martes, 4 de agosto de 2020

Novena a la Santina 2020


AGOSTO

Día 30
Preside y predica 
el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Bernardito Auza,
Nuncio Apostólico en España 

Día 31
''Salud de los Enfermos''
D. José Reinerio Fernández Iglesias,
Párroco del Espíritu Santo - San Pablo Gijón

SEPTIEMBRE

Día 1 
''María, asociada al dolor de Jesús''
D. Julián Francisco Herrojo Rodríguez,
Párroco Sto. Cristo de las Cadenas. Oviedo

Día 2
''María, fortaleza en la fe''
D. Juan Ignacio García Iglesias
Párroco de la U.P. de Castropol

Día 3
''El rosario, plegaria humilde y poderosa''
D. Javier Gómez Cuesta,
Párroco de San Pedro de Gijón

Día 4
''Aceptar como María la voluntad de Dios''
D. Juan Lozano Belmonte, Arcipreste de Gijón
 y Párroco del Corazón de María

Día 5 
''En tí buscamos refugio''
D. Benito Gallego Casado,
Deán de la Catedral de Oviedo

Día 6
''Líbranos de todo pecado''
D. Juan Hevia Fisas,
Párroco de la U.P. de Pola de Siero

Día 7
''Covadonga, escuela de comunión y misión''
D. Antonio Vázquez Escobar,
Vicario Episcopal de Pastoral y Párroco de San Pablo de Oviedo

Todos los días misa a las 18:00 horas y procesión hasta la Santa Cueva

Día 8
Festividad de Nuestra Señora de Covadonga
12:00 Misa Solemne . Preside el Excmo. y Rvdmo. Sr. 
D. Jesús Sanz Montes O.F.M. Arzobispo de Oviedo

El Nuncio Apostólico inaugura este año la Novena a la Santina

(Iglesia de Asturias) La Novena y la fiesta en honor de Nuestra Señora de Covadonga se celebrarán este año en el Real Sitio, en las fechas habituales, del 30 de agosto al 8 de septiembre. Todo ello siguiendo las indicaciones que en su momento tenga establecidas la Consejería de Sanidad del Principado de Asturias.

Este año la Novena tiene como lema “María, Fuente de Alegría y Esperanza”, y será inaugurada el 30 de agosto por Mons. Bernardito Auza, Nuncio Apostólico de Su Santidad en España. 

Como ya es habitual, tanto el novenario, como la eucaristía en la festividad de Nuestra Señora de Covadonga, podrán seguirse en directo a través del canal de YouTube del Santuario.

lunes, 3 de agosto de 2020

''Dadles vosotros de comer''. Por Joaquín Manuel Serrano Vila















Dejando atrás las parábolas del Reino que interiorizábamos la semana pasada, este domingo XVIII del Tiempo Ordinario la Palabra de Dios nos presenta unos preciosos textos con un matiz totalmente eucarístico. 

La primera lectura del libro de Isaías de apenas seis líneas es todo un canto al banquete celestial, Dios por boca del profeta nos habla de un sacramento siglos antes de ser instituido. Nos llama sedientos, y dice bien, pues nuestro mundo sufre la sed física y espiritual; quizás si supiéramos resolver la sed espiritual la sed física no existiría. Si cada cristiano del mundo tuviéramos la fe de ver a Cristo en el sediento como la Madre Teresa de Calcuta no habría sedientos ni hambrientos, ni de pan ni de agua, ni de Dios ni de amor. El profeta es claro: ¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta, y el salario en lo que no da hartura?. 

La segunda lectura, la epístola de San Pablo a los Romanos, tan conocida como profunda nos ayuda a contemplar otro aspecto de la Eucaristía; esto es la oblación. La misa no sólo es fiesta, asamblea, reunión del pueblo de Dios, acción de gracias por excelencia y todos esos tópicos bien conocidos; no olvidemos que la santa misa es Cristo mismo: cuerpo partido y sangre derramada, y todo por amor. El Sacramento Eucarístico es el amor de los amores, es nuestra común unión con el Señor, por eso el Apóstol es tajante, pues resume en esta carta su propia vivencia ‘’quien encuentra a Cristo lo deja todo y ya no renuncia a Él’’ por eso no titubea en confirmar que nada podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro. 

Y finalmente el evangelio, la multiplicación de los panes y los peces. El evangelista San Mateo nos sitúa en los comienzos de la predicación de Jesús al detallar: ‘’En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado’’. Más no era un desconocido, sino que ya empezaba a congregar multitudes como ocurrió. Creemos que ese viaje en barca consistió en cruzar el mar de Tiberiades hacia la zona montañosa, cerca de las afueras de Betsaida, pero cuando Jesús llega ya le estaban esperando. No olvidemos que el viaje era en cierto modo una huida del ajetreo, un hacer duelo por Juan Bautista, un retiro… seguro que los discípulos al ver a la gente le trataron de convencer para desembarcar en otro lugar, y he aquí una clave de este evangelio: ‘’vio Jesús el gentío y le dio lástima’’, ahí está el corazón humano de Jesús que se compadece de aquellos pobres, enfermos y humildes que tenían puesta la esperanza en Él. 

Jesús les hace varios regalos: su presencia, su palabra, la promesa del Reino, la salud para los enfermos… Y ante el día que decaía con la preocupación de los apóstoles, el Señor les da a estos un nuevo encargo: ‘’dadles vosotros de comer’’. Lo mismo que nos pide ahora a nosotros: da de comer tú el pan al hambriento; al hambriento de fe, al hambriento de esperanza, de amor… Y si Jesús primero mostró su humanidad ahora muestra su divinidad multiplicando cinco panes y dos peces hasta el punto que todos comieron hasta saciarse y aún sobró alimento (doce cestos llenos, por los doce y las doce Tribus; es decir, el que cree en Él nunca pasará hambre). Jesús es el nuevo Maná, anticipo de lo que será la Eucaristía: los hermanos unidos en torno a Cristo -como nosotros- para compartir la Palabra y el Pan. Ojalá sepamos vivir la Eucaristía compartiendo lo que tenemos, dando a conocer el Pan que nunca se agota -y está en el Sagrario- y que ante todas las necesidades con que nos topemos sepamos cumplir en verdad el mandato del Señor para dar de comer al hermano.

La Virgen del Buen Suceso se queda este año en su ermita

Sin procesión, verbena ni reparto del bollu, los vecinos del Carbayu, en Lugones, celebran una misa como única actividad de sus fiestas

(El Comercio) La Virgen del Buen Suceso no abandonó este año la ermita del Carbayu, en Lugones. La pena era visible entre los miembros de la Cofradía organizadora, especialmente en su presidente desde hace tres décadas, Manuel Fernández, más conocido como Manolito 'El Pegu'. «Habrá que esperar otro año, no se suspendía la romería desde la guerra civil», recordó el veterano, quien mañana cumplirá 82 años.

Otros, como el cronista de la localidad, José Antonio Coppen, echaron de menos el reparto del bollu, unas notas de gaita o un par de voladores que recordasen que era un día festivo en el barrio. Aún así, a la misa no faltaron los feligreses más devotos, que a pesar de la amenaza de lluvia llenaron los bancos dispuestos para la eucaristía.

El rito estuvo presidido por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, quien también hizo hincapié en el carácter festivo de la cita, en la que se mantuvo «la distancia adecuada y el aforo que corresponde». Junto a él estuvieron el párroco local, Joaquín Serrano, y el delegado episcopal y párroco de San Juan, Javier Suárez.

Sanz puso el toque de humor en un sermón poco convencional en el que no faltaron las anécdotas personales y el tirón de orejas a la clase política. «Es una tentación en el ámbito educativo desplazarnos», criticó en relación a la eliminación de la religión como asignatura obligatoria en los colegios. «Los padres deberían tener el derecho a decidir cómo educar a sus hijos, nos quieren infantilizados», sentenció.

Las medidas higiénico-sanitarias se mantuvieron todo lo que la tradición permitió. Si bien la paz se dio sin apretón de manos, la comunión se realizó a la antigua usanza; eso sí, gel hidroalcohólico mediante. «Como cristianos y ciudadanos tenemos el deber de la prudencia», incidió el arzobispo.

domingo, 2 de agosto de 2020

Evangelio Domingo XVIII del Tiempo Ordinario

Lectura del santo evangelio según san Mateo (14,13-21):

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.»

Jesús les replicó: «No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.»

Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.»

Les dijo: «Traédmelos.»

Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

Palabra del Señor

sábado, 1 de agosto de 2020

Santa María del Buen Suceso: muéstranos a Jesús. Por Joaquín Manuel Serrano Vila

Queridos feligreses y amigos, miembros de la Cofradía, vecinos del Carbayu y devotos todos de Nuestra Señora del Buen Suceso: 

Nos disponemos a celebrar la festividad de la Santísima Virgen María en esta advocación tan querida y familiar en nuestra localidad, donde la llamamos Santa María del Buen Suceso. Acudimos a Ella como la mejor abogada e intercesora que tenemos ante el Altísimo para pedirle de corazón en este año y en esta situación tan particular que vivimos aquello que a menudo le decimos con la boca pequeña cuando le rezamos la salve: después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. 

Si ya de por sí la vida terrena es un destierro y un valle de lágrimas, más que nunca lo hemos experimentado estos meses de miedo, dolor y confinamiento. A Ella que no fue ajena a todo esto sino que experimentó los dolores de la vida, le pedimos que nos enseñe a permanecer junto a la cruz y a esperar contra toda esperanza estando atentos a las indicaciones que hizo a los sirvientes de la boda de Caná de Galilea: haced lo que Él os diga. 

Cuando entramos en la capilla del Carbayu vemos pintado en el techo una estrella, ésta representa fielmente lo que es María para nosotros en nuestras pesadillas y oscuridades: el faro que nos indica cómo llegar a su Hijo al que igualmente nos muestra en su regazo. ‘’Mira a la Estrella, invoca a María’’... Así decía San Bernardo de Claraval ya en el siglo XII al escribir esa preciosa recomendación: ‘’En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón’’. 

Este año no tenemos Romería; no podemos juntarnos, hemos de llevar mascarillas para todo… vivimos un luto prolongado con este enemigo invisible que acecha en cada esquina. Nos entristece el recuerdo reciente de tantos que hemos tenido que despedir de forma precipitada e inesperada, más no caigamos en la desesperación pues con la ayuda de la fe avanzaremos aún por el negro túnel de la incertidumbre hasta que por fin podamos vislumbrar la luz al final de tan largo recorrido. 

Decía un cristiano que veía próxima su muerte, que la única tranquilidad que tenía a la hora de ser examinado del amor era pensar en el gran amor que durante toda su vida había profesado a la Santísima Virgen. El Señor nos salvará con la intercesión de María, pues la mediación de una madre siempre logra cambiarlo todo. Ojalá amemos cada día más a Nuestra Señora, y amándola más a Ella le amaremos también más a Él. 

Es notoria la devoción que en el Carbayu se tiene por su Patrona; sorprende ver a devotos de Lugones y alrededores cómo se acercan a diario a saludar María, a regalarle una oración o dejarle simplemente una flor a la entrada tras una cómplice mirada… San Pío de Pietrelcina recomendaba: “Cuando se pasa ante una imagen de la Virgen hay que decir: Te saludo, María. Saluda a Jesús de mi parte”. En esta fiesta tan diferente de prevenciones y cautelas sanitarias no dejemos de subir en algún momento hasta la capilla del Carbayu para pedirle a nuestra Santina que nos conceda el buen suceso más esperado y deseado este año: salud para esta humanidad que desde su indigencia y necesidad de Dios sigue luchando contra el COVID-19. 


Reina y Señora del Carbayu, Madre de Dios del Buen Suceso: 
 "muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre".

Joaquín, párroco

Fiesta del Carbayu