lunes, 31 de enero de 2022

Santoral del día: San Juan Bosco

(catholic.net) San Juan Bosco nació el 16 de agosto de 1815 en Castelnuovo de Asti, y recibió de su madre Margarita Occhiena una sólida educación cristiana y humana. Dotado de inteligencia, memoria, voluntad y agilidad física no comunes, desde niño fue seguido por sus coetáneos, a quienes organizaba juegos que interrumpía al toque de las campanas para llevarlos a la iglesia. Fue ordenado sacerdote en Turín en 1841, y allí comenzó su actividad pastoral con San José Cafasso.

Su programa, o mejor, su pasión era la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunió un grupito que llevaba a jugar, a rezar y a menudo a comer con él. La incómoda y rumorosa compañía de Don Bosco (así se lo llamaba y se lo llama familiarmente) tenía que estar cambiando de lugar continuamente hasta que por fin encontró un lugar fijo bajo el cobertizo Pinardi, que fue la primera célula del Oratorio. Con la ayuda de mamá Margarita, sin medios materiales y entre la persistente hostilidad de muchos, Don Bosco dio vida al Oratorio de San Francisco de Sales: era el lugar de encuentro dominical de los jóvenes que quisieran pasar un día de sana alegría, una pensión con escuelas de arte y oficios para los jóvenes trabajadores, y escuelas regulares para los estudios humanísticos, según una pedagogía que sería conocida en todo el mundo como “método preventivo” y basada en la religión, la razón y el amor. “La práctica del método preventivo se base toda en las palabras de San Pablo que dice: La caridad es benigna y paciente; sufre todo, pero espera todo y aguanta todo”.

Para asegurar la continuidad de su obra, San Juan Bosco fundó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (los Salesianos) y Hijas de María Auxiliadora (las Salesianas). Fue un fecundísimo escritor popular, fundó escuelas tipográficas, revistas y editoriales para el incremento de la prensa católica, la “buena prensa”. Aunque ajeno a las luchas políticas, prestó su servicio como intermediario entre la Santa Sede, el gobierno italiano y la casa Saboya.

Fue un santo risueño y amable, se sentía “sacerdote en la casa del pobre; sacerdote en el palacio del Rey y de los Ministros”. Buen polemista contra la secta de los Valdeses, según la mentalidad del tiempo, nunca se avergonzó de sus amistades con los protestantes y los hebreos de buena voluntad: “Condenamos los errores, escribió en el “Católico”, pero respetamos siempre a las personas”. San Juan Bosco murió el 31 de enero de 1888 y fue canonizado por Pío XI en 1934.

Eulaliense. Por Jorge Juan Fernández Sangrador

Mérida celebrará, en 2023, un Año Jubilar Eulaliense. Se han unido, para esbozar el programa de los actos, el arzobispado de Mérida-Badajoz, el ayuntamiento emeritense y las asociaciones eulalienses. Y el Vaticano les ha comunicado ya que serán concedidas las indulgencias y gracias jubilares que el arzobispo solicitó para quienes peregrinen a la basílica de santa Eulalia.

Santa Eulalia, natural de Mérida, fue una adolescente que dio muestras de poseer durante su martirio, en el año 304, una gran fortaleza, y, por su admirable testimonio de vida y de muerte, mereció que el vate cristiano de lengua latina Aurelio Prudencio (348-410), autor del “Peristéfanon”, le dedicase uno de sus más hermosos poemas.

Los restos mortales de esta virgen y mártir se custodian dentro de una arqueta, que se muestra, para la veneración de los fieles, en el baldaquino que se encuentra en el centro de la capilla de Santa Eulalia, que mandó hacer, en el siglo XVII, el obispo Simón García Pedrejón, en la catedral de Oviedo. En el suelo descansan los cuerpos de varios prelados, entre ellos Mons. Juan Bautista Luis Pérez.

Éste inició su ministerio episcopal en la sede ovetense a principios de 1922. Hace, pues, cien años. Era de Burriana y amigo del sacerdote Maximiliano Arboleya, al que había conocido en Roma y al que nombró deán de la “Sancta Ovetensis”. Los dos eclesiásticos fueron insignes figuras del catolicismo social en España y no debería concluir 2022 sin que se les rindiese a ambos el homenaje que merecen. Monseñor Juan Bautista Luis Pérez falleció, el 6 de noviembre de 1934, en Madrid, un mes después de haber estallado la Revolución de Asturias.

Mas volviendo a santa Eulalia, hay que recordar lo acaecido unos años antes de su nacimiento. Y fue que se declaró una peste terrible que asoló el norte de África. Hubo que suspender toda actividad. Incluidas las persecuciones. Sin embargo, los cristianos, dice un escritor antiguo, olvidándose de sí mismos, visitaban sin precaución a los enfermos, los servían en todo, los cuidaban en Cristo y hasta morían contentísimos contagiados, asumiendo voluntariamente los dolores del prójimo.

Muchos que se curaron, fallecieron después por fortalecer a otros. Los mejores de entre los sacerdotes, diáconos y laicos, murieron, y por la piedad y fe que mostraron, fueron equiparados a los mártires. Y eso es lo que hemos visto últimamente entre nosotros: en los hospitales, en las residencias de mayores y en domicilios particulares, a causa del coronavirus. A personas que se han entregado con amor cristiano y una voluntad de oblación plena de sí mismas al cuidado y al servicio de los enfermos y de los ancianos.

He traído esto a colación porque, en el Año Jubilar Eulaliense, van a ser puestas de relieve las relaciones existentes, y puede que de dependencia, entre el cristianismo del norte de África y el de la región en la que se hallaba enclavada Mérida, para luego, a partir de ésta, llegar, por la Ruta de la Plata, al de León y Astorga, tomando como base la famosa carta 67 del obispo san Cipriano de Cartago (200-258), en la que menciona a los fieles de León, Astorga y Mérida.

Y Asturias, con sesenta y dos lugares de culto, entre iglesias parroquiales y capillas, dedicados a santa Eulalia de Mérida, y guardiana de sus restos mortales, no debería, por razones obvias, quedar fuera del conjunto de las celebraciones del 2023 en honor de la santa virgen y mártir emeritense.

domingo, 30 de enero de 2022

“Médico, cúrate a ti mismo”. Por Joaquín Manuel Serrano Vila

Nos encontramos ya en el domingo IV del Tiempo Ordinario, y hoy la palabra de Dios vuelve a interpelarnos desde dos aspectos bien distintos, por así decirlo, desde dos dimensiones que no pueden faltar en la vida del creyente: dimensión de profecía y dimensión de fraternidad. Veremos cómo el Señor en los comienzos de su predicación pública se encuentra no sólo con dificultades, sino que hasta ve peligrar su vida. En nuestro día a día no estamos exentos de contradicciones ni problemas, ni el martirio ha pasado de moda aunque hayan cambiado los escenarios; sigue habiendo cristianos que pierden su vida por mantenerse fieles a Cristo y su evangelio, lo que pone de manifiesto que la Iglesia sigue teniendo algo que decir a nuestro mundo y que la buena noticia no siempre cae en terreno pedregoso. 

¿Cómo enfocar nuestro ser cristianos en un mundo hostil?: San Pablo nos trae la respuesta en este conocidísimo pasaje de su primera carta a los Corintios. La respuesta es el Amor (con mayúscula), que no se limita sólo a la vida matrimonial o de pareja de novios, sino que hemos de saber vivir todos el verdadero amor fraterno que tiene origen y destino en Él, conscientes de que somos todos hijos del mismo Dios. No hay carisma mejor ni camino más excelente que éste. Sin amor nada de lo que hagamos valdrá de nada. He visto muchas veces decir al Sr. Arzobispo de Toledo, citando a Martín Descalzo: ''lo peor que se puede decir de una persona es que no tiene corazón, y lo mejor que se puede decir de una persona es vaya corazón que tiene''... El Amor habla todas las lenguas, lo entienden hasta los ángeles. El Amor es la llave que abre todo secreto y cierra toda herida.

Ya el apóstol nos advierte: ''Si repartiera todos mis bienes entre los necesitados; si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría''... Es muy bonito el altruismo, colaborar con fines sociales, trabajar por el tercer mundo, pero, si luego no soy capaz de perdonar al vecino, de decirle buenos días al que me cae mal o vivo aumentando las listas de mis enemigos, no hemos entendido nada. ¿Cómo podemos amar a los desconocidos o a los que están lejos, sino soy capaz de querer a los que conozco y tengo cerca?...

Y luego está "la profecía": imposible omitir la primera lectura del profeta Jeremías donde nos habla de su propia vocación: ''Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones''... Jeremías descendía de una casta sacerdotal, tenía sangre de la tribu de Leví. Los levitas habían sido la única Tribu que se habían quedado sin una porción física de tierra; su único terreno era el espiritual por ser una tribu sacerdotal. Por eso los levitas hicieron suya la expresión del Señor como "el lote de su heredad". En el pueblo de Israel la ascendencia era muy importante; sin embargo, en la historia sagrada contemplamos cómo el profeta no lo es por sus valías, sino a pesar de sus pecados, pues el Señor lo ha elegido para esa misión. Algo que particularmente nos hace sentir agradecidos a los sacerdotes, pecadores y sin méritos propios, per elegidos de Dios.

El evangelio de hoy no deja de ser la continuación o segunda parte del evangelio proclamado el domingo pasado. Jesús se presenta como profeta en la sinagoga de su pueblo y sus paisanos comentaban: «¿No es este el hijo de José?»: ¿El hijo del artesano viene a darnos lecciones?... Seguro que a Jesús aquello le pareció un piropo ser llamado "el hijo de José", pero sus vecinos lo decían con menosprecio; que no podía ser un gran profeta alguien que habían visto crecer y que por sencillo él y su familia no tenía nada de particular. Nadie ha dicho que ser pregonero de la Buena Nueva sea un camino de rosas, tienen sus espinas, pero merece la pena, dado que el evangelio es liberador; palabra de gracia que da plenitud, alegría y esperanza. Jesús sabedor de que encontraría dificultad, utiliza una frase hecha muy extendida en el Imperio Romano: ''medice, cura te ipsum''. Es como decir: "estás bueno tú para venir a darme lecciones". Por ello esta sentencia del Señor tanto les enfureció, por lo que le echaron del pueblo intentando despeñarle por un barranco: ''En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo''... Pero lo más duro es cuando les recuerda que hubo muchas viudas pobres en tiempo de Elías y que sólo fue auxiliada una viuda de Sarepta (extranjera). Como muchos leprosos hubo en tiempo del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue curado más que Naamán el sirio (extranjero). Jesús les está recordando que estos dos grandes profetas -Elías y Eliseo- también fueron despreciados por los suyos. Y cita a la viuda y al leproso, una mujer del territorio de Sidón y un hombre de Siria: dos extranjeros, dos personas mal vistas que resultan amadas por Dios; una pagana y un arameo, una mujer pobre y un enfermo. Estos dos personajes se salvan, pues creen en la palabra de Dios a través de la voz del profeta enviado que tienen ante sus ojos, todo lo contrario de los vecinos de Jesús... 

Cristo nos muestra nuevamente que la salvación no está limitada a un grupo selecto o elegido, la salvación de Dios está abierta a todos los que quieran acoger su Palabra. Y a veces, los que parecen más cercanos son los más distantes, y, nuevamente descubrimos que los últimos se convierten en los primeros...

Evangelio Domingo IV del Tiempo Ordinario

Lectura del santo evangelio segun san Lucas (4,21-30):

En aquel tiempo, Jesús comenzó a decir en la sinagoga:

«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».

Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de su boca.

Y decían:

«¿No es este el hijo de José?».

Pero Jesús les dijo:

«Sin duda me diréis aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo”, haz también aquí, en tu pueblo, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún».

Y añadió:

«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio».

Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.

Palabra del Señor

sábado, 29 de enero de 2022

Hoja litúrgica Domingo IV del Tiempo Ordinario

 

Seis años después las Siervas de los Pobres Hijas del Sagrado Corazón regresan al Natahoyo

Gijón inauguró este pasado sábado una nueva casa de acogida para madres gestantes sin recursos, situada en el barrio del Natahoyo y dirigida por las religiosas Siervas de los Pobres Hijas del Sagrado Corazón. Para celebrarlo, a las siete de la tarde se dio cita un pequeño grupo de voluntarios y amigos de las religiosas, para celebrar juntos la eucaristía, que fue presidida por el señor Arzobispo. «Abrazar la vida, eso es lo que más le importa a Dios» –afirmó Mons. Jesús Sanz–. «La vida del no nacido, la vida del que ha nacido y tiene dificultades, y la vida del que, por enfermedad, o mucha edad, termina sus días. Pero es la vida la que el Señor sostiene, saliendo cada mañana a nuestro encuentro, vendando nuestras heridas, iluminando callejones sin salidas y dando razones de esperanza en todo momento», dijo en el transcurso del acto.

En el transcurso de la celebración tuvo lugar la bendición de todas las instalaciones de la casa, que ocupa un amplio bajo en la calle Pavía de la ciudad, donde, además de cinco pequeños apartamentos para acoger a las madres con sus hijos y un espacio para la comunidad de religiosas, también cuenta con salones donde tienen previsto impartir formación, principalmente para inmigrantes y personas que lo necesiten, en el barrio.

Llevan más de setenta años en la ciudad de Gijón. ¿Qué labores han desempeñado en todo este tiempo?

Empezamos teniendo un colegio y después tuvimos un internado. Más adelante, desapareció el colegio y pusimos una guardería, que funcionó junto con el internado. Después se quitó la guardería y dejamos solo el internado de protección de menores. La razón por la cual hemos terminado quitando el internado e iniciando un proyecto nuevo es, por un lado, que el edificio que teníamos era muy antiguo y estaba muy deteriorado. Además, la sociedad ha cambiado muchísimo y no se parecía en absoluto al internado que nosotros teníamos al principio. Estábamos concertadas con el Principado y veíamos que los principios de la congregación no se podían llevar a cabo, sobre todo con el tema del aborto.

Así que nos planteamos que había que cerrar el internado. Como la casa estaba muy mal, hubo que tirarla. Sin embargo, queríamos seguir teniendo presencia en Gijón, de manera que permutamos la casa que teníamos, y construimos el nuevo proyecto que queríamos realizar en un entresuelo de la calle Pavía número 12.

¿En qué consiste este nuevo proyecto?

Yo digo mucho que brotó del corazón de Jesús, porque ya la congregación había brotado de ese corazón, de ahí que nos llamemos Siervas de los Pobres Hijas del Sagrado Corazón. Lo cierto es que teniendo el internado, hubo un problema con una chica, que terminó abortando. En seguida, sobre todo el Gobierno de la Congregación, vio que nosotras no habíamos nacido de ese Corazón de amor para acompañar a que se destruyera la vida, sino a construirla. Y de ahí salió hacer una residencia para madres gestantes sin recursos y que estaban dispuestas a seguir adelante con su embarazo.

¿Cómo es la nueva casa?

Pues no queríamos que fuese una residencia, ni un internado. Queríamos que se adaptase a familias monoparentales, para que cada una tuviera su casita, por lo que hay cinco apartamentos, con zonas comunes.

La casa es una única planta en la que hay tres apartados: por un lado, los cinco apartamentos de las chicas con zonas comunes; por otro, el lugar para las religiosas con la capilla, y también alguna sala común con las chicas; y luego tenemos otro apartado de formación, que en un principio iba a ser para Cáritas, de alimentos y ropa. Pero con el tiempo nos dimos cuenta de que en Gijón la parte de alimentos y ropa estaba bien atendida y subsanada, sin embargo, veíamos a muchos niños en la calle, gente muy desorientada, principalmente inmigrantes y decidimos poner unos salones de formación para talleres.

Vimos que todo ello podía ser un medio de evangelización, viviendo, amando y ayudando a toda esta gente. Los talleres que se impartirán, irán en función de la demanda. Estamos estudiando qué proyectos de formación nos rodean, para iniciar aquello que advirtamos que no haya. Será, lo que demande la situación del barrio.

Estáis vinculadas al Proyecto Ángel y Proyecto Raquel.

La providencia nos hizo dar con ello, ya que siempre ha ido de nuestra mano. El padre Santiago Martín ofreció un curso sobre “Educar desde los valores del Evangelio”. Nosotras nos enteramos y fuimos a ese curso dos hermanas. Era un curso promocionado por Spei Mater, que es la fundación donde se contienen estos dos proyectos, Ángel, Raquel y también Parroquia Viva, donde estaríamos nosotros. Y al conocerlo pensamos que era ahí donde el Señor nos quería, y decidimos integrarnos en él.

Nuestra congregación nunca se había dedicado a las madres gestantes, de manera que lo primero que hicimos fue convocar un curso de Spei Mater a nivel de congregación, para que todas supieran qué era lo que íbamos a abrir. Entendíamos que este proyecto tenía que estar avalado por un muro de oraciones. Y que era necesario que toda la congregación rezar en la misma dirección para estas madres y este proyecto en concreto.

No es un proyecto pequeño. ¿Cómo tienen pensado sufragar los gastos?

En un principio se lo hemos confiado a la Providencia. No vamos a concertar, dada la experiencia que tenemos. Vamos a hacer propaganda y vamos a invitar a la gente que quiera colaborar para rezar y ayudar al proyecto.

De hecho, ya nos han donado ropa, carritos y todo lo que los niños puedan necesitar. También hemos pedido subvenciones y La Caixa ya ha subvencionado los cinco frigoríficos, televisiones, lavadoras y microondas para cada apartamento. Esperemos que con las subvenciones y con la aportación de todos los que queremos este proyecto, salgamos adelante.

¿Tienen voluntarios?

Sí. Lo cierto es que en paralelo del proyecto ha nacido un grupo de voluntariado donde hay dos abogadas, dos médicos, dos psicólogas, una trabajadora social, una persona que se dedica a la publicidad y más gente. La verdad es que nosotras no habíamos llamado a nadie, sino que la gente se ha enterado y ha venido por su cuenta. Ellos también tendrán formación para llevar a cabo este proyecto desde el carisma de la congregación. La verdad es que a todas estas personas las ha mandado el Señor y quisiera darle las gracias de una manera muy especial. Solas las tres hermanas de la comunidad no hubiéramos podido, pero rodeadas de tanta gente y organizados, creemos que saldrá adelante.

viernes, 28 de enero de 2022

Carta semanal del Sr. Arzobispo

La falsa polémica de las inmatriculaciones

Fue sorprendente la inesperada visita. Una cita apresurada que ningún presidente del gobierno había realizado anteriormente a la sede de los obispos españoles. Bienvenido quien llama a la puerta. Detrás hay respeto y acogida como hacemos con cualquiera que viene con talante sincero de paz. Pero llamó la atención esa visita. El presidente de la Conferencia Episcopal, Cardenal Omella, había realizado otra visita a Moncloa días antes, viéndose solamente con el ministro de la Presidencia. Y sería allí donde se urdió la posibilidad de este encuentro entre ambos presidentes. Nada que decir. Aunque los interrogantes por la solicitud y hasta por la prisa en la iniciativa por parte del gobierno socialista, tienen su propio itinerario, su intencionalidad inconfesada, y el interés por una fotografía que tuvo varios posados y escenarios en la Conferencia Episcopal. 

Los temas que se abordaron bilateralmente eran parcialmente conocidos. Tanto era así que había un pequeño guión de las cuestiones, e incluso un adelanto de las posiciones conjuntas que se iban a firmar por ambas partes, con el compromiso leal de no alterar el texto consensuado ni anticipar su publicación antes del encuentro de marras. 

Pero hay una dificultad, que podría llamar ética, cuando no es la verdad lo que acompaña el ejercicio de una responsabilidad política. Y estamos en un escenario de gobernanza en donde la verdad no es precisamente la virtud más exhibida y la que ha guiado tantas promesas o cautelas pronunciadas con solemne alharaca, y que una tras otra con demasiada demasía, han terminado en una vulgar mentira de tantos tamaños y con tantas tropelías. Esto hace que el resultado de una gobernanza no sea el que una vez se propuso recabando en las urnas la adhesión popular, sino una serie de intereses a veces torticeros y oscuros, donde parece que sólo interesa el apego a una poltrona de poder a cualquier precio, en almoneda barata, y sin escrúpulos ante las contradicciones palmarias.

Se filtró la noticia a la prensa habitual de sus mentideros y correas de transmisión ideológica antes de que el encuentro tuviera lugar, y se tituló con letras gruesas el mensaje que se quería trasladar: la Iglesia devuelve lo que indebidamente se apropió. Este fue el torpe manejo y la flagrante engañifa que los corifeos repitieron sin cesar. Pero, como ha escrito Mons. Munilla, «no es que el Estado haya descubierto que la Iglesia había inmatriculado indebidamente mil propiedades, sino que la Iglesia ha aclarado al Estado los errores existentes en el listado de propiedades presentado por el Gobierno al Congreso de Diputados. Es como si, al pagar en un comercio, el dependiente se equivoca y te adjudica más cambio del que te corresponde; y al advertirle tú del error, alguien que pasaba por allí dijese: “¡Menos mal que ha devuelto lo robado!”». 

Doña Isabel de Salas, registradora de la propiedad, dice que «se escriben titulares que insinúan que la Iglesia se ha inscrito bienes que no son suyos, apropiándose de ellos con malas artes y que ahora debe devolver porque la han “pillado”. Esos titulares son injustos y faltan a la verdad: no hay apropiación indebida y menos a sabiendas y no se trata tanto de devolución como de corregir incidencias de los listados. Sospechar solo de la Iglesia revela una doble vara de medir inadmisible en una sociedad democráticamente madura como la española». 

Las inmatriculaciones son un tam-tam por el que interesadamente se afea a la Iglesia lo que ella no ha hecho, y cuando advierte la anomalía pone en guardia sus controles y lo subsana poniendo las cartas boca arriba. Cosa que sería deseable que todas las Administraciones y Corporaciones de derecho público hicieran también, como tantas de ellas han realizado en un ejercicio de verdadera transparencia y honestidad. Con este tam-tam, ¿qué cosas se quieren distraer o censurar? Cui prodest? ¿A quién beneficia?.

+ Jesús Sanz Montes, 
Arzobispo de Oviedo

Oración de Santo Tomás de Aquino


Dame, Señor y Dios mío,
que no decaiga, ni en la prosperidad ni en la adversidad;
que no me ensoberbezca en alguna cosa,
ni me deprima en otra;
de nada goce o me duela
sino en lo que me lleve a ti o me separe de ti.

A nadie desee agradar,
ni a nadie tema disgustar, sino a ti.
Sea para mí despreciable todo lo pasajero,
y sea para mí querido todo lo tuyo.

Que me hastíe el gozo de lo que sea sin ti,
que no desee nada que esté fuera de ti.
Que me deleite el trabajo hecho por ti,
que me sea penoso todo descanso que sea sin ti.

Concédeme, Señor, dirigir constantemente el corazón hacia ti,
y que en mis fallos sepa dolerme con el propósito de la enmienda.

Hazme, Señor y Dios mío,
obediente sin contradecir,
pobre sin ser miserable,
casto sin depravación,
paciente sin murmuración.

Humilde sin ficción,
alegre sin disolución,
triste sin abatimiento,
maduro sin pesadez,
ágil sin ligereza,
temeroso sin desesperación.

Que sea sincero sin hipocresía,
que haga el bien sin ser presuntuoso,
que corrija al prójimo sin arrogancia,
que lo edifique con la palabra y el ejemplo.

Concédeme, Señor, un corazón:
vigilante, que ninguna curiosidad lo aparte de ti,
noble, que ninguna influencia indigna lo envilezca,
recto, que ninguna intención siniestra lo desvíe,
firme, que ninguna tribulación lo debilite,
libre, que ningún afecto violento lo reclame.

Concédeme, Señor Dios mío,
inteligencia que te conozca,
diligencia que te busque,
sabiduría que te encuentre,
conducta que te agrade,
perseverancia que te espere confiada
y confianza de que un día al final te abrazaré.

Concédeme soportar ya aquí tus castigos como penitencia,
servirme de tus beneficios por tu gracia,
y gozar de tu gozo en la patria para tu gloria.
Tu que vives y reinas y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén.

jueves, 27 de enero de 2022

Catequesis del Papa sobre san José 9. San José, hombre que "sueña"

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy quisiera detenerme en la figura de san José como hombre que sueña. En la Biblia, como en las culturas de los pueblos antiguos, los sueños eran considerados un medio a través del cual Dios se revelaba (1) . El sueño simboliza la vida espiritual de cada uno de nosotros, ese espacio interior, que cada uno está llamado a cultivar y custodiar, donde Dios se manifiesta y a menudo nos habla. Pero también debemos decir que dentro de cada uno de nosotros no está solo la voz de Dios: hay muchas otras voces. Por ejemplo, las voces de nuestros miedos, las voces de las experiencias pasadas, las voces de las esperanzas; y está también la voz del maligno que quiere engañarnos y confundirnos. Por tanto, es importante lograr reconocer la voz de Dios en medio de las otras voces. José demuestra que sabe cultivar el silencio necesario y, sobre todo, tomar las decisiones justas delante de la Palabra que el Señor le dirige interiormente. Nos hará bien hoy retomar los cuatro sueños narrados en el Evangelio y que le tienen a él como protagonista, para entender cómo situarnos ante la revelación de Dios. El Evangelio nos cuenta cuatro sueños de José.

En el primer sueño (cf. Mt 1,18-25), el ángel ayuda a José a resolver el drama que le asalta cuando se entera del embarazo de María: «No temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (vv. 20-21). Y su respuesta fue inmediata: «Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado» (v. 24). Muchas veces la vida nos pone delante de situaciones que no comprendemos y parece que no tienen solución. Rezar, en esos momentos, significa dejar que el Señor nos indique cuál es la cosa justa para hacer. De hecho, muy a menudo es la oración la que hace nacer en nosotros la intuición de la salida, cómo resolver esa situación. Queridos hermanos y hermanas, el Señor nunca permite un problema sin darnos también la ayuda necesaria para afrontarlo. No nos tira ahí en el horno solos. No nos tira entre las bestias. No. El Señor cuando nos hace ver un problema o desvela un problema, nos da siempre la intuición, la ayuda, su presencia, para salir, para resolverlo.

Y el segundo sueño revelador de José llega cuando la vida del niño Jesús está en peligro. El mensaje está claro: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle» (Mt 2,13). José, sin dudarlo, obedece: «Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes» (vv. 14-15). En la vida todos nosotros experimentamos peligros que amenazan nuestra existencia o la de los que amamos. En estas situaciones, rezar quiere decir escuchar la voz que puede hacer nacer en nosotros la misma valentía de José, para afrontar las dificultades sin sucumbir.

En Egipto, José espera la señal de Dios para poder volver a casa; y es precisamente este el contenido del tercer sueño. El ángel le revela que han muerto los que querían matar al niño y le ordena que salga con María y Jesús y regrese a la patria (cf. Mt 2,19-20). José «se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel» (v. 21). Pero precisamente durante el viaje de regreso, «al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí» (v. 22). Y ahí está la cuarta revelación: «y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea, y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret» (vv. 22-23). También el miedo forma parte de la vida y también este necesita de nuestra oración. Dios no nos promete que nunca tendremos miedo, sino que, con su ayuda, este no será el criterio de nuestras decisiones. José siente el miedo, pero Dios lo guía a través de él. El poder de la oración hace entrar la luz en las situaciones de oscuridad.

Pienso en este momento en muchas personas que están aplastadas por el peso de la vida y ya no logran ni esperar ni rezar. Que san José pueda ayudarles a abrirse al diálogo con Dios, para reencontrar luz, fuerza y paz. Y pienso también en los padres ante los problemas de los hijos. Hijos con tantas enfermedades, los hijos enfermos, también con enfermedades permanentes: cuánto dolor ahí. Padres que ven orientaciones sexuales diferentes en los hijos; cómo gestionar esto y acompañar a los hijos y no esconderse en una actitud condenatoria. Padres que ven a los hijos que se van, mueren, por una enfermedad y también —es más triste, lo leemos todos los días en los periódicos— jóvenes que hacen chiquilladas y terminan en accidente con el coche. Los padres que ven a los hijos que no van adelante en la escuela y no saben qué hacer… Muchos problemas de los padres. Pensemos cómo ayudarles. Y a estos padres les digo: no os asustéis. Sí, hay dolor. Mucho. Pero pensad cómo resolvió los problemas José y pedid a José que os ayude. Nunca condenar a un hijo. A mí me da mucha ternura —me daba en Buenos Aires— cuando iba en el autobús y pasaba delante de la cárcel: estaba la fila de personas que tenían que entrar para visitar a los presos. Y había madres ahí que me daban mucha ternura: delante del problema de un hijo que se ha equivocado, está preso, no le dejaban solo, daban la cara y lo acompañaban. Esta valentía; valentía de papá y mamá que acompañan a los hijos siempre, siempre. Pidamos al Señor que dé a todos los padres y a todas las madres esta valentía que dio a José. Y después rezar para que el Señor nos ayude en estos momentos.

Pero la oración nunca es un gesto abstracto o intimista, como quieren hacer estos movimientos espiritualistas más gnósticos que cristianos. No, no es eso. La oración siempre está indisolublemente unida a la caridad. Solo cuando unimos a la oración el amor, el amor por los hijos por el caso que he dicho ahora o el amor por el prójimo, logramos comprender los mensajes del Señor. José rezaba, trabajaba y amaba —tres cosas bonitas para los padres: rezar, trabajar y amar— y por esto recibió siempre lo necesario para afrontar las pruebas de la vida. Encomendémonos a él y a su intercesión.

San José, tú eres el hombre que sueña,
enséñanos a recuperar la vida espiritual
como el lugar interior en el que Dios se manifiesta y nos salva.
Quita de nosotros el pensamiento de que rezar es inútil;
ayuda a cada uno de nosotros a corresponder a lo que el Señor nos indica.
Que nuestros razonamientos estén irradiados por la luz del Espíritu,
nuestro corazón alentado por Su fuerza
y nuestros miedos salvados por Su misericordia. Amén.



(1) Cfr Gen 20,3; 28,12; 31,11.24; 40,8; 41,1-32; Nm 12,6; 1 Sam 3,3-10; Dn 2; 4; Jb 33,15.

Inmatriculaciones. Con cava. Por Jorge González Guadalix

(De profesión cura) Por decir algo, ya que hay lectores que me lo están pidiendo.

Me imagino el cabreo del gobierno y el cabreo de toda la izquierda. Llevan días utilizando la palabra “devolución” porque no saben qué hacer para disimular su enorme fracaso. Casi 35.000 bienes inmatriculados. No llegan a mil los bienes que la misma Iglesia dice que tienen algún error. Nada más.

Es decir, que 34.000 bienen inmatriculados de forma irreprensible. ¿Dónde está el robo? Es igual. Los medios afines seguirán erre que erre con la catedral de Córdoba o la de Burgos, que es lo que interesa. Nada de nada. Por tanto, buenísimas noticias para la Iglesia y malísimas para los demás.

Y otra cosa. No sé si somos más ingenuos que memos, o las dos cosas. Podíamos imaginar que Pedro Sánchez se las apañaría para llamarnos ladrones fuera como fuera. No a la cara, que para eso porta un enorme vacío en sus pantalones, pero sí a través de los medios de comunicación amigos. Y, efectivamente, así fue.

Por eso eché en falta un comunicado de prensa consensuado por presidencia del gobierno y conferencia episcopal. Punto. Y si no, aquí no hay nada que hablar. No sé si vamos de ingenuos, de buenos, de memos o de acomplejados. Pero de algo de eso vamos.

Estoy muy contento. Están ellos que echan las muelas. Mejor, eso que ahorran de dentistas. Pena de comunicado conjunto, porque de estos tíos no te puedes fiar, ya se sabe.

miércoles, 26 de enero de 2022

Una hospedería, 22 monjas y un mensaje de texto alarmista: Por qué el teléfono del Monasterio de Pelayo no para de sonar (otra vez)

(El Mundo) "Máxima difusión", dice el mensaje: "Las monjas necesitan huéspedes para subsistir". El whatsapp que circula estos días pidiendo ayuda para llenar la hospedería de las monjas benedictinas del Monasterio de Pelayo, en Oviedo, es un pequeño misterio. "Nos han llamado de todas partes, pero no es verdad que lo estemos pasando mal".

No es la primera vez que estas monjas benedictinas andan enredadas con WhatsApp. "Déjame que te cuente", dice al otro lado del teléfono una de las 22 hermanas que vive en el Monasterio de Pelayo, toda una institución en Oviedo con más de diez siglos de historia.

La hermana, que prefiere no dar su nombre porque se considera "una más", está recibiendo "30 llamadas al día" de gente interesada por alojarse en la hospedería monacal. Un aluvión de llamadas motivadas por un mensaje de texto "reenviado muchas veces".

Durante el confinamiento apareció un mensaje parecido. Pero entonces, las pelayas, como se las llama cariñosamente, sabían muy bien de dónde había salido: "Alguien muy querido y cercano a la comunidad" decidió ayudarles cuando, debido al cerrojazo de la pandemia, las monjas no pudieron dar salida a los pedidos de pastas que habían preparado para la Semana Santa.

El whatsapp de auxilio se viralizó y Oviedo se volcó. Durante tres días, las colas de los vecinos para comprar los dulces del monasterio salieron en las televisiones. "Agradecimos mucho la respuesta de toda la ciudad", señala la religiosa, aunque no pudieron vender todo: "Lo justito".

El mensaje que circula estos días es diferente. "Pido máxima difusión de este wasap porque las monjas necesitan huéspedes para subsistir. Las instalaciones y el trato es maravilloso", dice el texto. La sensación de urgencia ha hecho que el teléfono de las monjas no pare de sonar. "Nos han llamado de todas partes. Nos preguntan que si es verdad que lo estemos pasando mal, que si pasamos hambre".

-¿Quién cree que ha enviado el mensaje?

-No sabemos quién ha sido, pero ha querido hacernos bien. El problema es que han puesto nuestro logo y nuestra web, pero desconocemos de dónde ha salido.

-Entonces no lo están pasando mal...

-Necesidad no estamos pasando, gracias a Dios. Lo único que es verdad es que tenemos que mantener nuestras fuentes de ingresos. La comunidad no vive una urgencia, pero nuestra economía es como la de cualquier pequeño comercio.

Desde que hace cinco años cerraron los talleres de encuadernación, las benedictinas viven del obrador de repostería, con tienda física accesible desde la calle Águila ovetense, y de la hospedería. El primero es famoso en toda la ciudad, especialmente por sus pastas de avellanas "muy asturianas" y otros surtidos más sofisticados que incluyen pastas de naranja con chocolate blanco, entre otros sabores.

El segundo, la hospedería, nació en torno al año 2000. Primero como un lugar para ejercicios espirituales y de oración. Y cuando esta demanda "se perdió", como alojamiento para todo el mundo: desde peregrinos hasta turistas (desde 50 euros/noche). "Hay unas 22 habitaciones, con camas individuales y de matrimonio. Algunas tienen baño privado y otras no", enumera la religiosa.

"Como benedictinas vivimos del trabajo de nuestras manos. La comunidad vive del obrador y de la hospedería. Eso no es un bulo. Lo que sí es un bulo es lo que han oído algunas hermanas de que dejamos las llaves para que cada uno entre y salga cuando quiera".

“Somos parte de la historia del Camino”

El arzobispo de Oviedo, junto a una veintena de jóvenes sacerdotes, visita la exposición de LA NUEVA ESPAÑA: “Es un itinerario de vida”

(lne) El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, recorrió este lunes la exposición “Camino Primitivo. Oviedo”, la gran muestra de LA NUEVA ESPAÑA que profundiza en el origen del Camino de Santiago, acompañado por una veintena de sacerdotes. “Tenía mucho interés por conocer esta exposición”, reconocía Sanz, que se mostró muy satisfecho con la experiencia que les proporcionó, a él y a sus acompañantes, la muestra.

Durante el recorrido guiado, que se prolongó cerca de una hora, Sanz se mostró muy interesado por diversos aspectos del itinerario, en continuo diálogo con la guía. “Esta exposición nos permite asomarnos a una historia de la que formamos parte. No es algo antiguo ni muy pasado, es un itinerario que seguimos caminando”, reflexionaba Sanz. El Arzobispo valoró además la vertiente didáctica de una muestra “que se explica por sí sola, con unos paneles que ayudan mucho a la comprensión”, y también por la manera atractiva de afrontar una historia “llena de reyes, sabios y guerreros”.

Al final del recorrido, Jesús Sanz alabó la reivindicación que se hace en “Camino Primitivo. Oviedo” de la importancia del Jubileo de la Santa Cruz, y también de la figura del “Rey Casto”, del que destacó por su “sensibilidad” a la hora de abordar las cuestiones religiosas del reino, y también por su altura de miras al construir, a partir del hallazgo de los restos del apóstol Santiago en el extremo más occidental de sus dominios, un itinerario cultural y “una manera de convivir”.

“El camino es una metáfora de la vida. Tiene muchas subidas que nos fatigan, bajadas que nos precipitan y zonas llanas para tomar aliento. Es un modelo de vida y convivencia, algo que necesitamos aprender en estos años”, señaló al final del recorrido Jesús Sanz. Antes de salir de la Sala de LA NUEVA ESPAÑA, el arzobispo de Oviedo escribió una sentida reseña en el libro de visitas de la exposición, en la que califica la muestra como “preciosa” y reivindica el Camino Primitivo como “una andadura que tiene meta: Santiago y Cristo”.

Desarrollada por LA NUEVA ESPAÑA, “Camino Primitivo. Oviedo” está comisariada por María Álvarez, profesora titular de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo y ha sido diseñada por Proasur. La muestra está patrocinada por el Ayuntamiento de Oviedo y la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo del Principado –dentro del programa de promoción de Oviedo como origen del Camino–, el Banco Santander, la Fundación EDP y la Fundación Valdés-Salas. La exposición se puede visitar en la sala de LA NUEVA ESPAÑA (c/ Calvo Sotelo, 5, Oviedo), los sábados y los domingos, de 16.00 a 20.00 horas. De lunes a viernes, la muestra abre solo para visitas guiadas con reserva previa.

martes, 25 de enero de 2022

En relación a la cuestión de los bienes inmatriculados por la Iglesia

La Conferencia Episcopal Española hizo público ayer un informe con el análisis sobre el listado de bienes inmatriculados por la Iglesia entre 1998 - 2015 que el Gobierno entregó el año pasado al Congreso. Tras este estudio, la CEE ha informado al Gobierno de la existencia de aproximadamente un millar de errores en el mismo.

El informe compara el listado presentado al Congreso de los Diputados con el listado de bienes inmatriculados por las diócesis del país, detectándose más de 2.500 errores en la comparativa; de ellos, cerca de mil se corresponden a bienes de los que no consta su pertenencia a la Iglesia. El baile de cifras se debe a que el listado del Gobierno presenta:

1. Bienes de comunidades religiosas e incluso otras confesiones religiosas.

2. Registros duplicados, bienes desconocidos por falta de información detallada.

3. Bienes sobre los que no consta inmatriculación alguna o inmuebles que no son propiedad de la Iglesia por estar vendidos, donados, cedidos, expropiados, pertenecer a ayuntamientos o por error de inscripción de propiedad.

EL CASO DE OVIEDO

En el caso de nuestra diócesis, de los 549 bienes que aparecen en el listado del Gobierno:

· 532 son de propiedad diocesana y están inscritos en los correspondientes Registros de la Propiedad, pero no al amparo del Artículo 206 de la Ley Hipotecaria.

· 15 no ha sido identificados. 

· 2 errores (Dos Cementerios, uno en Grado y otro en Pola de Lena)

LAS INMATRICULACIONES, ¿UN PRIVILEGIO?

Recientemente se ha puesto en duda la capacidad de la Iglesia para poseer bienes materiales y para inscribirlos en el Registro de la Propiedad. Se ha dicho que la Iglesia no debería tener tantos bienes y que además su inclusión en el Registro de la Propiedad se ha realizado de manera fraudulenta.

La Iglesia, el Pueblo de Dios, está formada en España por más de 40.000 instituciones, registradas legalmente, y con capacidad de poseer bienes. Cada una de esas instituciones diócesis, parroquias, comunidades religiosas activas o contemplativas, institutos seculares, sociedades de vida apostólica, etc. pueden tener sus bienes para realizar la misión que se les ha confiado. Lo pueden hacer como cualquier otra institución civil, social, deportiva, científica, académica que concurren en el espacio público y trabajan en el tejido de la sociedad. Conocer la historia resulta imprescindible.

UN POCO DE HISTORIA

La Iglesia llegó a la península Ibérica en el siglo I. Durante siglos, el Pueblo de Dios fue construyendo lugares de culto, templos, parroquias o basílicas. Con la organización en diócesis fueron construyéndose las catedrales, y con la aparición de las órdenes religiosas comenzaron los monasterios, abadías y cenobios. Según crecía su presencia surgieron rectorías y seminarios, y la Iglesia recibía donaciones de tierras, fincas, etc. para el sustento de los sacerdotes y la ayuda a los necesitados.

Entonces no se cuestionaba la propiedad de los templos, los edificios y las tierras. Parecía evidente a quién pertenecía una catedral, un monasterio o una capilla. Lo mismo sucedía en el ámbito civil con los ayuntamientos y con los edificios públicos y con muchos otros bienes de particulares. No existía la necesidad de garantizar la propiedad de estos bienes porque nadie dudaba de quién eran ni lo ponía en cuestión.

En 1863 se crea en España el Registro de la Propiedad, a partir de la ley hipotecaria de 1861. Con él se pretende conseguir tres objetivos: dar certidumbre al dominio a los demás derechos reales sobre la cosa; posibilitar la libre circulación de la propiedad inmobiliaria; y asentar sobre sólidas bases al crédito territorial.

El sistema de inmatriculación por certificación -vigente desde 1863 hasta 2015- buscaba dar respuesta a la legislación desamortizadora del siglo XIX (Mendizabal y Madoz), que había dejado a la Iglesia sin título de propiedad de muchos de sus bienes. Así, desde ese momento, las instituciones públicas y la Iglesia pudieron hacer uso legal de la capacidad de inmatricular por certificación, para inscribir aquellos bienes de los que no es posible mostrar un título de propiedad por su antigüedad o por razones históricas.

Otro elemento resulta especialmente importante. Desde el comienzo del registro y hasta 1998 no se permitió a la Iglesia la inmatriculación de los templos. Esta restricción suponía una discriminación ya que la Iglesia católica era la única confesión religiosa en España que no podía inmatricular sus lugares de culto.

Para superar esta discriminación, desde 1998 hasta en junio de 2015 (reforma de la Ley Hipotecaria), se permitió a la Iglesia la inmatriculación de los templos utilizando el modo especial de inmatriculación por certificación.

Desde entonces, sólo las administraciones públicas y las entidades de derecho público con personalidad jurídica propia pueden inmatricular los bienes de su titularidad, mediante la aportación de su título escrito de dominio. Y, también desde 2015 se suprime la posibilidad de que la Iglesia inmatricule sus bienes mediante certificación del obispado y está sujeta para registrarlos a las normas legales comunes, bien por la vía de un título público de adquisición o mediante un expediente de dominio como también de otros procedimientos admitidos en derecho.

¿QUÉ HA REGISTRADO LA IGLESIA A SU NOMBRE?

La Iglesia ha inmatriculado los bienes que durante siglos el pueblo “católico” ha construido y confiado a la Iglesia para que ésta pudiera realizar su labor: el anuncio del Evangelio (apostolado), la celebración de la fe (culto) y el ejercicio de la caridad (servicio). Los bienes de la Iglesia se destinan precisamente a estos fines.

Ha inmatriculado también otros bienes recibidos a través de legados y herencias, que han sido destinados, de un modo u otro a los mismos fines. La Iglesia tiene la obligación de custodiar y mantener los bienes que le han sido confiados afectándolos a sus fines propios y poniéndolos a disposición de la sociedad, con independencia y colaboración con los poderes públicos, al servicio del pueblo cristiano

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LAS INMATRICULACIONES

· Inmatricular es inscribir por primera vez un bien en el Registro de la Propiedad. Esto implica que no ha estado nunca ni en todo ni en parte inscrita, pues de lo contrario estaríamos ante el fenómeno de la doble inmatriculación.

· Para inmatricular un bien en el Registro de la Propiedad es necesario acreditar el título de propiedad, o bien realizar un expediente de dominio, o bien mediante certificación.

· La inmatriculación de los bienes no otorga la propiedad. El registro, y por tanto la inmatriculación, tiene simplemente una función probativa o certificativa, lo que otorga seguridad jurídica, pero no tiene función constitutiva de la propiedad.

· Por esta razón, el sistema de inmatriculación prevé un período de 2 años de provisionalidad para corregir errores y presentar alegaciones. En todo caso, y de haberse producido, siempre podrán corregirse errores en el proceso.



Pincha aquí para leer el informe de la Conferencia Episcopal Española:

Informe-completo-gobierno-inmatriculaciones.pdf (conferenciaepiscopal.es)


“Caminando juntos hacia Cristo”

(Iglesia de Asturias) El pasado martes daba comienzo la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que se prolongará hasta el próximo día 25 de enero. Unas jornadas que este año llevan por lema “Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo”. El Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la Comisión fe y constitución del Consejo Ecuménico de Iglesias han elaborado conjuntamente unos materiales para ayudar a la reflexión y para preparar las celebraciones de este octavario. A ello se le unen los materiales que aporta la Subcomisión Episcopal para las relaciones interconfesionales y diálogo interreligioso de la Conferencia Episcopal Española. Los obispos de esta subcomisión han escrito un mensaje en el cual muestran su preocupación por “el avance de la descristianización de Europa”, que “inquieta la conciencia de las Iglesias y Comunidades eclesiales” que están preocupadas por la “pérdida de identidad cristiana de Europa”. Con este motivo los obispos reclaman “volver a poner el foco en el mandato que Cristo confió a los apóstoles, anunciar el Evangelio, que es la razón de ser de la Iglesia”.

En nuestra diócesis el recientemente nombrado Delegado episcopal de Ecumenismo, José Luis González, recuerda que la celebración de esta Semana de Oración cada año “forma parte de los deseos del Señor”, pues “Jesús murió en la cruz para reunir a los hijos de Dios dispersos, que es el hilo conductor que atraviesa todo el Antiguo Testamento, pues de boca de Yahvé sale constantemente esta exclamación Congregad a mi pueblo. Y quien realiza esta congregación del pueblo de Dios, que es en definitiva toda la humanidad, dividida por el pecado y por el mal, es Cristo en la cruz”.

Su nombramiento llegó después del fallecimiento, el pasado mes de marzo, de su predecesor, el sacerdote Silverio Zapico, por lo que estas jornadas se encuentran marcadas por su recuerdo, el de una persona que, durante los nueve años en los que se hizo cargo de esta Delegación, “se volcó con estas jornadas”, afirma José Luis González. “Es justo y necesario que nos acordemos especialmente de él en estas fechas –manifiesta–, porque fue un hombre muy preocupado por estos temas, que ocupan a todos los cristianos, y trabajó todo lo que pudo a favor de la unidad”.

La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos está fijada por la Iglesia anualmente en torno a estas fechas, y es que tal y como recuerda José Luis González, “San Pablo dijo que había que ser constantes en la oración, no cansarse y no desfallecer. En la vida cristiana la oración es fundamental, y un aspecto de la oración es la intercesión, pues intercediendo, no solo tomamos conciencia de lo que nos falta, sino que partiendo de lo que nos falta, es decir, de nuestra pobreza, pedimos al Señor caminar hacia aquello que es deseo y voluntad suya, que vivamos como familia cristiana, saboreando la misma fe en sus pequeños detalles. Porque los cristianos en líneas generales tenemos prácticamente una misma fe: creemos en Cristo y admitimos el misterio de la Trinidad Santa. Sin embargo, después tenemos cada uno nuestras peculiaridades, en las que no siempre estamos de acuerdo, pero buscando podemos encontrar lo que Cristo Jesús deseó”.

El lema de este año, Hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo, “nos trae a la mente la época de Navidad –afirma el Delegado– cuando esos Magos de Oriente, sabios que investigaban el cielo, vieron una luz. Eran buscadores de la verdad y fueron tras ella. La verdad siempre es luminosa. Y buscando se dieron cuenta de que la verdad no era algo, sino alguien. La verdad era Jesús en una manifestación tan pobre y tan pequeña como un niño. A veces la verdad se nos presenta así de humilde y lo humilde, ciertamente, es lo grande. Este lema nos recuerda en el ecumenismo la dimensión evangelizadora de la fe, y no hay que perder de vista que la evangelización tiene como tarea que todos conozcan a Cristo y entren a formar parte de su Reino”.

Con los años, las relaciones entre las diferentes confesiones cristianas van mejorando, gracias al diálogo y a los, cada vez más numerosos, encuentros que tienen lugar. “De cien años a esta parte, ha cambiado mucho el trato entre los cristianos –reconoce el Delegado episcopal de Ecumenismo. Del casi desconocimiento, se ha pasado a un caminar juntos, hacia un mismo punto común, que es Cristo”.

lunes, 24 de enero de 2022

Hoja litúrgica


La Madonna de Covadonga. Por Jorge Juan Fernández Sangrador

Angelo Roncalli. patriarca de Venecia y luego Papa Juan XXIII, visitó, en 1954, el santuario de Covadonga, y, en cierta ocasión, escribió: “Yo amo a la Madonna de Covadonga como la amáis vosotros los asturianos. Tengo su imagen en mi dormitorio y para ella es mi primera oración de la mañana…”

En efecto, la imagen de la Virgen de Covadonga estuvo en la alcoba pontificia, al igual que anteriormente en el patriarcado de Venecia, tal como puede apreciarse en las fotografías realizadas por Felici.

En 1960, siendo ya Papa, recordaba así, en una carta al arzobispo de Oviedo, Francisco Javier Lauzurica y Torralba, su estancia en Covadonga:

«La querida Virgen de Covadonga ha suscitado en Nos una devota contemplación y ha sido uno de los puntos más luminosos de Nuestro viaje a España, en el año 1954; es la sonrisa de Dios en la naturaleza y ha llenado mi corazón de gratitud y de gozo. Apenas la conocimos después de haber llegado a la cueva de Nuestra Señora, en la mañana del 21 de julio, celebramos la Santa Misa delante de Ella. ¡Cuánta dulzura inundó Nuestro espíritu y cuánto disfrutamos en aquel bendito lugar! Suavísima impresión dejó en Nos la visita al Seminario, durante la cual, en agradable reunión, hablamos en latín cum magna simplicitate, lo que fue muy bien acogido entre aquellos queridísimos jóvenes. (…) Todos estos recuerdos viven siempre en Nuestro espíritu».

domingo, 23 de enero de 2022

''Dar la buena nueva''. Por Joaquín Manuel Serrano Vila


Hoy, domingo III del Tiempo Ordinario celebramos en la Iglesia Universal el Domingo de la Palabra de Dios convocado por el Papa Francisco para que tomemos cada vez más conciencia de la importancia que la Palabra tiene en nuestra vida. Se refiere el Papa a esa Palabra que Dios lanza directamente a nuestro corazón buscando llegar a lo más profundo de nuestro ser; palabra que interpela, corrige, anima, levanta, ayuda... Única palabra viva y eficaz, en la que siempre encontramos estímulo para seguir caminando.

La primera lectura del libro de Nehemías nos encontramos cómo Esdras introduce la costumbre de leer con asiduidad la Torah tras el destierro babilónico. Se crea ya este rasgo identitario que definirá al pueblo del Señor, es un pueblo fiel a la lectura constante de su Palabra. No podemos olvidar que tanto los judíos con su Torah como nosotros con la Biblia no dejamos de ser una religión “de libro”. He aquí la esencia de nuestra espiritualidad; es cierto que la Eucaristía es el culmen de nuestro ser católico, pero separando nuestros sacramentos de la palabra de Dios nuestra fe quedaría incompleta. 

San Pablo en su epístola primera a los corintios, continua con el tema iniciado el pasado domingo y que iremos leyendo y haciendo nuestro los próximos. El Apóstol nos llama a vivir la diversidad en comunión. Me centro tan sólo en una frase de esta carta: ''Ahora bien, Dios organizó los miembros del cuerpo dando mayor honor a los que menos valían''. Así obra nuestro Dios para desconcierto de tantos: da mayor valor a los más pequeños, a los que parece que menos pintan o no sirven. Cómo dudar de que los humildes son sus favoritos. 

Y por último, en el evangelio de esta día vemos a ese Jesús que inicia sus primeros pasos de vida pública acudiendo a Nazaret, a su pueblo, donde tan sólo conseguirá críticas y descalificaciones (ya las había tenido “el hijo del carpintero”…) Cómo se atreverá éste  a leernos la sagrada escritura y afirmar que se cumple en él. Esta Loco este hijo de José y de María; si le hemos visto crecer, cómo va a estar el Espíritu del Señor sobre él. Quizá podríamos preguntarnos nosotros si no nos pasa a veces como sus paisanos y le minusvaloramos o pensamos que no podrá ayudarnos en las dificultades que se presentan en nuestra vida… Dejemos a Dios ser Dios, dejemos a Cristo cumplir su misión en nosotros. Él es la palabra encarnada, el enviado a dar la buena nueva a los pobres y a los cautivos la libertad. Ahora pensemos cuáles son nuestros cautiverios y de nuestros hermanos, y aplicándonos también su Palabra ver a quién  podemos nosotros esta semana ''dar la buena nueva''.

Evangelio Domingo III del Tiempo Ordinario

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,1-4;4,14-21):

Ilustre Teófilo:

Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros, como nos los transmiteron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo he resuelto escribírtelos por su orden, después de investigarlo todo diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.

En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.

Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:

«El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado a evangelizar a los pobres,
a proclamar a los cautivos la libertad,
y a los ciegos, la vista;
a poner en libertad a los oprimidos;
a proclamar el año de gracia del Señor».

Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él.

Y él comenzó a decirles:

«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».

Palabra de Dios

«El cristianismo democratizó el heroísmo a través del testimonio de los mártires»

(First Things)- Un concepto erróneo común sostiene que la «modernidad» temprana inventó al «individuo»: la idea de que cada persona es un alguien con una identidad única independiente de la familia, la tribu, el grupo racial o la nación. Y de esa idea de individualidad, se argumenta, surgieron los logros más distintivos de la civilización de Occidente. Esos logros (también se argumenta) están ahora amenazados por formas progresistas y conservadoras de colectivismo que amenazan la prerrogativa y la iniciativa individuales.

Es difícil no estar de acuerdo en que la modernidad, o la posmodernidad, o como quiera que se llame nuestro momento actual, es un desastre. Sin embargo, para arreglar ese desorden es necesario abrir la puerta de nuestra comprensión histórica y reconocer que el proyecto de civilización occidental tiene raíces más profundas que las que se alimentaron en la Florencia de los siglos XIV y XV y en otras ciudades-Estado del norte de Italia. Podemos aprender mucho sobre esas raíces más profundas gracias al historiador e intelectual británico Larry Siedentop, cuyo libro de 2014 Inventing the Individual argumenta de forma persuasiva que muchas de las ideas que ahora asociamos con «el individuo» comenzaron a tomar forma en los primeros seis siglos del primer milenio cristiano, mucho antes del Renacimiento italiano.

Antes del cristianismo, la inmortalidad era un concepto familiar: uno vivía en su familia. La resurrección de Jesús y la promesa de una «resurrección como la suya» (Rm 6,5) lo cambiaron todo, ya que el ser humano individual se convirtió en el lugar de la inmortalidad y, por consiguiente, en el portador de una dignidad única, personal e «individual».

Antes del cristianismo, el carácter fijo e inmutable de la desigualdad humana establecía la línea de fondo de todas las relaciones sociales. Gálatas 3,28 desafió eso cuando san Pablo enseñó que «No hay judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús». Este dictado paulino no solo supuso una nueva apreciación de la igualdad humana fundamental; también sentó las bases para una nueva comprensión de que la justicia debe reflejar la igualdad moral de todos, en lugar de inclinarse ante las desigualdades de riqueza, estatus social y poder.

No existiría el «individuo» ni la mejor civilización occidental si el cristianismo no hubiera redefinido el concepto de héroe. En la antigüedad precristiana, el heroísmo estaba reservado a los aristócratas astutos y ricos (pensemos en Odiseo). El cristianismo democratizó el heroísmo a través del testimonio de los mártires, entre los que se encontraban gente corriente, mujeres y esclavos. Además, ese testimonio encarnó una nueva forma de autoestima que es crucial para una comprensión adecuada del «individuo» como agente moral que puede reconocer las obligaciones y elegir libremente cumplirlas, incluso a un costo personal.

Los monasterios benedictinos de la mal llamada Edad Oscura aportaron a Occidente una primera experiencia de lo que hoy llamamos «asociaciones voluntarias» y un nuevo modelo de autoridad: un liderazgo elegido por sufragio universal en el seno de una comunidad responsable y capaz de entender sus necesidades y organizar sus asuntos. El monacato benedictino también dio un nuevo sentido al trabajo, que antes se consideraba servil y degradante. Por el contrario, los hijos de Benito y Escolástica aprendieron y enseñaron la dignidad del trabajo, lo vincularon a la oración (de ahí el lema benedictino Ora et Labora, «Reza y trabaja»), y sentaron las bases de una ética del trabajo que ha enriquecido enormemente el bienestar material de la humanidad.

Luego está la imponente figura de san Agustín. ¿Cómo puede alguien que haya leído Las Confesiones, la primera autobiografía verdadera, no encontrar en ellas una fuente del concepto moderno del individuo, por no mencionar un manantial de los hábitos de autoexamen y autocrítica esenciales para la ciencia y la democracia?

A estos puntos expuestos por el profesor Siedentop, permítanme añadir uno propio: ¿podría existir el concepto de «individuo» como portador de derechos «inalienables» (es decir, incorporados) si el cristianismo no hubiera reducido el tamaño del Estado al negarse a rendir culto a la autoridad estatal? Es cierto que hay un largo camino desde la diferenciación del Señor (en Mateo 22,15-21) entre lo que se debe al César y lo que se debe a Dios hasta el concepto occidental moderno de gobierno limitado por el consentimiento de los individuos responsables. Pero un paso crucial en ese camino se dio cuando Jesús, evitando una trampa tendida por sus adversarios, distinguió tajantemente entre el poder del Estado y la autoridad suprema de Dios. Si hay cosas de Dios que el César no puede reclamar, entonces el César no es Dios; y si el César no es Dios, el poder del César es, por definición, limitado. Al desacralizar el poder del Estado, el cristianismo ayudó a hacer posible la idea del Estado limitado, que no era una concepción inmaculada surgida de la mente de John Locke.

Volver a conectar con estas profundas raíces de la civilización occidental parece un paso importante para reparar lo que nos aflige actualmente como cultura y sociedad.

Publicado por George Weigel en First Things

El Papa Francisco convoca jornada de oración por la paz en Ucrania el 26 de enero

(VaticanNews/InfoCatólica) Tras haber rezado la oración mariana del Ángelus, en el Domingo de la Palabra de Dios, 23 de enero, el Papa Francisco expresó nuevamente su preocupación ante la tensa situación que vive Ucrania y lanzó un llamamiento de paz:

«Sigo con preocupación las crecientes tensiones que amenazan con asestar un nuevo golpe a la paz en Ucrania y ponen en entredicho la seguridad del continente europeo, con repercusiones aún más vastas. Hago un llamamiento sincero a todas las personas de buena voluntad para que recen a Dios Todopoderoso para que todas las acciones e iniciativas políticas estén al servicio de la fraternidad humana y no de los intereses partidistas», dijo Francisco.

En este sentido, el Obispo de Roma subrayó que los que persiguen sus propios objetivos en detrimento de los demás, «desprecian su propia vocación de seres humanos, porque todos hemos sido creados hermanos».

Por ello y con preocupación -añadió Francisco- dadas las tensiones actuales, propongo que el próximo miércoles 26 de enero sea un día de oración por la paz.

Asimismo, en el marco de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Santo Padre afirmó que ha aceptado la propuesta (llegada desde muchas partes) y ha proclamado a San Ireneo de Lyon Doctor de la Iglesia Universal:

«La enseñanza de este santo pastor y maestro es como un puente entre Oriente y Occidente: por eso lo llamamos Doctor de la Unidad, Doctor Unitatis. Que el Señor nos conceda, por su intercesión, trabajar juntos por la plena unidad de los cristianos», aseveró.

viernes, 21 de enero de 2022

Carta semanal del Sr. Arzobispo

Labios que alientan con su palabra

Lo decía el viejo sabio cuando, con tono irónico y una pizca burlón, miraba en su derredor para decir de los dioses falsos con hechura de manos humanas: tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven, tienen orejas y no oyen, no hay aliento en sus bocas (Sal 135). Le permitía presentarnos al verdadero Dios con ojos que se ensimisman en sus hijos, con oídos que escuchan nuestros latidos, y con unos labios que alientan palabras verdaderas que nunca engañan.

¡Qué hermoso poder sabernos abrazados por un Dios con esa entraña! Que no hay nada mío, por perdido y extraviado que parezca, que no pueda ser oteado cada mañana por unos ojos que desean mi regreso a casa desde las intemperies más insospechadas. Que no hay sordidez mía que no pueda ser escuchada por más que sean torpes mis hechos y palabras. Que no hay silencio mío que acallado me deja por dentro y por fuera, que no rompa su mudez una palabra tierna y veraz que se me acampa en los descampados del alma. Así es nuestro Dios bendito. Así sus ojos, sus oídos y su palabra.

Y de la Palabra se trata. Porque el tercer domingo de este año que comienza está dedicado a ella. Lo estableció el papa Francisco en 2019. ¿Cómo podemos acercarnos a la Palabra para que su escucha pueda abrazar de veras nuestra vida concreta y fructifique en un cambio del corazón, en un encenderse la esperanza? Hemos de leer la Biblia entablando una conversación con Dios, como se hablan los amigos, pues eso era para Santa Teresa la oración: un trato de amistad con quien sabemos que nos ama. Ahí tenemos su mensaje único y precioso con el acercamiento de su Palabra a mis silencios orantes, poniendo luz en mi oscuridad y bálsamo en mis heridas, mientras me dice al corazón lo que ha querido Dios reservar para los pobres y los sencillos, como dijo Jesús en una de sus más bellas oraciones al Padre (cf. Mt 11, 25), revelándonos de alguna manera su más querido secreto filial. 

Pero no podemos ponernos a la escucha de esta especial Palabra como quien oye llover o como quien se pierde en el murmullo de rumores ruidosos. Decía el papa Francisco cómo es esta Palabra distinta, única y bienaventurada, porque «en medio de tantas palabras diarias, necesitamos escuchar esa Palabra que no nos habla de cosas, sino de vida». Sí, es una Palabra que pone vida en mi camino, que abre sendas en mis intrincados vericuetos, que indica puertas en mis callejones sin salida. 

Pero hay de dedicar tiempo y espacio a la Palabra de Dios en medio de nuestras labores diarias como nos sugiere el papa Francisco: «Leamos algún versículo de la Biblia cada día. Comencemos por el Evangelio; mantengámoslo abierto en casa, en la mesita de noche, llevémoslo en nuestro bolsillo, veámoslo en la pantalla del teléfono, dejemos que nos inspire diariamente. Descubriremos que Dios está cerca de nosotros, que ilumina nuestra oscuridad, que nos guía con amor a lo largo de nuestra vida». Y con el mismo deseo nos invita: «No renunciemos a la Palabra de Dios. Es la carta de amor escrita para nosotros por aquel que nos conoce como nadie más. Leyéndola, sentimos nuevamente su voz, vislumbramos su rostro, recibimos su Espíritu. La Palabra nos acerca a Dios; no la tengamos lejos. Llevémosla siempre con nosotros, en el bolsillo, en el teléfono; démosle un sitio digno en nuestras casas. Pongamos el Evangelio en un lugar donde nos recordemos abrirlo cada día, si es posible al inicio y al final de la jornada, de modo que entre tantas palabras que llegan a nuestros oídos llegue al corazón algún versículo de la Palabra de Dios. Para poder hacer esto, pidamos al Señor la fuerza de apagar la televisión y abrir la Biblia; de desconectar el móvil y abrir el Evangelio». Porque Dios tiene labios que nos hablan. 

+ Jesús Sanz Montes, 
Arzobispo de Oviedo