miércoles, 14 de febrero de 2024

Tiempo de desierto. Carta de nuestro Párroco ante el inicio de la Cuaresma

Queridos fieles:

Al iniciar el camino de la Santa Cuaresma con la imposición de la ceniza en este miércoles, os invito de corazón a vivir éste como un tiempo de gracia que supone un esfuerzo importante si queremos de verdad prepararnos a la vivencia interior de las fiestas pascuales que se avecinan. Os animo de a mirar estos cuarenta días como un reto personal tratando de seguir los pasos de Jesús por la árida estepa, al tiempo que nos enfrentamos con el enemigo común que con múltiples formas, aspectos y caretas sale a nuestro paso para tentarnos con mil y una ofertas qué, pareciéndonos muchas incluso "inocentes", en realidad tratan únicamente de sacarnos del camino y alejarnos del Señor.

Ciertamente la Cuaresma que se nos presenta en España no es la de hace medio siglo, cuando todo parecía favorecer el clima, contexto y ambiente de este tiempo penitencial, espiritual y de recogimiento interior. Desde la programación televisiva, los sermones por radio de renombrados predicadores, el ambiente del hogar con las madres preocupadas por vivir de forma fidelísima la sobriedad y recato de aquellos días, sin omitir el mundo de la hostelería que ofrecía en ese tiempo los menús a base de pescados sencillos y otras opciones alternativas a la carne... Hoy las cosas son exactamente lo contrario, y tendremos que hacer un esfuerzo mayor los que seguimos al Nazareno y las normas de su Iglesia para esquivar las ofertas que amigos, comerciantes, periodistas y hasta parientes nos harán para no privarnos de tanto -¡o de nada!- cuando "la vida son dos días". A la luz se llega por la cruz, a la Pascua por la Cuaresma, como al Cielo a través de una vida santa. No olvidemos que somos peregrinos hacia el Domingo de Resurrección; sí, pero también hacia la Pascua eterna que anhelamos algún día alcanzar. Hay una meta en la lontananza que es la ''tierra que mana leche y miel'' (Ex 3,8).

Alguna vez ya me lo habréis escuchado: no vivimos tiempos mejores ni peores, lo importante del nuestro es saber qué hacer con él y cómo sacarle su partido... ¿Qué tenemos mucho en contra? Pues sí, pero que ello no nos convierta en cristianos pesimistas, sino auténticos; sólo desde la fidelidad y la autenticidad podremos sobrevivir en esta aventura de nadar a contracorriente. La misión que llevamos entre manos de salvar nuestras almas teniendo tantas trampas en nuestro camino no supone para nosotros algo malo o bueno, si somos capaces de enfocar nuestro hoy como un momento apasionante donde podemos aportar algo de luz con el ejemplo de una vida de oración, austeridad y misericordia. Así el Catecismo de la Iglesia nos recuerda en su Nº 1438 Los tiempos y los días de penitencia a lo largo del año litúrgico (el tiempo de Cuaresma, cada viernes celebrando en memoria de la muerte del Señor) son momentos fuertes de la práctica penitencial de la Iglesia. Estos momentos son particularmente apropiados para los ejercicios espirituales, las liturgias penitenciales, las peregrinaciones como signo penitencial, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna, la comunicación cristiana de bienes (obras caritativas y misioneras). Ahí tenemos, por ejemplo, los Santuarios de la Cruz de Liébana o de Caravaca, que en este Tiempo viven con más intensidad el valor de la meditación del Redentor en el madero santo. 

El Espíritu nos empuja al desierto, pues sólo en la soledad interior somos capaces de escuchar la voz de Dios, de caer en la cuenta lo mucho que nos sobra y al mismo tiempo cuánto les falta a tantísimos hermanos que están a mi alrededor. La Cuaresma es tiempo de camino y parada, como nos ha recordado el Santo Padre en su mensaje para este año: ''Es tiempo de actuar, y en Cuaresma actuar es también detenerse. Detenerse en oración, para acoger la Palabra de Dios, y detenerse como el samaritano, ante el hermano herido''. Entremos pues a la soledad del desierto con los ojos en el horizonte de la Pascua.

Provechosa y Santa Cuaresma

Joaquín Manuel Serrano Vila
-párroco-

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