martes, 4 de julio de 2017

Savia nueva para las Clarisas de Villaviciosa

(villaviciosahermosa.com)
Vicente A. Naredo

La Comunidad de Monjas Clarisas de Villaviciosa celebraron ayer viernes un emotivo e importante acto en su historia, Andrea Hernández una joven mexicana , oriunda de Orizaba, donde vivió toda su vida, ha decidido desde hace quince meses, vivir la experiencia monástica en esta pequeña fraternidad de las Clarisas de Villaviciosa. Ayer daba otro paso más en el proceso formativo, teniendo lugar la toma de hábito; con lo cual empieza a formar parte de esta Comunidad de Clarisas villaviciosina

Fue una ceremonia sencilla y emotiva, rodeada de algunos de sus familiares más cercanos, de varios sacerdotes amigos, de un grupo representativo de su México natal, o del Consulado de México en Asturias. También se encontraban numerosos asistentes de la parroquia de Villaviciosa, y otras muchas personas de diferentes lugares de Asturias y Cantabria. Y por supuesto de la gran familia franciscana.

Según explica la Madre Abadesa de las Clarisas, María Luisa Picado “Hace muchos años que este rito se venía haciendo en privado, como casi todas las Órdenes antiguas; pero las Clarisas tenemos un protocolo especial basado en el origen de una tradición multisecular, que hemos querido recuperar uniéndonos a toda la Orden de Santa Clara”. Apuntaba también María Luisa Picado “cuenta la Leyenda de Santa Clara que cuando Clara inicia la vida franciscana, Francisco le aconseja que se vista lujosa y elegante, que se adorne con joyas que realcen su hermosura. Y así, ataviada como una novia que se arregla para su esposo, se presente en público el último día que Clara vivirá ‘entre las vanidades del siglo’. Después se dirige al encuentro de Francisco que le viste una burda túnica marrón y le corta su preciosa cabellera, que cubre con un velo”

Y añade la Abadesa “Este paso que Clara diera hace más de ocho siglos, lo vuelve a reproducir Andrea, esta joven que, teniéndolo todo en la vida, ha decidido seguir los pasos de Jesús en sencillez y pobreza”

Andrea Hernández Vivar entró en contacto con la comunidad de Clarisas de Villaviciosa por medio de una sacerdote amigo y de una hermana de su Comunidad, que le ofrecen la dirección de correo electrónico de las Clarisas de Villaviciosa. Después de más de un año comunicándose asiduamente, Clara pidió venir a pasar sus vacaciones de verano con las monjas de La Villa. De forma que hace dos veranos se vino quince días y experimenta lo que puede ser una vida en fraternidad. De regreso a México se integra en su trabajo, imparte clases en la Universidad y trabaja en una clínica odontológica. Forma parte de la Comunidad Neocatecumenal de la parroquia de Santa María de Guadalupe “La Concordia” en Orizaba. Poco a poco va madurando su respuesta, y decide venirse definitivamente para seguir los pasos de Clara de Asís en este pequeño rincón de Asturias.

Añade finalmente, María Luisa Picado, muy ilusionada con el acontecimiento y ceremonia, “Como representante de esta Comunidad de Clarisas puedo decir que Andrea es un ejemplo para todas nosotras, que nos sentimos felices de que haya querido unir su vida a la nuestra, y damos gracias a Dios porque es un regalo de Dios para nuestra Comunidad”

Por su parte Andrea Hernández expresaba así sus sentimientos sobre la Toma de Hábitos, ““Me siento muy feliz, no solo por el momento tan importante que viví, sino Dios en su infinito amor me ha hecho la invitación a seguirle y he experimentado que las cosas materiales y muchas otras que en el mundo ofrecen felicidad, en realidad no la dan. Que vivir de una manera sencilla y sobre todo teniendo presente a Dios en cada momento de mi día, aún cuando vea un panorama gris, hace la gran diferencia. Recuerdo un canto popular mexicano, ‘Yo tengo un amigo que me ama, que me ama con su tierno amor’ Y eso me basta“acto que resultó muy cariñoso y emotivo, fue celebrado en la iglesia del monasterio que se encontraba llena de asistentes. La ceremonia fue oficiada por el párroco de Villaviciosa, Jorge Cabal, contando con la presencia de varios sacerdotes llegados de toda Asturias.

Tras finalizar la ceremonia, Andrea Hernández Vivar, se dirigió a los asistentes con palabras de agradecimiento y recibió las felicitaciones de cada uno de los asistentes a la ceremonia

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