viernes, 14 de noviembre de 2025

Christian Gálvez, fascinado por San Lucas y su evangelio: «Hace visible a los invisibles»

(Rel.) Christian Gálvez, periodista y presentador, trabajó en programas de Telecinco desde 2005 a 2024. Ahora tiene un programa en Telemadrid.

En 2022, en un viaje a Tierra Santa, vio avivarse en él una fe cristiana que tenía adormecida desde adolescente. Investigó, leyó, y en noviembre de 2024 lanzó su novela Te he llamado por tu nombre, que cuenta la historia de Jesucristo, con San Lucas como uno de los coprotagonistas.

Quedó tan fascinado con Lucas, y tenía tanto que decir sobre él y su época, que ahora publica el ensayo Lucas, el evangelista de los invisibles (editorial San Pablo), una exploración divulgativa del médico griego, su contexto y su fruto.

"Seas quién seas seas como seas, Lucas también escribió para ti. No es una historia de héroes, es una historia de redimidos", leemos en el libro.
Lucas, Pablo, Nerón... y una película con Caviezel

Christian vio la película Pablo, el apóstol de Cristo, con Jim Caviezel interpretando a San Lucas, ambientado en las persecuciones de Nerón. "Yo quería hacer una novela sobre Lucas, San Pablo y las persecuciones y tras ver la peli dije: 'bueno, eso ya está contado ahí'", explica a ReligionEnLibertad. Pero ahora ofrece al personaje en este ensayo. "Hay ficciones que sospechan que Lucas podía ser médico de Nerón. La ficción, las novelas o películas, consiguen llegar a mucha gente. La batalla de las Termópilas no fue como en '300' -ni el cómic ni la película- pero llevó a mucha gente a interesarse por los hechos. La ficción siempre suma.

En su novela Te he llamado por tu nombre, Gálvez cubre del año 30 al 70, cuando "llegan las tropas de Tito, crucificando a miles y destruyendo Jerusalén. El reto en una novela así es no parafrasear lo que ya está escrito en el Evangelio o en los libros de Flavio Josefo. Hay que presentar los dilemas de los personajes, complementar los hechos con emoción y con microhistorias para darle vida".

Admite que su novela bíblica descolocó algo a sus lectores acostumbrados a sus libros sobre el Renacimiento italiano. "Ha funcionado bien por recomendación personal. Y ahora estoy terminando otra, también sobre Jerusalén y el siglo I. Se centra en los últimos días de Jesús, contados por Judas y María, el más odiado, y la más amada. Me inspiro mucho en Anna Catalina Emmerich".

¿Un giro católico en nuestros días?

Preguntado por un avivamiento católico en la sociedad, lo matiza. "No sé si tiene que ver con el catolicismo en concreto, pero sí con la espiritualidad. La gente quizá no se pregunta por el Más Allá, pero sí por una vida con propósito, quienes somos, para qué vivimos. Va acompañado de una pérdida del pudor a hablar de este tipo de cosas".

Rosalía: ¿sinceridad o márqueting?

La estética católica-espiritual de Rosalía, ¿es márqueting o es sincera? "No lo sé, pero en ambos casos es útil y puede beneficiar a muchos. Si es una aproximación sincera y espirititual, ¡aplauso para ella por compartirlo! Pero incluso si es mero márqueting, aún así genera un arte que acerca a muchos a temas de la fe", plantea.

Gálvez ha leído la carta abierta del obispo de Sant Feliu a la cantante catalana. No le parece mal, pero se plantea si quizá sería mejor un contacto más discreto, de tú a tú.

¿Deben los obispos y clérigos dar el paso de acercarse a las celebridades?, le planteamos. "En mi caso, llevé mi novela al arzobispo de Madrid y luego me telefonearon y me dieron las gracias. Fui luego a un encuentro con jóvenes católicos de Madrid. Tanto los clérigos como las celebridades deberían perder el miedo, deben poder acercarse y preguntar, perder el pudor. Los clérigos quizá también deben prepararse para aceptar el espíritu crítico de los demás. Yo soy católico, pero tengo mi espíritu crítico. Pero sí, tengo varios sacerdotes con los que hablo. Por ejemplo, el párroco de Santo Domingo, en Algete. O el franciscano Fray Manuel Lama, de la Custodia de Tierra Santa. Y un sacerdote en Oleiros, en Galicia, que me presentó mi cuñada".

Lo que sí ve es que "hay muchos creyentes en el mundo televisivo, pero no se atreven a decirlo. ¡Pasa lo mismo que con el heavy metal! A muchos les da miedo decir que les gusta esta música por si les demonizan, y les critican. Igual con la fe: la tienen, pero no quieren verbalizarlo".

¿Debería la Iglesia lanzar específicamente una 'pastoral de las celebridades'? "Si es sólo para adoctrinarlas, no lo veo. La clave está en poder conversar", matiza el presentador a ReL.
De casi tramitar la apostasía a hablar de fe con fuerza

Hablando con más periodistas, resume su itinerario de fe. "Yo de adolescente me acerqué al Jesús histórico a través de las novelas de Caballo de Troya, de J.J.Benítez. Ellas me llevaron a leer los evangelios y muchas cosas más, ya en esos años. Ya adulto, en 2009, trabajé en un documental sobre turismo sexual en Asia. Vi cosas terribles y me indigné, me enfadé con Dios, hasta el punto de que casi tramité mi apostasía", explicó.

Luego vinieron unos años duros, de rupturas y divorcio. "Y soy el único presentador de la historia de la TV en España que se ha quedado sin programa ¡por acción del Poder Judicial! Luego llegó la pandemia, con muertes cercanas a mí por el covid. Entonces Patricia, en febrero de 2022, fue mi ángel. Me acercó a los evangelios con madurez. Ella y mi suegra me enseñaron que el amor y la fe no se esconden". Se refiere a Patricia Pardo, periodista y presentadora del programa Vamos a ver (Telecinco), y su esposa desde 2023.

"Desde que leí Caballo de Troya, yo quería visitar Jerusalén. Allí, en el Santo Sepulcro y en el Muro de las Lamentaciones, pasó algo hermoso y muy personal que me lo cambio todo", añade. Desde entonces, tiene mucho que decir sobre Jesús, la fe y los Evangelios.

Por qué San Lucas es especial

Le preguntamos si es buena idea recomendar a alguien que no sepa casi nada de la fe o del Evangelio que empiece leyendo el Evangelio de Lucas y Hechos de los Apóstoles. "¡Es el mejor de los consejos! Lucas nos ofrece una visión de 360 grados", responde.

Christian Gálvez ha sintonizado con San Lucas. "Él escribe para todos -griegos, romanos, judíos- y yo en televisión también quiero llegar a todos, de izquierdas o de derechas, a quien sea. Lucas fue un outsider perfecto y así pudo contarlo bien", explica.

Hablando con ReL, detalla: "Lucas no novelaba, o sea, no fantaseaba. Habla en primera persona, dice 'nosotros hicimos tal cosa'. Las cartas de Pablo apoyan que Lucas estuvo con él. 'Solo Lucas está conmigo', dice Pablo. Lucas hizo un trabajo de investigación, da muchos detalles, tiene capítulos exclusivos suyos, marca la diferencia respecto a otros. Quizá tuvo acceso a la hipotética fuente Q que usaron otros evangelistas, pero él siente necesidad de completar lagunas y de ir más allá".
Lucas hace visibles a los invisibles

"Leer a Lucas es entretenido y muy evangelizador. Él es científico, es médico. Tiene fe gracias a Pablo. No necesita ver para creer, pero sí recoge datos. Hace periodismo y crónicas, viaja a los sitios. ¡Da voz a la Virgen! Si Jesús era muy cercano, Lucas atiende especialmente a los niños, a las mujeres, a los invisibles... él les da visibilidad. Se presenta tímido, con ese 'nosotros'. Es una voz a la que puedes dar credibilidad".

Gálvez investigó a Lucas como antes investigó a Leonardo da Vinci y el Renacimiento italiano. "Primero fui a las fuentes y leí sus textos, los de la época. Me forjé mi opinión. Luego ya leí a otros autores y expertos", explica.

"Yo escribo sobre historia, también me dedico a la comunicación. Y me preguntó: ¿por qué escribe Lucas? Él es súper ordenado y súper cronológico. Tiene buen estilo. Cuenta la historia completa, lo que pasa tras la Ascensión, cómo crece el mensaje", prosigue.

¿Un Camino de San Lucas? Oriente y Occidente

En cierto momento del su libro, Gálvez se plantea si, igual que hay un Camino de Santiago, podría haber un Camino de San Lucas, una ruta hacia sus reliquias que une Oriente y Occidente. Con su familia ha estado en tres lugares importantes ligados a sus reliquias. En Praga vio su cráneo. Pero hay más. Empezaría, explica, en Chequia, en Praga y Brno. Después, a Austria: Viena, la abadía de Heiligenkreuz, Mariazell y Graz. Luego pasaría por Eslovenia: Maribor, Olimje, Brezje y Liubliana. Lo siguiente sería llegar a Italia: Udine, Aquilea, Venecia y Padua, para acabar en Tebas, Grecia. En todos estos lugares dejaron huella sus reliquias y devoción.

La Biblioteca Nacional acoge la presentación «Camino» cumple cien ediciones como el cuarto libro en castellano más traducido

(InfoCatólica) La Biblioteca Nacional de España ha sido el escenario elegido para presentar la edición número 100 en castellano de «Camino», la obra más conocida de san Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. Este libro de espiritualidad, que vio la luz por primera vez en 1939 en Valencia, se ha convertido en el cuarto libro en castellano más traducido de la historia, según el Instituto Cervantes.

Una obra que trasciende fronteras y generaciones

Casi noventa años después de su primera publicación, «Camino» mantiene una vigencia extraordinaria. La obra, que contiene 999 puntos breves de meditación personal, ha sido traducida a 142 lenguas y cuenta con más de cinco millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, acumulando 500 ediciones diferentes.

El carácter universal de esta pequeña obra queda patente en episodios como el ocurrido durante la persecución religiosa en Bulgaria, donde una edición clandestina ayudó espiritualmente a fieles católicos y de otras confesiones cristianas. Más recientemente, en marzo de este año, alcanzó el séptimo puesto en la lista general de libros más vendidos de Amazon en Estados Unidos, ocupando el primer lugar en la categoría de espiritualidad, gracias a que Hallow, la aplicación de oración católica más descargada del mundo, utilizó sus puntos para el reto de oración de Cuaresma de 2025.

Una edición especial coordinada por un experto

La editorial Rialp ha realizado esta edición especial a cargo del filólogo Fidel Sebastián Mediavilla, especialista en literatura del Siglo de Oro y autor de ediciones críticas de Teresa de Jesús, Baltasar Gracián o Luis de Granada. Esta centésima edición ofrece el texto original de Escrivá de Balaguer, anotado brevemente y con una introducción que sitúa al lector en su contexto histórico y espiritual.

«Una edición crítica busca la voluntad del autor, y se ilumina con lo que haga falta», explicó Sebastián, quien también destacó que «al volver a leer Camino, yo descubrí al místico. Creo que san Josemaría era un gran místico, como vemos por ejemplo en el punto 555», fruto de una experiencia en la oración del autor.

Un libro «misteriosamente vivo»

En el acto de presentación intervinieron Fidel Sebastián, autor de la edición; Marcela Duque, Premio Adonáis de poesía y editora de Rialp; Santiago Herraiz, consejero delegado de Rialp; y Fernanda Lopes, presidenta del Comité del Centenario del Opus Dei.

Santiago Herraiz, director de Ediciones Rialp, señaló que «Camino sigue vivo, misteriosamente vivo. Un libro de hace casi 100 años, que soporte el peso de los años, no es fácil. Hemos hecho una pequeña edición de Camino, tipo agenda de piel, con 5000 ejemplares y casi se han agotado».

Por su parte, la poetisa Marcela Duque apuntó que en «Camino», san Josemaría «logra una unidad entre la forma de expresión y lo expresado y esto también es lo que hace el Opus Dei, como el mismo santo apuntaba: 'hacer endecasílabos de la prosa diaria'».

Miles de caminos de intimidad con Cristo

Fernanda Lopes quiso subrayar «esos miles de caminos de intimidad con Cristo que este libro ha producido. Son cien ediciones, pero miles de caminos». Haciendo un paralelismo, Lopes destacó que «el centenario del Opus Dei se presenta como un camino, performativo, transformador para cada persona del Opus Dei».

El éxito de esta obra, reconocida como clásica de la literatura espiritual, radica no solo en la profundización de la vida cristiana, sino también en un estilo incisivo y una prosa brillante. Algunos críticos señalan que la fuerza del libro es el resultado de «una feliz conjunción entre el santo y el escritor, entre su elevada experiencia mística y su memorable calidad literaria».

jueves, 13 de noviembre de 2025

San Diego de Alcalá, el santo de los panes y las rosas

(Aleteia/ Mónica Muñoz) Humilde, servicial, obediente y caritativo, san Diego de Alcalá fue un gran taumaturgo español al que se le relaciona con los panes y las rosas por sus milagros

Antes de ser San Diego de Alcalá y que comenzara a hacer milagros, un niño nació el 14 de noviembre de 1400 en san Nicolás del Puerto, provincia de Sevilla. Su familia era muy modesta pero eran cristianos muy piadosos.

Tuvo poca instrucción pero se sintió atraído por la manera de vivir de un pariente suyo que era ermitaño y del que aprendió a amar a Jesús crucificado, la oración y la meditación. Por eso, él también se hizo consagró al Señor como ermitaño.

Dedicado a labores manuales y la recolección de leña, usaba todo lo que ganaba para ayudar a los pobres, por lo que la gente comenzó a ayudarlo con limosnas.

Hermano lego franciscano

Leyendo la vida de San Francisco de Asís y deseando evitar su creciente popularidad, pidió ingresar como religioso franciscano. Fue admitido y, a pesar de sus escasos conocimientos, podía responder maravillosamente cuando se le hacían preguntas de complicado contenido espiritual.

Por ello, a pesar de ser solo un hermano lego, sus superiores lo enviaron a las Islas Canarias en misión donde impidió la esclavitud y hubo muchas conversiones de paganos.

No fue el único cargo que desempeño, también fue superior de su comunidad, algo extraordinario porque no era sacerdote. Luego, en 1449 emprendió un viaje a pie desde España a Roma para asistir a la canonización de san Bernardino de Siena.

Iba acompañando a su Padre Superior Alonso de Castro, quien enfermó y fue atendido con tanto esmero por Diego que lo nombraron durante tres meses encargado del hospital de Roma.

Panes y rosas

Entre las anécdotas que dan testimonio de sus milagros, está una en la que, llevando comida a un mendigo, encontró en su camino al guardián del convento que era difícil de carácter. Este le preguntó qué llevaba bajo su manto, por lo que Diego, asustado, respondió que llevaba rosas, y efectivamente, al abrir su manto comenzaron a salir muchas bellas flores.

También se le atribuye el milagro de multiplicar los alimentos en el convento de Alcalá de Henares, por lo que nunca faltó comida para los pobres que acudían a él. Por eso se le representa también con panes.

Gran taumaturgo

Amaba mucho a la Santísima Virgen. Untaba aceite de la lámpara de su altar en los enfermos y que quedaban curados. Una vez bendijo a un joven que cayó dentro de un horno encendido, saliendo ileso.

Después de una vida humilde y de muchas obras buenas, murió el 13 de noviembre de 1463 en el convento de Santa María de los Ángeles en Alcalá de Henares. Su fama de santidad fue motivo de peregrinaciones a su tumba, donde también se realizaron numerosos milagros. El más famoso fue la curación del hijo del rey Felipe II, quien pidió al papa que canonizara a Diego. Fue proclamado santo en 1588. Su fiesta se celebre el 13 de noviembre. San Diego de Alcalá, ¡ruega por nosotros!

Guerra Campos, un «profeta de rabiosa actualidad que no se vendió a los aires de cambio modernistas»

(Rel.) Manuel Acosta Elías, diputado de Vox en el Parlamento de Cataluña, es doctor en Filología, máster en literaturas hispánicas, licenciado en Geografía e Historia y profesor de secundaria y bachillerato. Actualmente se encuentra inmerso en la promoción de su última publicación, Un faro en la tempestad, que se presenta este 13 de noviembre en Cuenca, sede episcopal del protagonista de la obra, José Guerra Campos.

Bajo el subtítulo de “Enseñanzas de un obispo contra infiltración de la secta modernista”, Acosta profundiza en la figura del obispo y el legado doctrinal y espiritual que dejó a través de los microespacios de 15 minutos de la serie ‘El Octavo Día’ que desarrolló en Televisión Española entre 1972 y 1973.

-¿Qué interés puede tener para el lector actual, del siglo XXI, un obispo que falleció en 1997, hace ya 28 años, Monseñor Guerra Campos?

-José Guerra Campos es un personaje extraordinario, fascinante, en la historia de la España reciente. Las enseñanzas del obispo José Guerra Campos son totalmente atemporales, trascienden el tiempo -como los clásicos-, parece que estén escritas por alguien que vive actualmente entre nosotros y que se dirigen al español de hoy, son de rabiosa actualidad, nos interpelan de tal manera que es imposible que nos deje indiferentes.

»A pesar de que han pasado 28 años desde su muerte podemos afirmar, sin lugar a equivocarnos, que Monseñor Guerra Campos fue un profeta de su tiempo, porque anunció la verdad y porque acertó en todo aquello que advirtió.
-¿Por qué le considera un profeta?

-Los profetas del Antiguo Testamento anunciaban la Verdad, contra viento y marea, en muchas ocasiones jugándose la vida, para que el pueblo elegido no errara en su obediencia a Dios, profetizaban acerca de lo que le sobrevendría y siempre acertaban. Don José Guerra Campos nos advirtió en 1976 de los males que, en la actualidad, están arrasando al hombre y a la sociedad española.

»Él profetizó al inicio de la Transición que, si la Constitución que se estaba confeccionando basaba sus cimientos en el más puro relativismo, desechando como fundamento de esa constitución las verdades absolutas (Dios, la patria, la vida, la familia) como principios innegociables, sobrevendrían sobre España la ley del divorcio, de la despenalización del aborto, la destrucción de la familia, la desvertebración de la patria y el enconamiento del terrorismo de ETA.

»Por si fuera poco, advirtió de la llegada de la ley de la eutanasia (promulgada hace escasamente dos años) y la ley de memoria democrática, cuyos efectos nocivos estamos padeciéndolos ya estos días con el anuncio del Gobierno de la desacralización del Valle de los Caídos.

»Don José Guerra Campos enseñó con claridad y maestría la doctrina cristiana y nunca se vendió a nada ni a nadie. No vendió al mejor postor las verdades de la fe y los principios de la moral declarados por el magisterio de la Iglesia. No se vendió a los aires de cambio del modernismo en el seno de la Iglesia, no se vendió a un nuevo régimen político que rechazó las verdades absolutas, no se vendió por una cruz en la declaración de la renta.

»Por eso, porque su enseñanza permanece, es atemporal, nos sigue interpelando a los católicos españoles de hoy, es tan necesaria la lectura de Un faro en la tempestad.

"Un faro en la tempestad: Enseñanzas de un obispo contra la infiltración de la secta modernista"; de Manuel Acosta.
-¿Por qué decidió trabajar en un libro sobre Mons. Guerra Campos en la actual sociedad española, fuertemente secularizada, que no le apetece oír hablar de Dios en general?

-Recientemente estamos observando una reacción, especialmente entre los jóvenes, contra el estilo de vida al que les ha sometido las tendencias socio culturales y políticas “woke” desde hace varias décadas. Es decir, hay un movimiento crítico contra el pensamiento único impuesto en la sociedad española, como correa de transmisión de las agendas globalistas internacionales.

»Está aflorando en muchas personas la reivindicación de formar una familia, de tener un empleo de calidad, de adquirir una vivienda, de amar a su Patria, de respetar con veneración a sus antepasados, a su historia, de defender que solo hay dos sexos…

»Y esto se traduce en muchas conversiones a la Fe de jóvenes y adultos que nunca habían tenido formación religiosa, así como tendencias culturales benevolentes y promotoras de los principios cristianos (proliferación de películas como Javier, Los domingos…; youtubers y cantantes que abrazan la Fe…). En este aspecto, el magisterio de D. José Guerra Campos, les puede ayudar a fortalecer su incipiente Fe gracias a su nítida y profunda enseñanza de la doctrina de la Iglesia.

Guerra Campos fue una figura importante en la Iglesia del posconcilio.
-¿Qué podremos encontrar en las páginas de Un faro en la tempestad. Enseñanzas de un obispo contra la secta modernista?

-En primer lugar, un sucinto prólogo del obispo Munilla en el que destaca el elogio a la figura de D. José Guerra Campos; su celo apostólico y su magnífica defensa de las invariables verdades de la fe y los principios morales transmitidos por el Magisterio de la Iglesia.

»En segundo lugar, una breve introducción que traza una aproximación biográfica de Monseñor Guerra Campos, contextualizada en el espacio y el tiempo.

»Finalmente, una joya de valor incalculable: la transcripción íntegra, anotada, de las 63 emisiones del programa de TVE “El octavo día”, magistral exposición de la doctrina cristiana dirigida y presentad por el mismo D. José Guerra Campos entre 1972 y 1973.

-Pero, ¿quién fue Monseñor Guerra Campos?

-A lo largo de toda su vida, especialmente a raíz del descubrimiento de su vocación sacerdotal y durante el desempeño de su intenso y prolijo ministerio presbiteral y episcopal, a D. José Guerra Campos solo le movió el afán de comunicar la salvación de Cristo a todos los hombres.

»Los fabulosos talentos que Dios le concedió supo administrarlos y hacerlos fructificar de tal manera que incluso sus detractores reconocieron públicamente la magnífica erudición y sabiduría de D. José, así como su profunda religiosidad y ascetismo, en nada contrapuesto con su exquisita afabilidad para con el prójimo.

»Utilizó sus extraordinarios talentos para la mayor gloria de Dios, como reza el lema ignaciano, para evangelizar, para ejercer de verdadero apóstol con nitidez y conforme al magisterio de la Iglesia, especialmente en aquellos momentos tempestuosos que le tocó vivir: la persecución religiosa durante la II República española y la Guerra Civil, la restauración de la sociedad tras la guerra, el Concilio Vaticano II, la proliferación de la heterodoxia en el seno de la Iglesia y la instauración de un nuevo régimen político en España, de espaldas a las verdades absolutas, basado en el relativismo.

»Monseñor Guerra Campos fue un testigo y protagonista de excepción de la historia reciente de la Iglesia y de España desde el desempeño de sus relevantes cargos: profesor de teología, filosofía e historia en centros eclesiásticos y de deontología en la Universidad de Santiago de Compostela, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), consiliario de la Junta Nacional de la Acción Católica Española, procurador en las Cortes Españolas, presidente de la Comisión Asesora de Programas Religiosos de RTVE, perito consultor de los obispos españoles en el Concilio Vaticano II, padre conciliar al ser preconizado obispo, secretario general del Episcopado Español, representante del Episcopado Español en el Primer Sínodo de Obispos en Roma, obispo titular de la diócesis de Cuenca…

-¿En qué momento empieza aparece la primera “piedra de escándalo” que obliga a Monseñor Guerra Campos a salir en defensa de la Verdad?

-Cuando, tras el Concilio Vaticano II, empezaron a proliferar, impulsadas por personalidades del ámbito eclesiástico y aventadas por ciertos medios de comunicación y grupos de opinión, interpretaciones que deformaban buena parte de las conclusiones conciliares y, por ende, la doctrina de la Iglesia y su magisterio, advirtió que reducir la misión de la Iglesia en el mundo a la mera animación por mejorar, exclusivamente, las condiciones temporales de las personas, llegando a suscribir las premisas del marxismo, es desnaturalizar la Iglesia.

»Denunció la minusvaloración, e incluso ridiculización, de los sacramentos, de la oración y de la devoción a María y a los santos, del celibato eclesiástico, de la confesionalidad, de la castidad, las normas litúrgicas que estos grupos contestatarios estaban proyectando.

Monseñor José Guerra Campos bendice en 1969 las instalaciones de RTVE en presencia de su director general, Adolfo Suárez (futuro presidente del Gobierno) y del ministro Manuel Fraga.

»Recordó que la Iglesia no es un factor más de los que concurren a la construcción de este mundo, aunque aporte tanto a esa construcción… La Iglesia tiene por misión central fomentar la comunicación con el mismo Dios por Cristo resucitado y alimentar una esperanza viva y trascendente.

»Y no tuvo miedo en anunciar la verdad, no se vendió a nada ni a nadie. En la época que le tocó vivir no se quiso vender al modernismo que se ha infiltrado en la vida de la Iglesia tras el Concilio Vaticano II y que se ha enquistado hasta nuestros días y que ha provocado el abandono de la fe en tantos fieles al desnaturalizar las verdades de la fe y los principios de moral propuestos y declarados por el magisterio de la Iglesia.

-¿Tuvo que seguir iluminando con su faro luminoso del Magisterio perenne de la Iglesia a lo largo de su vida?

-Así es, siempre, puesto que nunca se vendió a aquellos que, desde su posición de privilegio en la Iglesia española y en el ámbito político, promovieron una Constitución basada en el más puro relativismo, rechazando las verdades absolutas.

»De forma decidida y valiente anunció que por esa senda en España se aprobaría el divorcio, el aborto, la destrucción de la familia, la desvertebración de la patria y el ensañamiento del terrorismo de ETA. Además, intuyó la llegada de la eutanasia y la actual Ley de memoria democrática – cuando denunció la condena a la Iglesia en España porque no supo estar a la altura en 1936 que aprobó la Asamblea conjunta en 1971 con mayoría simple-. ¿Puede haber más actualidad en sus enseñanzas?

»Por eso la voz de Guerra Campos sigue resonando hoy con todo vigor. Por eso Guerra Campos sigue siendo hoy un faro que da luz a millones de españoles, en medio de la confusión y de la claudicación, de la traición de muchos que tienen el deber de ser guías del pueblo de Dios.

»Me gustaría saber si 28 años después del fallecimiento de buena parte del episcopado actual, seguirá teniendo vigencia sus enseñanzas, se seguirá escuchando su voz. Porque no la hemos oído hace dos años cuando se aprobó la eutanasia, ni ahora que el Gobierno, en una intolerable injerencia totalitaria, quiere desacralizar y destruir el Valle de los Caídos.

»En definitiva, cuántos males nos hubiéramos ahorrado los españoles si hubiéramos hecho caso de las enseñanzas clarividentes del obispo Guerra Campos y de su valentía. Por eso su voz sigue clamando en nuestros días con autoridad, firmeza y gallardía tantos años después.

»De él se puede decir, parafraseando a Jn 1, 47: “Ahí tenéis un israelita de verdad, en quien no hay engaño”. Por eso la voz de Monseñor Guerra Campos.

-En definitiva, ¿por qué se decidió a escribir "Un faro en la tempestad", este libro sobre la figura y obra de D. José Guerra Campos?

-Fundamentalmente por lo que le acabo de decir. Pero, además, por estos otros tres motivos: por mi condición de historiador, por haber tenido la inmensa fortuna de ser el catalogador de su archivo personal y, obviamente, por mi calidad de hijo de la Iglesia.

»En primer lugar, además de doctor en Filología, soy licenciado en Geografía e Historia, motivo por el cual soy un enamorado de la historia. Porque, ¿qué más subyugante que la Historia? La “Historia es verdaderamente testigo de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida, mensajera de la Antigüedad”. (“Historia vero testis temporum, lux veritatis, vita memoriae, magistra vitae, nuntia vetustatis”) Cicerón, De oratore, II, IX, 36

»O, si se prefiere, podemos definirla de esta otra manera: “… habiendo y debiendo ser los historiadores puntuales, verdaderos y no nada apasionados, y que ni el interés ni el miedo, el rancor ni la afición, no les hagan torcer del camino de la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir.” Don Quijote de la Mancha, Primera parte, Capítulo IX.

»Además, para un católico la Historia es una realidad fundamental porque la forma como Dios se ha revelado a los hombres es en la historia. Por lo tanto, la historia es el lugar de la revelación y, asimismo, la historia es el lugar de la salvación. La salvación no es algo que se dé en una esfera alejada de la realidad, en un ámbito de vida del espíritu que no guarda ninguna relación con el mundo material, con el mundo de la vida y del acontecer humano. Todo lo contrario, Dios se ha mezclado con el mundo del acontecer humano en la Encarnación y lo ha vencido en la cruz. Así pues, con toda humildad, pero también con toda seguridad creo que como historiador tengo aún más motivos para ser católico.

»En segundo lugar, la Fundación obispo José Guerra Campos confió en mí la tarea de catalogación de su archivo personal. Durante el tiempo que tuve el honor de organizar y catalogar he podido descubrir un tesoro incalculable que aporta claves fundamentales para entender los avatares socio políticos y religiosos de la historia de España de la II República, la Guerra Civil, la etapa de Franco, la Transición y la evolución del actual sistema parlamentario basado en la democracia inorgánica, puesto que Monseñor Guerra Campos fue un testigo y protagonista de excepción en todos esos períodos de nuestra historia.

»En tercer lugar, porque nadie ama lo que no conoce. Así pues, como cualquier católico, estamos llamados a profundizar, estudiar, conocer mejor los fundamentos de la fe de la Iglesia para reafirmarnos en ella, en definitiva, para amarla, para amar más a Dios. Por este motivo, al estudiar sus enseñanzas como padre y obispo de la Iglesia, me he dado cuenta de cómo se tergiversan cuestiones de liturgia, canónicas, doctrinales… en un momento como el actual en dónde reina la confusión en que él tuvo que corregir a la luz del Magisterio de la Iglesia.

-Para finalizar, ¿está teniendo aceptación el libro Un faro en la tempestad. Enseñanzas de un obispo contra la secta modernista? ¿tiene pensado hacer alguna presentación del libro?

-Sí, está teniendo mucha aceptación, hasta el punto de que hemos tenido que hacer una segunda edición. Me atrevería a decir que Monseñor Guerra Campos está de moda, ya que también otros autores como Cabezas, Carballo, Fernández Ferrero están publicando libros sobre Guerra Campos, así como diversos artículos.

»Hasta ahora hemos hecho presentaciones en Barcelona, Madrid y Sevilla, además de varias presentaciones en redes.

»El próximo jueves, 13 de noviembre, vamos a presentar Un faro en la tempestad en Cuenca, en la que fuera la sede episcopal de Guerra Campos. Presidirá la presentación el actual obispo de Cuenca, José María Yanguas, e intervendrán el presidente de la Fundación José Guerra Campos y un servidor. Están todos invitados a la presentación que tendrá lugar el jueves, 13 de noviembre, en la parroquia de San Esteban, en Cuenca.

miércoles, 12 de noviembre de 2025

La monja asturiana que sana libros

 

IX Jornada Mundial de los Pobres: «Tú, Señor, eres mi esperanza»

(C.E.E.) La Iglesia celebra la IX Jornada Mundial de los Pobres el próximo domingo 16 de noviembre. En el contexto del Año Jubilar, el lema seleccionado para este año ha sido tomado del salmo 71 y ahonda en la idea de la esperanza: «Tú, Señor, eres mi esperanza» (cf. Sal 71, 5). A continuación, se ofrece la nota de prensa conjunta de Cáritas y la Conferencia Episcopal Española (CEE), además de los materiales disponibles para la celebración de esta Jornada Mundial de los Pobres: el mensaje del papa León XIV, el Subsidio litúrgico, un guion para la homilía y diversas pautas para la animación de las comunidades

Nota conjunta de Cáritas y de la Conferencia Episcopal Española

IX Jornada Mundial de los Pobres: León XIV pide no resignarse a las nuevas oleadas de empobrecimiento

La Conferencia Episcopal y Cáritas promueven la jornada, que este año se celebra bajo el lema “Tú, Señor, eres mi esperanza”

Cáritas.- 12 de noviembre de 2025. En el marco de la IX Jornada Mundial de los Pobres, que la Iglesia celebra el próximo domingo 16 de noviembre bajo el lema “Tú, Señor, eres mi esperanza”, Cáritas Española ha presentado los datos del IX Informe FOESSA, una radiografía preocupante sobre la exclusión social en España. Ambas iniciativas se entrelazan en una misma llamada: no resignarse ante la pobreza ni perder la esperanza en la posibilidad de construir una sociedad más justa y fraterna.

El IX Informe FOESSA advierte sobre un proceso inédito de fragmentación social en el que las clases medias se contraen desplazando a muchas familias hacia situaciones de mucha dificultad. España mantiene además una de las tasas de desigualdad más altas de Europa, con 4,3 millones de personas en situación de exclusión severa, un 52% más que en 2007.

Ante esta realidad, el mensaje del papa León XIV para esta Jornada cobra especial actualidad. Bajo el lema del Salmista “Tú, Señor, eres mi esperanza”, el Pontífice alerta del riesgo de acostumbrarse y resignarse ante las nuevas oleadas de empobrecimiento. Frente a ello, invita a poner a los pobres en el centro de la mirada y a generar “nuevos signos de esperanza que testimonien la caridad cristiana”.

La Conferencia Episcopal Española (CEE) y Cáritas acogen esta propuesta y se unen para celebrar este día y difundir distintos materiales que se ofrecen como pautas para animar encuentros en las diócesis, parroquias, comunidades, movimientos, asociaciones e instituciones de la Iglesia.

Jornada Mundial de los Pobres en el contexto del Jubileo de la Esperanza

La Jornada de este año se celebra en el contexto del Jubileo de la Esperanza. Ambas iniciativas, impulsadas por el papa Francisco, coinciden en la urgencia de hacer visible la esperanza, especialmente entre los que viven en situación de pobreza, son víctimas del hambre, la violencia, el desplazamiento forzoso de sus lugares de origen y la vulneración de sus derechos humanos.

Las palabras del Salmista «Tú, Señor, eres mi esperanza» también brotan de un corazón oprimido por graves dificultades. Pero, como recuerda León XIV, permanece firme en la fe y encuentra en Dios la roca y la fortalece en la que apoyarse. Como el Salmista, el pobre “puede convertirse en testigo de una esperanza fuerte y fiable” porque “la profesa en una condición de vida precaria, marcada por privaciones, fragilidad y marginación. No confía en las seguridades del poder o del tener; al contrario, las sufre y con frecuencia es víctima de ellas. Su esperanza sólo puede reposar en otro lugar”.

El Pontífice invita a reconocer a Dios como “nuestra primera y única esperanza” para realizar “el paso de las esperanzas efímeras a la esperanza duradera. Frente al deseo de tener a Dios como compañero de camino, las riquezas se relativizan, porque se descubre el verdadero tesoro del que realmente tenemos necesidad”. De hecho, señala que la pobreza más grave” es “no conocer a Dios”. Pensar “que no necesitamos a Dios y que podemos llevar adelante la propia vida independientemente de Él”.

Nuevos signos de esperanza que testimonien la caridad cristiana

León XIV también indica las responsabilidades que conlleva “la invitación bíblica a la esperanza”. Mientras se afrontan las causas estructurales de la pobreza “todos estamos llamados a crear nuevos signos de esperanza que testimonien la caridad cristiana, como lo hicieron muchos santos y santas de todas las épocas”. Entre esos signos de hoy destaca las casas-familia, las comunidades para menores, los centros de escucha y acogida, los comedores para los pobres, los albergues o las escuelas populares “tan importantes para sacudirnos de la indiferencia y motivar el compromiso en las distintas formas de voluntariado”.

Para la Iglesia, los pobres “no son una distracción” sino “los hermanos y hermanas más amados”. Cada uno de ellos, “nos provoca a tocar con las manos la verdad del Evangelio”. Por eso, la Jornada Mundial de los Pobres “quiere recordar a nuestras comunidades que los pobres están en el centro de toda la acción pastoral. No solo de su dimensión caritativa, sino también de lo que la Iglesia celebra y anuncia”.

Los pobres, afirma el Papa “no son objetos de nuestra pastoral, sino sujetos creativos que nos estimulan a encontrar siempre formas nuevas de vivir el Evangelio hoy”. Además, al promover el bien común “nuestra responsabilidad social se basa en el gesto creador de Dios, que a todos da los bienes de la tierra; y al igual que estos, también los frutos del trabajo del hombre deben ser accesibles de manera equitativa. Ayudar al pobre es, en efecto, una cuestión de justicia, antes que de caridad”.

León XIV acaba su escrito poniendo su esperanza en que este Año Jubilar “pueda impulsar el desarrollo de políticas para combatir antiguas y nuevas formas de pobreza, además de nuevas iniciativas de apoyo y ayuda a los más pobres entre los pobres. El trabajo, la educación, la vivienda y la salud son las condiciones para una seguridad que nunca se logrará con las armas. Estoy contento por las iniciativas ya existentes y por el compromiso que cada día asumen a nivel internacional un gran número de hombres y mujeres de buena voluntad”.

martes, 11 de noviembre de 2025

Santoral del día: San Martín de Tours

(COPE) Nos acercamos hasta un hombre que, de un ámbito frío y pagano, se acercó a una realidad de Fe y amor. Y es que hoy celebramos a San Martín de Tours. Este Santo Obispo, nace en Panonia (Hungría) en el año 316. Siempre tuvo un corazón grande que chocaba con el paganismo familiar en el que estaba envuelto.

Su padre le quería militar como él. Y el hijo no tuvo más remedio que obedecer aunque no se sentía muy conforme. Pero un día ocurriría un hecho que le marcó y fue como el primer impulso de la Providencia para llevarle a la Fe. La situación se presenta cuando va en el caballo y se encuentra con un mendigo pidiendo.

Entonces se parte un trozo de su capa y se la da. La noche siguiente se le aparece el Señor en sueños asegurando que “Martín que no está bautizado ha compartido con Él un trozo de su capa”. De esta manera se hace bautizar. El siguiente paso es abandonar el ejército porque él no se ve para glorias humanas.

Para dejarlo claro abandona también sus posesiones y se acerca a la vida contemplativa, fundando un Monasterio en Ligugé (Francia). Él mismo forma parte de esos muros viviendo en pobreza, castidad y obediencia.

Su ejemplo cundió y no pocos fueron los que le siguieron en este camino. Elegido obispo de Tours decide aceptar pero pide a Dios seguir siempre con su espíritu caritativo y lo consigue. Allí ayuda a cuantos necesitan ayuda. Todos le conocieron por esta faceta impregnada siempre de sencillez. San Martín de Tours muere el año 397. Fue uno de los santos más honrados en la Edad Media.