(El Comercio) El párroco de Lugones, Joaquín Serrano, anunció tras la finalización de las obras de iluminación general de la iglesia de San Félix de Lugones la intención de «cambiar la disposición del Cristo Yacente y de la Virgen de la Soledad», no solo para mejorar su ubicación, sino también para ganar espacio en la capilla lateral dedicada a Santa Bárbara.
Para lograr este objetivo, la parroquia contará con un nuevo altar estas dos imágenes, «que son las que procesionan en Semana Santa» y las situará en dicha capilla. El nuevo altar estará listo dentro de un mes. La parroquia está inmersa en «los detalles y dando forma a los planos y bocetos en el taller» en Oviedo, encargado de hacer el altar.
Finalizadas las obras del sistema eléctrico se ha conseguido «liberado espacio y podremos redistribuir la disposición de las imágenes» para que cada una tenga el lugar que merece dentro de la iglesia «y no estén casi todas juntas» como sucede ahora. Otro de los aspectos positivos de estos cambios en la capilla lateral será «el disimulo de la rejilla de ventilación», que quedará tapada a la vista, avanzó Joaquín Serrano.
Tanto el párroco como los feligreses están muy implicados en la mejora y mantenimiento del templo. De hecho, basta recordar que la Cofradía del Cristo de la Piedad y de la Soledad es la responsable de la adquisición de la imagen de la Virgen de la Soledad, traída el pasado mes de octubre del taller del prestigioso imaginero jienense José Miguel Tirao Carpio.
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La reforma completa del sistema eléctrico y de iluminación que se llevó a cabo durante el mes de enero supuso una inversión «importante» de más de veintiún mil euros, pero «era necesario acometer esta obra porque el sistema anterior se había quedado obsoleto». El templo tiene más de setenta años de antigüedad y, aunque se habían realizado algunas modificaciones, era prioritaria la renovación de la electricidad, que ahora se adapta a las medidas de ahorro energético y beneficiará a la parroquia.
El siguiente paso se verá dentro de un mes con el nuevo altar en la capilla de Santa Bárbara para el Cristo Yacente y la Virgen de la Soledad.
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