(Vatican.news/InfoCatólica) A lo largo de la historia de la Iglesia Católica, muchos creyentes han sido perseguidos y asesinados por su fe. Ante esta realidad, el Papa insiste en que su testimonio «es una bendición para todos» y pide oración especial por ellos en El Video del Papa de marzo que difunde la Red Mundial de Oración por el Papa.
Historias de valentía y testimonios de amor
La vida de esas personas que se entregan como testigos de Cristo son, sobre todo, historias reales, con características que las vuelven únicas en sí mismas. En su videomensaje, que este mes recibe el apoyo de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), una organización caritativa católica internacional y fundación pontificia cuya misión es ayudar a los fieles allí donde estén perseguidos, oprimidos o necesitados mediante la información, la oración y la acción – Francisco recuerda el testimonio y el dolor de un esposo que conoció en la isla griega Lesbos: «Vieron a mi mujer con el crucifijo y le dijeron que lo tirara al suelo. Ella no lo hizo y la degollaron delante de mí».
Precisamente la historia de esta mujer, que dejó un «ejemplo de amor» por Cristo y de fidelidad «hasta la muerte», se reconstruye en el Video del Papa del mes de marzo, en el que se alternan también imágenes de comunidades cristianas en peligro y se citan ejemplos de valentía: como el del primer siervo de Dios de Pakistán, Akash Bashir, que murió a los 20 años en 2015 para evitar un atentado terrorista contra una iglesia llena de fieles en Lahore.
Mártires, héroes de todos los tiempos
Hay muchos mártires escondidos, los héroes del mundo de hoy, que llevan adelante una vida ordinaria con coherencia y con el valor de aceptar la gracia de ser testigos hasta el final, hasta la misma muerte. El Papa insiste: «Hermanos, hermanas, siempre habrá mártires entre nosotros, es la señal de que vamos por el camino correcto». El hecho que haya mártires significa que algunos han arriesgado sus vidas para seguir a Jesús, para vivir según su mensaje y encarnar en el mundo su Evangelio de amor, paz y fraternidad. No lo han renegado ni olvidado, sino que han mantenido firme su fe y han demostrado su fidelidad a Jesucristo. Por eso indican el camino correcto para la Iglesia.
«Una persona que sabe me decía que hay más mártires hoy que al inicio del cristianismo», añade Francisco, subrayando como el tema de los cristianos perseguidos y que dan la vida por su fe es de gran actualidad. Solo en el 2023, Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) recibió denuncias en 40 países de personas asesinadas o secuestradas a causa de su fe. Nigeria se convirtió en el país con mayor cantidad de asesinatos; en Pakistán, en la diócesis de Faisalabad los templos y los hogares de los cristianos de Jaranwala fueron atacados; y, en Burkina Faso, los católicos de Débé fueron expulsados de su aldea debido, únicamente, a su fe; por solo mencionar algunos ejemplos.
Frente a este panorama, la presidente ejecutiva de la fundación pontificia, Regina Lynch, expresa: «La libertad religiosa, reconocida en la Declaración Universal de Derechos Humanos, es un derecho inalienable y ningún cristiano debería perder la vida por ejercerlo. Es crucial garantizar el derecho a practicar la fe como parte de la dignidad de todos los seres humanos». En ese sentido, asegura que la intención de este mes de Francisco es «muy importante para animar a orar por las víctimas de la persecución, así como abogar por aquellos que sufren discriminación por su fe. Además, debemos involucrar a los políticos para que defiendan los derechos de los más vulnerables».
La valentía de testimoniar con la propia vida
El Padre Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, recuerda lo que decía un día San Francisco de Asís a sus hermanos: «Anuncien siempre el Evangelio. Si es necesario, usen palabras». Y agrega: «Estamos llamados a dar testimonio de Cristo con toda nuestra vida. Un mártir es un testigo de Cristo cuya existencia misma es un testimonio vivo, es decir, encarna el Evangelio poniendo en riesgo su propia vida, sin recurrir a la violencia. La intención de oración del Papa nos interpela: ¿Cómo damos testimonio de Cristo allí donde estamos? No todos estamos llamados a arriesgar nuestra vida para ser fieles a Jesucristo, pero puedo preguntarme: ante situaciones que van en contra de la ética cristiana, del Evangelio, en mi trabajo, mis actividades, mi círculo social o en mi familia, ¿tomo posición para seguir el camino de Cristo a pesar de las dificultades y los desafíos que puedan surgir, o lo esquivo? Por eso, oremos con el Papa para que quienes en diversas partes del mundo arriesgan su vida por el Evangelio contagien a la Iglesia su valentía y su impulso misionero».
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