital de Pedro Solís, llamado "de Caridad" porque no era de pago y atendía a enfermos crónicos y pobres de la villa. En 1933, se trasladaron al nuevo edificio, en la calle Cabruñana. "No había nadie más trabajando aquí con ellos. Hacían una labor muy bonita y que daba muchas satisfacciones. Entonces había muchos pobres y las hermanas tenían que pedir para poder darles de comer. Hemos ayudado a mucha gente en Avilés. Hoy en día aún vienen al Hospital preguntando por las Siervas", comenta Sor María Josefa.

La actual madre superiora también pasó una temporada en Avilés hace 26 años. Entonces era todavía el Hospital de Caridad y su director, José María Fernández-Miranda. "Es una gran persona y se ha desvivido por el Hospital, que pasó mucha necesidad. Luego llegó la Fundación y ahora las cosas se desarrollan de otra manera", explica. Y añade: "Nosotras hemos renunciado a todo en la vida para entregarnos a los demás. Aquí hay trabajadores impecables pero tienen otra vida fuera; nosotras, no. Es nuestra misión, herencia de nuestra madre fundadora que se desvivía por ayudar a los enfermos, a la gente necesitada".

Sor Rosalí es la más joven de las monjas de las Siervas de Jesús y lleva cuatro años en el Hospital de Avilés. "Es duro marchar pero era algo que teníamos que hacer porque cada vez somos menos hermanas. Va a haber mucha gente que siente que nos vayamos porque nos conoce y sabe que siempre estamos aquí", afirma.

La noticia de su marcha ha sido un duro trago para muchos avilesinos. Entre ellos, el arcipreste, Vicente Pañeda, que asegura que la labor que realizan en el centro médico es "impagable". "Es una pérdida importante que se suma a la de los Padres Franciscanos y a la de las Hijas de la Caridad de Piedras Blancas", comenta. No obstante, las Siervas de Jesús "no se van del todo", ya que tienen casas propias en Oviedo y en Gijón. Pañeda valora el trato que dispensan las hermanas a los pacientes. "No es sólo compañía sino que es un trato cercano, tierno, de estar en la cabecera del enfermo", concluye.

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