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martes, 12 de julio de 2016
El desclericalizador que la desclericalice, buen desclericalizador será
El verano es época propicia para el esperpento como fruto de los calores y el dolce far niente. Las parroquias bajan el acelerador, las comunidades de base suspenden sus reuniones, muchos grupos de acción caritativa echan el cierre hasta septiembre y, en consecuencia, hay gente que se aburre muchoy sale por peteneras, que es una forma interesante de salir en los papeles.
Estos últimos días he visto casi de todo, pero me van a permitir que me sitúe en lashistorias que me han parecido más chuscas.
He visto publicada la carta de un cura de Getafe cabreado porque le cambian de parroquia. Lo de cambiar de parroquia es cosa que a todos nos sucede más tarde o más temprano, afortunadamente para nosotros y para los fieles. Para nosotros, porque uno se acomoda allí donde está y nos viene bien que nos manden con la música a otra parte por la cosa de que tomemos nuevos ánimos. Y para la gente por supuesto: los partidarios del cura para que no se acomoden, y los no partidarios para que descansen. Por otra parte es lo que hay: quien manda, manda y si después de veinte años decide que tocan maletas, pues maletas.
También he visto otra carta que para apoyar al cura insulta al obispo. Pues no son formas. Toda la vida con lo de respetar, pero juzgando y condenando al pastor.
Me ha llamado la atención que un concejal de IU de Fuentidueña de Tajo haya lanzado una campaña a favor de que concedan al P. Ángel de Mensajeros de la Paz (¿acaso hay otro P. Ángel, incluso otro padre?) el premio Nobel de la paz. Curioso el asunto.
Más perplejo me deja que la revista “Iglesia viva” haya decidido publicar su último número bajo el título “Por una Iglesia desclericalizada”, mayormente porque no me aclaro que cosa sea esa, qué sea el clericalismo, si es bueno, si es malo, si es medio pensionista. Defectos de formación de este su seguro servidor.
Dice el diccionario de la Real Academia de la Lengua que clericalismo tiene tres acepciones, que paso a comentar:
1. m. Influencia excesiva del clero en los asuntos políticos.
No creo que sea el caso. En España, y en la mayor parte del mundo, lo que opinen los curas importa nada, y lo que digan los obispos más de lo mismo. Clericalismo sin embargo si lo ha habido en el sandinismo nicaragüense, donde los curas llegaban a ministros. Pero me temo que ese era un clericalismo por el pueblo, y ese clericalismo popular es hasta bueno. Qué digo bueno, santo y profético. Así que tranquilos.
Se entiende perfectamente la diferencia. Un obispo sentado como procurador en las cortes franquistas era clericalismo y fascismo. Un cura ministro sandinista es un profeta. Cosas.
2. m. Intervención excesiva del clero en la vida de la Iglesia, que impide el ejercicio de los derechos a los demás miembros del pueblo de Dios.
Más me barrunto que vaya por aquí el asunto. Cuando curas, ex curas y laicos clericalizados se quejan de clericalismo, en definitiva lo que dicen es que se les deja mandar poco. O sea, que en lugar de que manden los obispos y los párrocos, es mejor que manden Manolo, Trini, Maria, Pepe y sor Anunciación, que llevan en el consejo parroquial desde el inicio de los tiempos, y sin necesidad de ser a su vez aconsejados.
Rafaela lo tiene visto en la parroquia de su sobrino. Hay unos cuantos que todo tiene que ser a su gusto y a su aire, y los demás a aguantarse, porque como se te ocurre llevar la contraria te llaman de todo. Hasta fascista le han dicho a ella, cosa que por otra parte le da igual. Dice Rafaela que justo en parroquias así lo que hay es demasiado poco clericalismo, que el cura y el obispo deberían dejar las cosas claras y mandar un poco más.
Claro que hay curas mandones, y muy mandones. Pero como te salgan laicos mandones, ahí sí que estás perdido. Y si encima son de esos medio “leídos y escribidos", nada que hacer. O les das la razón en todo y les dejas explicar, celebrar, organizar a su aire o serás básicamente antievangélico y como tal objeto de todo improperio, descalificación, condena y juicio sumarísimo. La gente tan abierta suele ser bastante intolerante cuando alguien se empeña en llevar la contraria. Ya saben: “estos curas que se pasan el día condenando son todos unos clericales, fariseos y ultramontanos". Pues eso.
3. m. Marcada afección y sumisión al clero y a sus directrices.
Pos eso ya depende de cada cual. No del clero.
Abierto quedo a que me lo expliquen y aclaren. Y si hay que desclericalizar a la Iglesia, se desclericaliza. Y el desclericalizador que la desclericalice, buen desclericalizador será.
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