viernes, 25 de octubre de 2013

El papa Francisco a los obispos: "¡No hagáis esperar nunca a un sacerdote!"

 

En la primera ordenación episcopal de su pontificado, el Papa Francisco destacó entre las prioridades de los obispos la oración personal y la atención a los sacerdotes. En una ceremonia celebrada el jueves por la tarde en la basílica de San Pedro, el Santo Padre impuso las manos a dos diplomáticos: el italiano Giampiero Gloder, nuevo presidente de la académica diplomática del Vaticano, y el francés Jean-Marie Speich, nombrado nuncio en Ghana.
El Papa afirmó que los obispos deben, ante todo, rezar. Lo subrayó con toda claridad: «Un obispo que no reza es un obispo a mitad de camino. Y si no reza, cae en la mundanidad», es decir, en conductas superficiales y acomodaticias a la moda de cada momento.
Pero sobre todo insistió con gran fuerza, al margen del texto escrito, en un mandamiento esencial: «Amad a vuestros presbíteros y a vuestros diáconos. Son los más cercanos de los cercanos. ¡No hagáis esperar nunca a un sacerdote! Respondedles enseguida. Estad cerca de ellos».
Como siempre, el Papa hablaba desde la fuerza del ejemplo pues en sus años como arzobispo y cardenal de Buenos Aires rezaba durante dos horas en la capilla del arzobispado antes de celebrar misa a las siete de la mañana. Justo al lado había un teléfono, cuyo número conocían sólo los sacerdotes de Buenos Aires, de modo que podían llamarle siempre en esas dos horas sabiendo que Jorge Bergoglio respondería personalmente al teléfono.

El Santo Padre recordó también que «el episcopado es un servicio y no un honor», y que el obispo esta «para servir y no para dominar». Les invitó a preocuparse por todos, el primer lugar los sacerdotes y los fieles, pero también los no católicos, teniendo siempre muy presentes a los pobres, los indefensos y las personas necesitadas de ayuda.
A lo largo de estos siete meses, el Papa ha trazado un modelo de obispo ideal en sus discursos a los nuncios, a los alumnos de la academia diplomática del Vaticano y a los obispos americanos durante la JMJ de Río de Janeiro. Les previno contra el «carrerismo», contra el complejo de «príncipes» y contra la mentalidad burocrática. En la homilía de su primera ordenación episcopal ha completado el cuadro con la insistencia en la cercanía y disponibilidad respecto a los sacerdotes.

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