martes, 31 de mayo de 2016

Carta abierta de los padres y las madres de niños y niñas en catequesis de Santa Veneranda. Por Jorge Glez. Guadalix


(De profesión Cura)


Señor obispo:

Somos un grupo de madres y padres que llevamos a nuestros hijos e hijas a catequesis a la parroquia de santa Veneranda, y que nos dirigimos a usted ante la situación generada en la parroquia tras el nombramiento como párroco de esta comunidad hace un año de D. Senén Garcinuño.

Los últimos ocho años tuvimos como párroco a D. Jesús del Negralejo, que supo dar a la parroquia un talante fraterno, solidario, alegre y comunitario, lo que le hizo ser querido por todos y todas los vecinos y vecinas del barrio. Hizo del templo y las dependencias un hogar abierto a todos sin distinción, donde se han podido desarrollar multitud de actividades para bien de todos.

Hace un año llegó D. Senén, que ha decidido acabar con todo lo anterior con la pretensión de hacernos regresar a una iglesia triste, conservadora, alejada de las personas, centrada en el culto y las normas, en clara oposición a los nuevos aires que nos trae el papa Francisco.

D. Senén, en claro deseo de dar la nota y aparecer por encima de los demás, viste siempre de clergyman, y no como D. Jesús, que quiso ser uno más hasta en la vestidura.

Una de sus primeros signos de autoritarismo ha consistido en cambiar las cerraduras de todas las dependencias, negándose a dar copias de las llaves a los responsables de cada una de las actividades como hasta ahora. No contento con eso, ha decididoadmitir en dependencias parroquiales única y exclusivamente a grupos que van a catequesis o a Cáritas de la parroquia, con lo cual han quedado suspendidas multitud de actividades que veníamos desarrollando como yoga, manualidades, escuela de baile, taller de reciclaje y aprendizaje del compartir.

Ha limitado mucho la participación de los laicos en el culto, negándose a cualquier cosa que según él se aparte mínimamente de los libros oficiales, para dar primacía a expresiones cultuales desfasadas y nada conciliares como la confesión, el rosario, la exposición del Santísimo o el via crucis.

Nuestros hijos acudían contentos a catequesis, donde aprendían a jugar y compartir y se educaban en valores cristianos. Hoy se pretende que aprendan las oraciones básicas del cristiano y los puntos fundamentales del catecismo a la vez que insiste en la obligatoriedad bajo pecado grave de la asistencia a la misa dominical. Como es natural, los niños vienen menos motivados y a los padres nos preocupa que se les eduque de tal manera que pueda generar una aversión hacia la Iglesia, cuando pensamos que lo que debe hacer es atraerlos a la parroquia.

En estos días de primeras comuniones hemos vuelto a tener problemas. Lleva varias semanas insistiendo en lo de confesarse y atemorizando a los niños a base de hablar del pecado, cosa que nos parece incorrecta porque creemos que nada que pueda asustar debe ser explicado. Las reuniones con los padres y las madres dejan mucho que desear, porque en lugar de tratar de ser comprensivo y saber aceptar las cosas, el otro día nos ha dicho que los que no estén casados por la Iglesia y en gracia de Dios, que no pueden comulgar, lo que nos parece que va en contra del nuevo espíritu que parece tenemos en la Iglesia.

La celebración de las primeras comuniones ha sido muy triste. No nos ha dejado colocar más adornos que las flores, cuando aquí era costumbre transformar la iglesia en fiesta total. Ni unos globos como otros años, ni ofrendas especiales, ni palmas o bailes. De pena.

Así estamos. Nosotros, padres y madres de la parroquia de santa Veneranda,pedimos que se nos respete como parroquia y que se le haga ver a D. Senén que no puede seguir así, de lo contrario acabaremos abandonando todos la parroquia.

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