domingo, 23 de febrero de 2014

TERCER DOMINGO DE SAN JOSÉ


El dolor:
cuando la sangre del niño Salvador fue derramada en su circuncisión.
El gozo:
dada con el nombre de Jesús.
Oh ejecutor obedientísimo de las leyes divinas, glorioso San José: la sangre preciosísima que el Redentor Niño derramó en su circuncisión os traspasó el corazón; pero el nombre de Jesús que entonces se le impuso, os confortó y llenó de alegría.

Por este dolor y este gozo alcanzadnos el vivir alejados de todo pecado, a fin de expirar gozosos, con el santísimo nombre de Jesús en el corazón y en los labios.


Padrenuestro, Ave y Gloria.

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