domingo, 31 de agosto de 2025

Homilía de nuestro Párroco en la Fiesta de la Visitación de María a su prima Santa Isabel + Lugones 31/08/2025

Distinguidas autoridades
Cofradía, hermanos sacerdotes y religiosas
Fieles y amigos todos en el Señor

"El Señor ha visitado y redimido a su pueblo" (Lc 1, 68)

Esta es la verdad que proclama a María en su canto del Magníficat, oración que brota de sus labios y de su corazón tras el saludo a su prima Santa Isabel. Esto es lo que la Iglesia Católica celebra en este año jubilar en que hace ahora 2025 años Jesucristo, el Verbo encarnado, vino a visitarnos y redimirnos. Y esto fue posible por María, por su sí y por su disposición total a aceptar el plan de Dios para su vida haciéndose imprescindible en la obra de la redención.

I. Hemos sido visitados

En el evangelio que hemos proclamado y que conocemos tan bien, vemos cómo San Lucas nos detalla el saludo entre Nuestra Señora y Santa Isabel. Es un pasaje que los biblistas siempre han vinculado con la escena del antiguo testamento del traslado del arca de la alianza, de la cual se dice en el segundo libro de Samuel (2 Sam 6, 2-16) que “iban danzando delante del arca con gran entusiasmo” (v.5), y es que en ambos casos se pone de manifiesto la alegría, el gozo, la felicidad, al sentirse el hombre tan cerca del Señor; también en María vemos el Arca de la nueva alianza como la llamamos con cariño en las letanías del rosario, pues Ella porta en su seno al nuevo Adán, a Cristo mismo, quien restaurará la unión entre los hombres y Dios rota por el pecado. María llena de Dios mismo no se sienta para que la sirvan, sino que sale de sí misma, se olvida de su comodidad y piensa antes en los demás que en ella misma; sale de su pueblo, de su confort, de su rutina cotidiana para convertirse en portadora de la presencia de Dios mismo cuya gloria irradia a su paso.

Pensemos cada uno cómo el Señor nos ha visitado en tantos gestos sencillos que tocaron nuestro corazón y nuestra alma, en los que supimos ver como María e Isabel los designios del Altísimo en nuestra vida. Detalles únicos a los que supimos responder unas veces, y en las que otras tantas no supimos estar a la altura. Por eso en esta fiesta queremos pedir la gracia de agudizar nuestros sentidos, para saber ponernos también en camino cuando nos toque imitar a María, y saber dejarnos visitar agradecidos cuando nos toque ser Isabel. 

Lugones se viste esos días de azul y blanco, nuestros colores, los de nuestra localidad, los de María e Isabel, los del interior de nuestra iglesia, los del Oviedo dirán unos, los de los pitufos dirán otros... Pero lejos de bromas o polémicas (que las fiestas no son para eso) sepamos reconocer lo bueno de cada persona y cada realidad. Todos estamos llamados a contribuir en la edificación de un pueblo que quiere seguir mejorando, de una Parroquia que quiere seguir haciendo camino, de un Lugones que puede presumir de ser tierra acogedora para todo el que nos visita y se quieren quedar entre nosotros.

II. Hagamos visitación

Celebrar la Visitación de María a Isabel en nuestra Parroquia implica adoptar este misterio como espejo para nuestra vida, y más hoy en nuestro mundo egoísta, indiferente, insensible e indolente ante tanto sufrimiento ajeno. Cuánto necesitamos salir de nuestro yo para llevar a Cristo a los demás, para descubrirlo en el otro o dejarnos sorprender cuando pasa a nuestro lado o llama a nuestra puerta... Vivir las actitudes de María e Isabel ha de llevarnos a dejar de ver tanto los fallos de los demás para centrarnos más en los propios; que no nos quiten el sueño sólo nuestros problemas, sino también los del prójimo e ir con prisa a las montañas de la vida que son las realidades de nuestro alrededor y que tantas veces evito y esquivo, pues me complican. 

Hacemos canto a la vida en la escena de estas madres que en sus vientres gestantes esperan al Mesías y a su Precursor. La vida es sagrada desde su concepción hasta su último aliento (1); la Iglesia siempre ha defendido y defenderá -y no puede ser de otra forma- esta verdad inmutable. Hoy ante la la también dramática crisis demográfica de nuestra Nación, de nuestra Comunidad Autónoma, de nuestros pueblos... hemos de reconocer la labor callada y constante de la Iglesia, a menudo contra corriente, en tantas Casas Cuna, hogares para madres gestantes o centros para mujeres en peligro de exclusión. La Visitación es un sinónimo de alegría, la que llega a un hogar con una nueva vida que es capaz por sí misma de recapitular y reconciliar lo irreconciliable... El Papa León XIV en su homilía del pasado 31 de mayo afirmaba: ''La alegría de Dios no es ruidosa, pero cambia realmente la historia y nos acerca unos a otros. Es icono de ello el misterio de la Visitación, que la Iglesia contempla. Del encuentro entre la Virgen María y su prima Isabel surge el Magníficat, el canto de un pueblo visitado por la gracia'' (2).

También nosotros podemos llevar vida nueva y esperanza a tantos que viven hoy en tinieblas y en sombras de muerte, llevandoles la luz que es Cristo. El saludo de María que quedó allá en el pasado, lo queremos hacer hoy presente. Esa salutación que estremece a Santa Isabel, hace saltar a Juan de alegría y la lleva a profesar llena del Espíritu Santo a su prima: "¡Bendita tú entre las mujeres!" El Señor cumple su palabra, da cumplimiento real a su promesa. Qué hermoso que Santa Isabel nos descubra su fe al decir: "¿quien soy yo para que me visite la madre de mi Señor?", cuando la que habla es la mujer del mudo por incrédulo Zacarías. La mejor forma de vivir hoy la Visitación es poniéndonos al servicio del Señor, de su palabra, de la eucaristía y de los pobres y los que nos necesitan, sólo así seremos visitados para poder nosotros visitar.
 
En nuestra plegaria de esta mañana también pedimos la lluvia, no sólo la que necesita nuestra tierra en sequía y el efecto fuego destructor que aún sigue activo, sino la lluvia de las ayudas que necesitan los que lo han perdido todo (no puede ser que alojemos en hoteles a chicos de 20 años que llegan buscando también su sueño y un futuro, y mandemos a un polideportivo a una silla de madera y una colchoneta a un matrimonio de 90 años a los que el fuego ha arrasado su casa, su vida y su historia)... Necesitamos la lluvia de la gracia para tantos necesitados y heridos de alma y cuerpo.

III. En espera de la visita definitiva

Pero también nuestra celebración tiene mirada de esperanza, y es que esta escena concreta de María subiendo a prisa a la montaña, manifiesta que Nuestra Señora es peregrina de la esperanza, como así la contemplamos en este año jubilar. Los cristianos vivimos en esa continua espera, seguros de que vendrá el Señor a visitarnos, a llamarnos por nuestro nombre y a preguntarnos si hemos aprovechado el tiempo que se nos ha dado para llevar paz a donde hay odio, misericordia donde hay heridas, amor donde hay rencor... María e Isabel son el exponente de cómo vivir la vida como una peregrinación de fe, de confianza total y absoluta entrega en la providencia divina. Santa Isabel dice: ''dichosa tú porque has creído'', y ciertamente la fe de Nuestra Señora fue gigante, pues creyó que sería madre sin haber conocido varón, pero la fe de Santa Isabel tampoco fue pequeña, pues aunque sí tenía esposo, ambos eran ya ancianos. La fe puede cambiarlo todo; cómo una mera palabra transformó por completo a Isabel que por unos momentos olvidó que enfrentaba un embarazo de riesgo para su edad, y se puso a celebrar que el Mesías entraba en su hogar por medio de su prima como le alertó su pequeño con sus saltos. 

Yo quisiera invitaros hoy a que en esta tarde, es estos días, penséis en esa persona que hace tanto tiempo que no llamo por teléfono, en ese vecino que llevaron a una residencia y no he vuelto a ver, en esa visita que tanto tiempo llevo pospuesta por falta de ganas y que hasta ya me da apuro y bochorno recordar... Estos son los mejores deberes para ponernos cada uno de nosotros como el mejor broche a estas queridas fiestas. 

Concluyo con una oración que compuso San Carlos de Foucauld, un místico contemporáneo que vivió la etapa más fructífera de su vida en el desierto del Sahara argelino, retirado a la oración y prestando ayuda a los tuaregs. Fue asesinados por unos forajidos en su cueva de ermita del desierto en 1916 cuando tenía 58 años. Se halló entre sus escritos está esta bella plegaria (3):

María, madre solícita en la Visitación
enséñanos a escuchar la Palabra,
una escucha que nos hace estremecer y, a toda prisa,
hace que nos dirijamos hacia todas las situaciones de pobreza
donde se necesita la presencia de tu Hijo.
Enséñanos a llevar a Jesús
en silencio y con humildad, como tú lo hiciste.
Que nuestras familias se hagan presentes
entre los que no lo conocen
para difundir su Evangelio,
dando testimonio de él, no con palabras, sino con la vida;
no anunciándolo, sino viviéndolo.
Enséñanos a viajar con sencillez
como tú hiciste,
con la mirada puesta siempre en Jesús
presente en tu vientre:
contemplándolo, adorándolo e imitándolo.
María, mujer del Magnificat
enséñanos a ser fieles a nuestra misión:
llevar a Jesús a la gente.
Oh amada Madre, esta es tu propia misión,
la primera que Jesús te confió,
y que te has dignado a compartir con nosotros.
Ayúdanos e intercede por nosotros para que podamos hacer
lo que tu hiciste en la casa de Zacarías,
glorificando a Dios y santificando a las personas en Jesús,
¡por Él y para Él! ¡Amén!


(1)  «La vida desde su concepción ha de ser salvaguardada con el máximo cuidado; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables» (GS 51)
(2) Homilía de León XIV en la Santa Misa con Ordenaciones Basílica de San Pedro. Fiesta de la Visitación de la Virgen María - Sábado, 31 de mayo de 2025
(3) Escrito 2 de julio de 1898, a su prima Isabel, O.E.,73

Evangelio de la Visitación de María a su prima Santa Isabel

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-56

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamo:

«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu Vientre!

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá».

María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como lo había prometido a nuestros padres - en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».

María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

Palabra del Señor 

sábado, 30 de agosto de 2025

Este lunes

David Cueto, Abad de Covadonga: «El pueblo asturiano tiene a la Santina bien grabada en el corazón»

(Iglesia de Asturias) Este sábado, 30 de agosto, dará comienzo la tradicional Novena en honor a Nuestra Señora de Covadonga, en el Real Sitio. Durante nueve días se celebrará la Eucaristía en la Basílica a las seis de la tarde y a continuación, si el tiempo lo permite, se rezará el Rosario en procesión hasta la Santa Cueva, con la imagen de la Santina. Una cita que marca el inicio del curso pastoral en nuestra diócesis. Hablamos con David Cueto, Abad del Santuario:

Al hilo del Jubileo de la Esperanza que estamos viviendo en este 2025, el lema de la Novena a Nuestra Señora de Covadonga es «María, Reina de la Esperanza». Sobre ello pivotan los temas que cada día se irán desgranando en el novenario, ¿qué criterios habéis valorado para seleccionar cada idea?

Efectivamente, el tema principal de este año es la esperanza, aprovechando el impulso del Jubileo que nos permite trabajar y profundizar en ello. En ese sentido, hemos intentado ir buscando temas que pudieran orientar sobre cómo vivir esa esperanza. Por ejemplo, la esperanza en la oración, y ver así cómo, en momentos de dificultad, la oración en compañía de la Virgen María nos puede llenar de esperanza. O el tema de la «Esperanza de los marginados», claro cómo no van ellos a necesitar de esa esperanza, o la «Esperanza en lo cotidiano», es decir, en el día día. En general se han elegido temas que pensamos que pueden ayudar a las personas a vivir la virtud de la esperanza un poco más «aterrizada» en la vida, no como un término abstracto.

Vienen grupos en peregrinación de parroquias y arciprestazgos de toda Asturias. ¿Sigue en auge esta tradición?

Yo creo que sí. Normalmente incluso cada parroquia y cada unidad pastoral tiene sus días y yo tengo la sensación de que los párrocos y los propios feligreses siguen esperando este día o estos días de la Novena como un plan ya fijado para ellos. Hoy en Covadonga hay muy buen ambiente de verano, tenemos mucha gente, cuando llega septiembre el ritmo baja pero notas que la Novena sigue teniendo mucha fuerza, mucho tirón. Yo creo que es algo que el pueblo asturiano lo tiene bien grabado en el corazón.

¿Qué supone para los asturianos el hecho de que el Día de Asturias esté vinculado con la fiesta de Nuestra Señora de Covadonga?

Creo que es algo que está en la raíz del asturiano. Al igual que nuestra fe está en la raíz de Europa y no se puede entender Europa y España sin nuestra fe, no se puede entender al asturiano sin la Virgen de Covadonga. Desvincular ambas cosas sería, pienso yo, no entender bien al asturiano y hacerle un desgarro en el corazón. No hay asturiano sin su Santina de Covadonga.

Este año la ofrenda, tradicionalmente hecha al finalizar la eucaristía del día 8, correrá a cargo del Seminario diocesano. Es algo diferente a lo habitual, ya que suele recaer en pueblos o concejos de Asturias.

Sí, en primer lugar hemos querido abrir la ofrenda, no solo a Ayuntamientos o Concejos, sino poder reflejar otras realidades sociales que también están al amparo de la Virgen, y ¿por qué el Seminario? pues porque es «nuestro» Seminario, y los seminaristas son los «mimados» de la Virgen. Esta Virgen es muy vocacional además, gracias a Ella se han despertado muchas vocaciones, a la vida matrimonial, a la vida religiosa o a la vida sacerdotal y nos parecía que podía ser un gesto bonito que se hiciera esa presentación de las ofrendas de manos de nuestros seminaristas.

¿Cómo ha sido el verano en Covadonga? Parece que cada vez son más los visitantes y peregrinos que se animan a subir hasta el Santuario.

Sí, ha sido un verano muy bullicioso. El verano en Covadonga es intenso porque hay muchas visitas, muchos grupos, es muy bello porque ves tanta gente y es verdad que yo, año tras año, tengo la sensación de que cada vez hay más visitas, vez hay más gente. Podemos decir que ya no solo en verano hay mucha gente en Covadonga. Lo cierto es que también la hay durante el resto del año.

La Novena marca el inicio de curso pastoral en nuestra diócesis. ¿Qué planes hay para estos próximos meses en el Santuario?

Pues los principales planes se encuentran en torno a la acogida. Esta es la línea principal del Santuario: acoger al peregrino y con ello, estar atentos a las necesidades que puedan tener, acompañar y ayudar en todo ello y por supuesto, al frente como lo más importante la Eucaristía y la Confesión. Son muchas las cosas que podemos hacer desde aquí para ayudar a las personas que se acercan a la Virgen. Yo animaría mucho especialmente a la preparación de la confesión. Aprovechemos este año de gracia y el hecho de que la Basílica de Covadonga sea templo jubilar de nuestra diócesis, para poder recibir esta gracia tan grande. Animo a todo el mundo a que se acerque hasta el Santuario y que participe de la Novena, y que no solamente vengan a misa sino que también venga a confesarse.

viernes, 29 de agosto de 2025

Textos de San Josemaría sobre la Visitación de María a Santa Isabel

En Lugones recordamos al concluir agosto la Visitación de la Virgen a su prima santa Isabel, y lo hacemos aqui a través de escritos de San Josemaría sobre este misterio: 

“Vuelve tus ojos a la Virgen y contempla cómo vive la virtud de la lealtad. Cuando la necesita Isabel, dice el Evangelio que acude «cum festinatione», —con prisa alegre”.

Ahora, niño amigo, ya habrás aprendido a manejarte.

—Acompaña con gozo a José y a Santa María... y escucharás tradiciones de la Casa de David: Oirás hablar de Isabel y de Zacarías, te enternecerás ante el amor purísimo de José, y latirá fuertemente tu corazón cada vez que nombren al Niño que nacerá en Belén...

Caminamos apresuradamente hacia las montañas, hasta un pueblo de la tribu de Judá. (Luc., I, 39)

Llegamos. —Es la casa donde va a nacer Juan, el Bautista.

—Isabel aclama, agradecida, a la Madre de su Redentor: ¡Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre! —¿De dónde a mí tanto bien, que venga la Madre de mi Señor a visitarme? (Luc., I, 42 y 43)

El Bautista nonnato se estremece... (Luc., I, 41) —La humildad de María se vierte en el Magníficat... —Y tú y yo, que somos —que éramos— unos soberbios, prometemos que seremos humildes.

Santo Rosario, 2° misterio gozoso 

Bienaventurada eres porque has creído, dice Isabel a nuestra Madre. —La unión con Dios, la vida sobrenatural, comporta siempre la práctica atractiva de las virtudes humanas: María lleva la alegría al hogar de su prima, porque “lleva” a Cristo.

Surco, 566

Vuelve tus ojos a la Virgen y contempla cómo vive la virtud de la lealtad. Cuando la necesita Isabel, dice el Evangelio que acude «cum festinatione», —con prisa alegre. ¡Aprende!

Surco, 371

Maestra de fe. ¡Bienaventurada tú, que has creído!, así la saluda Isabel, su prima, cuando Nuestra Señora sube a la montaña para visitarla. Había sido maravilloso aquel acto de fe de Santa María: he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.

Amigos de Dios, 284

La paz de sabernos amados por nuestro Padre Dios, incorporados a Cristo, protegidos por la Virgen Santa María, amparados por San José. Esa es la gran luz que ilumina nuestras vidas y que, entre las dificultades y miserias personales, nos impulsa a proseguir adelante animosos. Cada hogar cristiano debería ser un remanso de serenidad, en el que, por encima de las pequeñas contradicciones diarias, se percibiera un cariño hondo y sincero, una tranquilidad profunda, fruto de una fe real y vivida.

Es Cristo que pasa, 22

El asturiano Fray Javier Carballo O.P. nuevo Prior Provincial de los Dominicos de la Provincia Hispania

(Dominicos.org) Fr. Javier Carballo OP, nuevo prior provincial de los dominicos de la Provincia de Hispania

El Capítulo Provincial en Caleruega lo ha elegido para los próximos cuatro años, sucediendo a Fr. Jesús Díaz Sariego

El Capítulo Provincial de la Provincia de Hispania de la Orden de Predicadores, que se está celebrando estos días en Caleruega, ha elegido en la mañana de hoy a Fr. Francisco Javier Carballo Fernández, O.P. como nuevo prior provincial para los próximos cuatro años. La votación contó con la participación de 43 capitulares con derecho a voto, en representación de todos los frailes de la Provincia. La elección ha sido confirmada por el Maestro de la Orden de Predicadores, según establece el Libro de las Constituciones.
Elección del Prior Provincial 

Fr. Javier Carballo es fraile dominico, asturiano de 58 años. Natural de Bustiello (Santa Cruz de Mieres). Hasta este momento ha sido prior del Real Convento de Predicadores de Valencia y consejero de la Provincia de Hispania. Es presidente del Patronato de la Fundación Educativa Santo Domingo (FESD) —proyecto de Familia Dominicana que agrupa cerca de 40 colegios— y director de O LUMEN, espacio de encuentro entre arte contemporáneo y fe. Actualmente es profesor de Filosofía y Teología en la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia, de la Universidad Católica de Valencia.

En su amplia trayectoria, ha ocupado diversos cargos:

Prior provincial de la Provincia de España (2006-2015)

Prior y párroco en la parroquia del Santo Cristo del Olivar, en Madrid (1998-2006)

Presidente del Consejo Nacional de Familia Dominicana de España

Profesor en la Facultad de Teología de San Esteban (Salamanca) y en la Escuela de Teología en Internet

Director de la revista Ciencia Tomista (2004-2006) y presidente de la Facultad de Teología de San Esteban.

Coordinador de la Cátedra de las Tres Religiones de la Universidad de Valencia.

Es autor de varios libros y artículos sobre filosofía de la religión, espiritualidad y educación, incluyendo 'Experiencia religiosa y pluralismo religioso', 'El Dios que viene' y 'Seducidos por la sabiduría: vivir honestamente, estudiar y enseñar'.

Recoge en su ser lo esencial de la Orden

Sobre él, Fr. Juan José de León Lastra, que fue prior provincial suyo y ha convivido con él en el Convento de Atocha, destaca que es “un dominico que recoge en su ser lo esencial de la Orden: inquieto en la dimensión intelectual, apasionado por la docencia y con gran sensibilidad hacia la relación entre fe y arte. Ha sabido transmitir el carisma dominicano como formador y hermano cercano, y los frailes han reconocido en él desde joven una gran capacidad para el gobierno”.

El nuevo prior provincial sucede en el oficio a Fr. Jesús Díaz Sariego O.P., presidente de CONFER España desde 2021, que ha ejercido el servicio durante casi diez años, siendo el único provincial que ha tenido la Provincia de Hispania desde su erección en 2016, fruto de la unión de las antiguas provincias de Aragón, Bética y España.

La Provincia de Hispania

La Provincia de Hispania está integrada por 302 frailes, de los cuales 259 son presbíteros y 5 obispos, y cuenta actualmente con 27 comunidades en España, 2 en el Vicariato Provincial Antón Montesino (Paraguay y Uruguay), 4 en el Vicariato Provincial Pedro de Córdoba (Cuba y República Dominicana), y 1 en Guinea Ecuatorial.

jueves, 28 de agosto de 2025

La Visitación de María a Santa Isabel, peregrinación de esperanza. Por Joaquín Manuel Serrano Vila


Asomándonos ya a las fiestas de este año en que la Iglesia Católica se encuentra de Jubileo, pienso en lo bien que nos viene el lema que el difunto Papa Francisco quiso dar al 2025: ''peregrinos de esperanza''. Y en el caso de María, es este acontecimiento que da nombre y alma a nuestra festividad el que mejor representa el "leitmotiv" jubilar aplicado a Ella como peregrina de la esperanza pues, qué mejor peregrinación para elevar la esperanza que la de una embarazada que al enterarse de su estado rápidamente se pone en camino para llevar ayuda a quien consideraba aún más que sí misma. He aquí el mejor referente contra el egoísmo, el individualismo, el egocentrismo: anteponer el bien del otro antes que el propio. Sobre esta escena reflexionaba el difunto Papa Francisco en una de sus catequesis del pasado mes de febrero, diciendo que todos estamos llamados como Nuestra Señora a levantarnos y ponernos en camino, trayendo a colación una cita del teólogo suizo Hans Urs von Balthasar, que resume a la perfección lo que hizo la Virgen al visitar a Santa Isabel y que también podemos imitar nosotros, pues «el único acto con el que el ser humano puede corresponder al Dios que se revela es el de la disponibilidad ilimitada». Y esa disponibilidad de sacrificarse, de regalar tu tiempo, tus vacaciones y hasta tu sueño y descanso en favor de los demás y para que estos disfruten cada vez nos cuesta más, por tanto, felicidades a la Sociedad de Festejos de Santa Isabel que tras tomar el relevo el año pasado, a pesar de tantos contratiempos seguís adelante con esta ardua labor, muy pocas veces debidamente valorada y no exenta de complicaciones y disgustos... 

¿Qué nos mueve a hacer el bien y llevar esperanza a los demás? Los creyentes podemos decir que es Dios quien nos conduce a ello, aunque es obvio que hay muchas personas que siendo de otras religiones o de ninguna tienen, sin embargo, un gran compromiso por procurar un mundo mejor. Una persona que se presentó un día como "atea" me decía que admiraba sinceramente la obra caritativo-social de la Iglesia, pero que él hacía las cosas ''por amor, y no por Dios'', a lo que le respondí: ''Entonces no somos tan diferentes, pues también nosotros hacemos las cosas por amor". Para los católicos no se entiende la fe sin amor, pues como dice San Juan: ''El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor'' (1 Jn 4,8). "Caritas Christi urget nos"; es decir, "El amor de Cristo nos urge", nos empuja y así al sentirnos amados experimentamos la urgencia de poner en marcha este amor, de compartirlo y llevarlo a los que tan necesitados están de Él en medio de las desesperanzas de la vida. Nunca nuestro mundo, nuestra sociedad, nuestro entorno, ha estado tan falto de esperanza. Que muchos de nuestros jóvenes sean pesimistas y estén convencidos de que su vida va ser peor en calidad u oportunidades, nos hace constatar que hemos avanzado en muchísimas realidades pero, sin embargo, la infelicidad, la soledad o el vacío existencial aumentan terriblemente en un mundo lleno de gente pero que vive sola en permanente en un "¡sálvese quien pueda!"... Estamos, sin duda, ante una emergencia social que nos lleva a preguntarnos cómo en un tiempo no tan lejano en Lugones los coches se dejaban aparcados con las llaves puestas, y las puertas de las casas estaban siempre abiertas y se hacía más vida a veces en la de los amigos que en la propia, o cuando en una familia había un enfermo automáticamente los vecinos salían al paso preparándole hasta la comida sin pedirlo nadie... Cuando fuimos más pobres éramos más ricos humanamente y espiritualmente. Y ahora tendremos más "calidad de vida" (tampoco muchas veces estoy tan seguro de ello) pero hemos descuidado el lado humano y del alma.

Santa Isabel exulta de alegría; no sólo llega a su hogar su prima querida; con Ella llega en su vientre la esperanza del mundo, la buenaesperanza del estado de Isabel aunque es el hijo de ésta, el pequeño San Juanín, quien desde el seno de su madre percibe, identifica y reconoce que Cristo ha llegado a sus vidas y viene ya de camino para salvar nuestra humanidad. San Juan cuando sea adulto predicará por todas partes que es hora de preparar el camino al Señor: él lo sabe bien, pues fue el primero en reconocer el Mesías esperado durante siglos. De aquel saludo, de aquel abrazo, de aquella caricia vientre contra vientre las dos embarazadas nace también el canto de María de cuyos labios brotan alabanzas para Dios. En su humildad no se siente ni se considera protagonista, tan sólo una sierva que el Creador ha tenido a bien elegir como su instrumento para la redención. Es un canto que evoca el ayer del pueblo elegido y que se entona en el hoy en que el Verbo crece ya hecho carne salida de sus entrañas, y con los ojos de la fe puestos en el mañana en que iluminará ''a los que viven en tinieblas y sombras de muerte''. 

Nada hay imposible para Dios, nunca es tarde para Él -pues su tiempo no es el nuestro- y así lo experimentó en su propio ser Santa Isabel, al igual que Santa María. También las fiestas se pueden vivir como una "peregrinación de esperanza". El Papa León XIV nos dice que necesitamos buscar la paz, la caridad y la cercanía, especialmente con los que más sufren. Y ha insistido mucho desde su elección en la importancia de la unidad y en ''construir puentes de diálogo'', a tener a Cristo como puente entre la humanidad y el amor de Dios, así como construir en la vida puentes "con el encuentro", como hizo María con Isabel. En Lugones sabemos bien de puentes: el vieyo, como el histórico sobre el río Nora, o el nuevo, como el que ya nos une con la Fresneda en pasarela sobrepasando el río Noreña. Ahora nos toca a los que vivimos y convivimos en esta bella localidad levantar puentes en las relaciones humanas, lo que implica relacionarnos sin prejuicios, fomentar la empatía y buscar el entendimiento. Las fiestas son siempre un buen momento para superar barreras y fortalecer vínculos, para promover el diálogo y resolver conflictos. Que no se pierda ese lado más familiar y vecinal de disfrutar de los días de fiesta con los demás, de compartir y encontrarnos en el prau, en las calles, en el templo, en la verbena y, cómo no, en la mesa... Dice el refranero asturiano que ''Hasta Santa Isabel, tién fabes el que quier''. Cuando también llegué a Viella me explicaron que allí el día de la fiesta un plato que no puede faltar ye "el pitu caleya"; tendremos que inventar nosotros un menú para nuestras fiestas. A mí siempre me dijeron que en Lugones la fabada siempre tuvo muy buena fama: sean roxes o pintes, de la granja o redondes, verdines o de mandilín:

 

                                                                     ¡Feliz fiesta de Santa Isabel!

Joaquín, párroco