domingo, 25 de agosto de 2024

Homilía en la Visitación de María a su prima Santa Isabel
















Querido hermano sacerdote y Acólitos fieles,
Autoridades presentes,
Sociedad de Festejos Santa Isabel,
Hermanos y hermanas:

El pasado año 2023 el Papa Francisco nos regaló varias y profundas reflexiones sobre este misterio de la Visitación. Quiero traer a colación dos de ellas que me parecen de gran ayuda para nosotros en este día: Las primeras palabras son las que pronunció en su discurso de la vigilia de la JMJ en Lisboa. El Santo Padre nos decía: ‘’Uno se pregunta: ¿por qué María se levanta y va deprisa a ver a su prima? Claro, acaba de enterarse de que la prima está embarazada, pero ella también lo está. ¿Por qué entonces va a ir si nadie se lo pidió? María realiza un gesto no pedido, no obligatorio; María va porque ama, y «el que ama, vuela, corre y se alegra» (Imitación de Cristo, III, 5). Eso es lo que nos hace el amor. La alegría de María es doble, ella acababa de recibir el anuncio del ángel, que iba a recibir al Redentor y también la noticia de que su prima está embarazada; es curioso, en vez de pensar en ella piensa en la otra: ¿por qué? porque la alegría es misionera, la alegría no es para uno, es para llevar algo…’’ Estas palabras del Vicario de Cristo nos recuerdan aquel sabio consejo que antaño los frailes se decían al ir a predicar a tierras lejanas:‘’el mejor modelo y patronazgo de toda misión, es la Santísima Virgen en su Visitación’’. En este último domingo de Agosto oramos especialmente por la próxima misión diocesana que, si Dios quiere, pronto se abrirá al otro lado del océano, posiblemente en Méjico.

La otra afirmación del Papa fue la realizada en su viaje apostólico a Marsella en el mes de septiembre, donde en su bellísima homilía dijo: ‘’En estas dos mujeres, María e Isabel, se revela la visita de Dios a la humanidad: una es joven y la otra anciana, una es virgen y la otra estéril, y sin embargo ambas están encinta de un modo “imposible”. Esta es la obra de Dios en nuestra vida: hace posible aun aquello que parece imposible, engendra vida incluso en la esterilidad. Hermanos y hermanas, preguntémonos con sinceridad de corazón: ¿creemos que Dios está obrando en nuestra vida? ¿Creemos que el Señor, de manera misteriosa y a menudo imprevisible, actúa en la historia, realiza maravillas y está obrando también en nuestras sociedades marcadas por el secularismo mundano y por una cierta indiferencia religiosa?’’. Os recomiendo vivamente la lectura de esa predicación del Santo Padre sobre la Visitación que no tiene desperdicio alguno. Entre las muchas ideas que propuso el Romano Pontífice en aquella celebración pidió que la Visitación de María a Isabel fuera un modelo para una Europa acogedora. Nosotros que nos decimos cristianos, seguidores del Maestro, no podemos cerrar nuestras puertas al forastero, no sólo porque también nosotros lo fuimos, sino porque Jesucristo llega a nosotros en ellos. Al respecto, creo que merece un reconocimiento especial la obra del Seminario Metropolitano de Oviedo que ha sabido ser nuevo hogar para un grupo seminaristas de la diócesis de Jinotega (Nicaragua), Iglesia hermana que vive hoy la persecución religiosa y la dictadura más cruenta en nombre de los que -una vez más, y al contrario resulta- se autoproclaman adalides de la libertad. De esta forma la Iglesia que peregrina en Asturias restaura también de algún modo el mal ejemplo que antaño pudimos dar con algunos hijos de esta tierra que mediante el uso de la violencia contribuyeron a derrocar una dictadura para imponer otra igual o peor. En ocasiones también nosotros miramos con desconfianza a los sacerdotes y seminaristas que vienen de fuera, pero os animo -utilizando las palabras del Papa- a hacer nuestro el modelo de La Visitación.

Hemos de sentirnos orgullosos de que la fiesta grande de nuestra Parroquia y nuestro Pueblo sea en honor de estas benditas primas; este es el misterio que año tras año revivimos en el ocaso ya del asueto veraniego. Es un día para pedir al Señor la gracia de ser dignos de recibirle en nuestro corazón, en nuestra alma... No hay mejor forma que revivir la visita de María a Isabel que viviendo con el alma bien dispuesta la santa misa. Por medio del Espíritu Santo Dios mismo se encarnó en el seno de María; también hoy y aquí actúa y baja del cielo a nuestro altar a través de las manos de un sacerdote. Cuando nos ponemos a la fila para comulgar, aún habiéndonos confesado recientemente, uno siempre se siente indigno pero feliz al mismo tiempo de recibir a Jesucristo, y también saltamos de gozo cuando vemos que Cristo va entrar en nosotros como le ocurrió a Santa Isabel cuando su hijo ya empezó su misión de Precursor anunciando en pataleo de alegría que llegaba el Señor a su casa. Y cuando comulgamos, llevamos al Señor en nuestro interior como lo llevó María cual arca preciosa de la Nueva Alianza. Este gozo de recibir al mismísimo Jesucristo ha de empujarnos a salir del templo transformados, con prisa por llevarle también nosotros a nuestros hermanos, en especial los que más nos puedan necesitar. María no sólo pensó que su anciana prima en estado de buenaesperanza podría necesitar ayuda, sino que se dejó guiar por aquel impulso de la Providencia. Esta es una característica inequívoca de María: su prontitud en llevar adelante el plan de Dios para este mundo por Ella. 

La vida es un regalo hermoso, por eso en esta Parroquia bendecimos en este día a las madres que como María e Isabel, esperan el nacimiento de un hijo. Que estos días de fiesta en Lugones sea tiempo de bendición; Santa Isabel bendice y ensalza a su prima -diciendo bien de ella- que en éstas desterremos las críticas o murmuraciones y busquemos siempre lo que está bien en el trabajo de los demás, no lo que me hubiera gustado a mí en el otro de otro modo. Necesitamos como María cantar "el magnificat", reconocer que Dios hace obras grandes en nosotros, ante nuestros ojos, en medio de su pueblo... Os invito a poner en práctica esa propuesta radical que nos hizo el Papa: hacer de nuestra vida una Visitación, siempre presurosos a ponernos en camino, a llevar a Cristo allá donde puede ser bálsamo, luz y salvación; a servir con caridad, no desde nuestras valías y capacidades, sino desde la sencillez de quien sabe que no tiene oro ni plata, pero dando lo que tenemos: Jesucristo mismo (Hch 3,6).

En estos días en muchas diócesis, vicarías, delegaciones y parroquias se trazan las líneas pastorales, objetivos y hojas de ruta para el curso pastoral a punto de iniciar. Mi propuesta para este curso es muy sencilla y a la par muy exigente: imitar a Santa María, fomentar nuestro amor a la Madre de Dios, pues todo el que se acerca a Ella se encuentra con Él. Todo el que elige a la Santísima Virgen por modelo acaba siendo un buen cristiano de confesión frecuente y de comunión piadosa, de caridad sincera y radicalidad evangélica. San Juan de Ávila, patrono del clero español decía que ''más querría estar sin pellejo que sin devoción a María'' (Sermon 63). Estas palabras del Santo manchego nos vienen muy bien dado que ayer hemos recordado a San Bartolomé. Será un curso para mirar a María, aprender en su escuela de humildad y por su senda llegar a Cristo, monte de salvación. Benedicto XVI describió de forma magistral lo que era la Visitación al decirnos que "La anciana Isabel simboliza a ese Israel que espera al Mesías, mientras que la joven María lleva en sí la realización de tal espera para beneficio de toda la humanidad". Nuestra vida a menudo transcurre entre Isabeles y Marías, entre eternas esperas y vistazo en lontananza hacia el desconocido mañana, y tenemos el presente lleno de tanto bueno que a menudo se nos escapa, preocupados por cumplir la agenda de nuestros días. Vivamos el presente y el mañana en clave de fe, conscientes de que hemos de alabar al Señor por un día más que se nos regala, pues se manifiesta "grande en medio de nosotros", y unidos a Él ahora lo estaremos también mañana allá donde nos corresponda estar.

No quiero terminar sin dar las gracias de corazón a la Sociedad de Festejos de Santa Isabel, la saliente y la actual que se estrena; a estas chicas particularmente mucho ánimo, y saber que podéis contar con esta Parroquia. Gracias a la coral San Félix, a la Agrupación folclórica La Sidrina, a las personas que limpian y cuidan el templo, los que hacen posible el adorno floral, al organista y a las autoridades que nos habéis querido acompañar con vuestra libre presencia. En definitiva, gracias a todos los que hacéis posible que esta fiesta de La Visitación de María a Santa Isabel brille y haga brillar y vibrar a nuestra Parroquia. 

Mañana a las seis de la tarde como es tradición tendremos la misa por los difuntos de Lugones; seguro que en el cielo en estos días también hay fiesta entre tantos lugonenses que desde allá nos miran. Quiero tener un recuerdo muy especial para una persona que ha sido muy importante en esta Parroquia y que encarnó como nadie La Visitación en su día a día, y ya está en manos del Padre; me refiero a la Hermana del Santo Ángel de la Guarda, Bibiana: ¿cuántos kilómetros hizo llevando a Cristo en el portaviático y visitando y llevando a Cristo a tantos enfermos, ancianos y solitarios. La Parroquia de Lugones es angelina y visitandina, estamos llamados a ''ser ángeles visibles'' y, al mismo tiempo, Marías que siempre rápidas suban a las montañas de nuestro entorno, a tantas casas de otras isabeles y zacarías que esperan un milagro, una palabra de aliento, a que Dios mismo se haga su huésped...

Que Santa María de la Visitación y Santa Isabel bendigan a Lugones hoy y siempre. Amén! 

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