(Rel.) Christian Gálvez, periodista y presentador, trabajó en programas de Telecinco desde 2005 a 2024. Ahora tiene un programa en Telemadrid.
En 2022, en un viaje a Tierra Santa, vio avivarse en él una fe cristiana que tenía adormecida desde adolescente. Investigó, leyó, y en noviembre de 2024 lanzó su novela Te he llamado por tu nombre, que cuenta la historia de Jesucristo, con San Lucas como uno de los coprotagonistas.
Quedó tan fascinado con Lucas, y tenía tanto que decir sobre él y su época, que ahora publica el ensayo Lucas, el evangelista de los invisibles (editorial San Pablo), una exploración divulgativa del médico griego, su contexto y su fruto.
"Seas quién seas seas como seas, Lucas también escribió para ti. No es una historia de héroes, es una historia de redimidos", leemos en el libro.
Lucas, Pablo, Nerón... y una película con Caviezel
Christian vio la película Pablo, el apóstol de Cristo, con Jim Caviezel interpretando a San Lucas, ambientado en las persecuciones de Nerón. "Yo quería hacer una novela sobre Lucas, San Pablo y las persecuciones y tras ver la peli dije: 'bueno, eso ya está contado ahí'", explica a ReligionEnLibertad. Pero ahora ofrece al personaje en este ensayo. "Hay ficciones que sospechan que Lucas podía ser médico de Nerón. La ficción, las novelas o películas, consiguen llegar a mucha gente. La batalla de las Termópilas no fue como en '300' -ni el cómic ni la película- pero llevó a mucha gente a interesarse por los hechos. La ficción siempre suma.
En su novela Te he llamado por tu nombre, Gálvez cubre del año 30 al 70, cuando "llegan las tropas de Tito, crucificando a miles y destruyendo Jerusalén. El reto en una novela así es no parafrasear lo que ya está escrito en el Evangelio o en los libros de Flavio Josefo. Hay que presentar los dilemas de los personajes, complementar los hechos con emoción y con microhistorias para darle vida".
Admite que su novela bíblica descolocó algo a sus lectores acostumbrados a sus libros sobre el Renacimiento italiano. "Ha funcionado bien por recomendación personal. Y ahora estoy terminando otra, también sobre Jerusalén y el siglo I. Se centra en los últimos días de Jesús, contados por Judas y María, el más odiado, y la más amada. Me inspiro mucho en Anna Catalina Emmerich".
¿Un giro católico en nuestros días?
Preguntado por un avivamiento católico en la sociedad, lo matiza. "No sé si tiene que ver con el catolicismo en concreto, pero sí con la espiritualidad. La gente quizá no se pregunta por el Más Allá, pero sí por una vida con propósito, quienes somos, para qué vivimos. Va acompañado de una pérdida del pudor a hablar de este tipo de cosas".
Rosalía: ¿sinceridad o márqueting?
La estética católica-espiritual de Rosalía, ¿es márqueting o es sincera? "No lo sé, pero en ambos casos es útil y puede beneficiar a muchos. Si es una aproximación sincera y espirititual, ¡aplauso para ella por compartirlo! Pero incluso si es mero márqueting, aún así genera un arte que acerca a muchos a temas de la fe", plantea.
Gálvez ha leído la carta abierta del obispo de Sant Feliu a la cantante catalana. No le parece mal, pero se plantea si quizá sería mejor un contacto más discreto, de tú a tú.
¿Deben los obispos y clérigos dar el paso de acercarse a las celebridades?, le planteamos. "En mi caso, llevé mi novela al arzobispo de Madrid y luego me telefonearon y me dieron las gracias. Fui luego a un encuentro con jóvenes católicos de Madrid. Tanto los clérigos como las celebridades deberían perder el miedo, deben poder acercarse y preguntar, perder el pudor. Los clérigos quizá también deben prepararse para aceptar el espíritu crítico de los demás. Yo soy católico, pero tengo mi espíritu crítico. Pero sí, tengo varios sacerdotes con los que hablo. Por ejemplo, el párroco de Santo Domingo, en Algete. O el franciscano Fray Manuel Lama, de la Custodia de Tierra Santa. Y un sacerdote en Oleiros, en Galicia, que me presentó mi cuñada".
Lo que sí ve es que "hay muchos creyentes en el mundo televisivo, pero no se atreven a decirlo. ¡Pasa lo mismo que con el heavy metal! A muchos les da miedo decir que les gusta esta música por si les demonizan, y les critican. Igual con la fe: la tienen, pero no quieren verbalizarlo".
¿Debería la Iglesia lanzar específicamente una 'pastoral de las celebridades'? "Si es sólo para adoctrinarlas, no lo veo. La clave está en poder conversar", matiza el presentador a ReL.
De casi tramitar la apostasía a hablar de fe con fuerza
Hablando con más periodistas, resume su itinerario de fe. "Yo de adolescente me acerqué al Jesús histórico a través de las novelas de Caballo de Troya, de J.J.Benítez. Ellas me llevaron a leer los evangelios y muchas cosas más, ya en esos años. Ya adulto, en 2009, trabajé en un documental sobre turismo sexual en Asia. Vi cosas terribles y me indigné, me enfadé con Dios, hasta el punto de que casi tramité mi apostasía", explicó.
Luego vinieron unos años duros, de rupturas y divorcio. "Y soy el único presentador de la historia de la TV en España que se ha quedado sin programa ¡por acción del Poder Judicial! Luego llegó la pandemia, con muertes cercanas a mí por el covid. Entonces Patricia, en febrero de 2022, fue mi ángel. Me acercó a los evangelios con madurez. Ella y mi suegra me enseñaron que el amor y la fe no se esconden". Se refiere a Patricia Pardo, periodista y presentadora del programa Vamos a ver (Telecinco), y su esposa desde 2023.
"Desde que leí Caballo de Troya, yo quería visitar Jerusalén. Allí, en el Santo Sepulcro y en el Muro de las Lamentaciones, pasó algo hermoso y muy personal que me lo cambio todo", añade. Desde entonces, tiene mucho que decir sobre Jesús, la fe y los Evangelios.
Por qué San Lucas es especial
Le preguntamos si es buena idea recomendar a alguien que no sepa casi nada de la fe o del Evangelio que empiece leyendo el Evangelio de Lucas y Hechos de los Apóstoles. "¡Es el mejor de los consejos! Lucas nos ofrece una visión de 360 grados", responde.
Christian Gálvez ha sintonizado con San Lucas. "Él escribe para todos -griegos, romanos, judíos- y yo en televisión también quiero llegar a todos, de izquierdas o de derechas, a quien sea. Lucas fue un outsider perfecto y así pudo contarlo bien", explica.
Hablando con ReL, detalla: "Lucas no novelaba, o sea, no fantaseaba. Habla en primera persona, dice 'nosotros hicimos tal cosa'. Las cartas de Pablo apoyan que Lucas estuvo con él. 'Solo Lucas está conmigo', dice Pablo. Lucas hizo un trabajo de investigación, da muchos detalles, tiene capítulos exclusivos suyos, marca la diferencia respecto a otros. Quizá tuvo acceso a la hipotética fuente Q que usaron otros evangelistas, pero él siente necesidad de completar lagunas y de ir más allá".
Lucas hace visibles a los invisibles
"Leer a Lucas es entretenido y muy evangelizador. Él es científico, es médico. Tiene fe gracias a Pablo. No necesita ver para creer, pero sí recoge datos. Hace periodismo y crónicas, viaja a los sitios. ¡Da voz a la Virgen! Si Jesús era muy cercano, Lucas atiende especialmente a los niños, a las mujeres, a los invisibles... él les da visibilidad. Se presenta tímido, con ese 'nosotros'. Es una voz a la que puedes dar credibilidad".
Gálvez investigó a Lucas como antes investigó a Leonardo da Vinci y el Renacimiento italiano. "Primero fui a las fuentes y leí sus textos, los de la época. Me forjé mi opinión. Luego ya leí a otros autores y expertos", explica.
"Yo escribo sobre historia, también me dedico a la comunicación. Y me preguntó: ¿por qué escribe Lucas? Él es súper ordenado y súper cronológico. Tiene buen estilo. Cuenta la historia completa, lo que pasa tras la Ascensión, cómo crece el mensaje", prosigue.
¿Un Camino de San Lucas? Oriente y Occidente
En cierto momento del su libro, Gálvez se plantea si, igual que hay un Camino de Santiago, podría haber un Camino de San Lucas, una ruta hacia sus reliquias que une Oriente y Occidente. Con su familia ha estado en tres lugares importantes ligados a sus reliquias. En Praga vio su cráneo. Pero hay más. Empezaría, explica, en Chequia, en Praga y Brno. Después, a Austria: Viena, la abadía de Heiligenkreuz, Mariazell y Graz. Luego pasaría por Eslovenia: Maribor, Olimje, Brezje y Liubliana. Lo siguiente sería llegar a Italia: Udine, Aquilea, Venecia y Padua, para acabar en Tebas, Grecia. En todos estos lugares dejaron huella sus reliquias y devoción.


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