lunes, 4 de octubre de 2021

Oración a San Francisco de Asís



Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz .
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.
Porque es:
Dando , que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la
Vida Eterna.

domingo, 3 de octubre de 2021

El Amor de Dios. Por Joaquín Manuel Serrano Vila

Comenzamos ya de hoz a coz un nuevo curso, con todo lo que volver a empezar y nuevos proyectos trae de ilusión; y estos primeros días del mes de octubre sentimos de forma especial la nueva misión de la mano de Santa María del Rosario. Este domingo XXVII del Tiempo Ordinario la palabra de Dios nos habla del amor, como curiosamente todas las celebraciones de estos primeros días de mes nos inciden en esto mismo. Santa Teresita: mi vocación es el amor; Ángeles Custodios: Dios que nos ama nos manda sus mensajeros para que nos guarden; San Francisco de Borja, San Francisco de Asís... Son días propicios para dar gracias a Dios por el amor.

La epístola de San Pablo a los Hebreos nos presenta a Jesucristo que viene a nosotros, que quiere ser nuestro hermano, carne de nuestra carne. Me voy a quedar tan sólo con un detalle: siendo fieles a la traducción desde el texto original, realmente no dice "lo hiciste poco inferior a los ángeles", sino "lo hiciste poco inferior a los dioses". No es especialmente relevante que el pasaje pertenezca a un período histórico politeísta, sino que el autor sagrado nos lo compara con lo más alto.

La conocida lectura del Génesis no se limita a presentar la creación del hombre y la mujer, sino cómo Dios nos crea por amor y para el amor. Y no de cualquier manera ni con una dignidad limitada, sino que somos hechos a su imagen y semejanza. Pero lo que nos importa de verdad es por qué nos crea hombre y mujer, y esto es claramente porque Dios ama al ser humano. Él no quiere su soledad, su tristeza ni su finitud, quiere que se desarrolle y relacione, que sea feliz y crezca.

Con el texto creacional pasamos al evangelio de San Marcos que nos trae un tema algo más delicado que a menudo los sacerdotes no sabemos bien interpretar, o pasamos de puntillas omitiendo complicarnos la vida, o en contraposición nos volvemos unos moralistas fustigadores. Ni tanto ni tan corto: ¿qué nos está queriendo decir Jesús en este domingo? Pues de forma preclara que el amor ha de ser cuidado, vivido, sentido y transmitido; habiendo amor se superarán los obstáculos que vengan sin poner fin al querer. El amor que emana de Dios y tiende igualmente a Él en nosotros. No es un simple sentimiento de cariño que puede desgastarse, ni mucho menos una mera atracción física. El amor de Dios es la entrega mutua y recíproca que tiene su origen en el que Él nos tiene hasta la muerte en cruz de su Hijo.

El debate que los fariseos le exponen a Jesús sobre el tema del divorcio tan sólo buscaba meterle en un compromiso: en aquel momento había dos tendencias de rabinos muy enfrentados que representan muy bien las dos principales líneas que se dan en nuestra Iglesia de hoy: “conservadores” y “progresistas”; divorcio nunca o divorcio sí. ¿Y qué dice el Señor? Inicialmente les remite a “la Tora”, pero no para hacerles ver simplemente unas enseñanzas jurídicas, sino lo que en el fondo el Señor quiere manifestarles es que no hay justificación para el desamor; el amor está por encima de la ley, y si la ley habla de amor es precisamente por ser el fin principal para el cual hemos sido creados.

Evangelio Domingo XXVII del Tiempo Ordinario

Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,2-16):

En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba: 

«¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?»

Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?»

Contestaron: «Moisés Permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.»

Jesús les dijo: 

«Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios "los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne." De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»

En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: 

«Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.»

Le acercaban niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: 

«Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.»

Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.

Palabra del Señor

sábado, 2 de octubre de 2021

Hoja litúrgica Domingo XXVII del Tiempo Ordinario

 

La “inquietud musical” que une a diez voces

Ensemble coral In Paradisum está formado por antiguos escolanos de Covadonga. Este sábado ofrecen un concierto en la Catedral

(Iglesia de Asturias) El Cabildo de la Catedral de Oviedo, en colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad, ofrece este próximo sábado, 2 de octubre, a las 20,30 horas, un concierto didáctico de música sacra gregoriana, interpretado por la agrupación Ensemble coral In Paradisum.

Es uno más de los actos culturales que se están ofreciendo estos días con motivo del 1200 aniversario de la dedicación del templo, que en este caso, además, se desarrollará en el marco de la Noche Blanca en Oviedo.

Tal y como explica Sergio Vázquez Castañón, director de la agrupación coral que ofrece el concierto “Ensemble coral In Paradisum”, “para este acto, hemos escogido la Misa Gregoriana para la dedicación de un templo, (esta palabra es la que usó siempre la tradición de la Iglesia para consagrar sus templos y sus altares). Se trata de una ceremonia muy solemne e impresionante por la que, mediante determinados ritos, se consagra el edificio exclusivamente al uso sacro”.

El programa está dividido en tres partes: la primera parte la titulamos “Ad vesperam”, donde interpretaremos la antífona “Ad magníficat”, la “Santificavit Dominus” y la haremos desde el coro de la catedral acompañados por el órgano mayor.

En la segunda parte, titulada “Ad missam”, que es ya la parte central del concierto, vamos a interpretar las cinco partes de la misa para la dedicación de un templo. Vamos a comenzar con el tañido de una campana que indica la nota del tono, y una vez comencemos el canto vamos a ir procesionando por la nave central hasta llegar al altar. Todo esto va a estar guiado además por un juego de luces que acompaña cada movimiento del concierto.

Y una vez terminada la última parte de la misa, llegaremos a la parte “Post Missam”. En esta parte interpretaremos tres obras: “Domus Mea”, “Urbs Jerusalem” y una Salve gregoriana. Destacaría una de ellas en especial, y es la obra Domus Mea, que fue escrita por y para esta ocasión, por el joven compositor Gabriel Ordás, que tiene la particularidad que, tomando como base esta antífona de comunión, le ha dado nueva vida en una composición para ser cantada por un coro de voces graves, un percusionista y un órgano. De esta forma podemos observar cómo ha ido evolucionando el lenguaje musical desde el gregoriano hasta nuestra actualidad, y brindamos un homenaje especial a la Catedral con música de nuestros días, de inspiración en estas fuentes gregorianas y con una obra de nueva creación”.

El Delegado Episcopal de Liturgia, el canónigo de la Catedral José Luis González Vázquez, será el maestro de ceremonias que acompañará en este recorrido musical, y además, será el encargado de darle el cariz didáctico que tiene el concierto. Además, para la presentación de los textos gregorianos y su traducción al castellano, se contará con la colaboración de la periodista de radio Azucena Vence. “Estamos seguros de que su notabilísima carrera y gran oficio le darán un sello especial al acto”, señala el director de la agrupación coral.

Un grupo que está formado por diez personas de voz grave que tienen en común el haber pertenecido de niños a la Escolanía de Covadonga. “Todos somos antiguos escolanos, incluso el organista que nos acompaña –Guillermo Martínez–, tuvo sus raíces musicales en Covadonga”. Están unidos por la misma “inquietud musical” de “continuar haciendo obras corales entre amigos que además nos gustan a nosotros”, señala el director, que no se olvida de agradecer “a la organización de la Noche Blanca, en especial a su director, José Castellano, por su brillante trabajo y solícita entrega, además de su gran calidad humana, así como a la Catedral de Oviedo, por depositar su confianza”. “Poder participar en los actos de conmemoración de la Catedral es, más allá de un honor, una gran responsabilidad –afirma Sergio Vázquez–“.

viernes, 1 de octubre de 2021

Carta semanal del Sr. Arzobispo

Salir de las trincheras

Van pasando las calendas e, imparable, el trasiego de nuestros vaivenes intenta hacerse hueco de nuevo en medio de nuestras agendas. Ya vimos a nuestros más pequeños volver al colegio, atrás quedan las vacaciones estivales, y ahora toca retomar tantas cosas que estaban en el tintero cotidiano con el que se escriben nuestras cosas a diario. No regresamos a lo habitual como quien se resigna con disgusto a un lunes maldito tercamente laborable. Sabemos que hay un tiempo para todo, y queremos saber vivirlo con esa sabiduría que se deriva de la compañía de Dios: en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y en las penas, todos los días de nuestra vida, contamos con la fidelidad del Señor. 

En medio de la circunstancia que nos ha tenido en vilo durante tantos meses, van normalizándose tantos ámbitos de la vida: los deportivos o taurinos que recuperan a sus aficionados; los culturales que permiten retomar los nobles entusiasmos por lo que es bello y nos llena el alma; los sociales en tantos escenarios, en los que poco a poco recuperamos los tiempos y espacios que fueron justa o abusivamente confinados. No es menor el ámbito en el que la comunidad cristiana vive, comparte y celebra sus cosas. Porque la caridad se hizo remisa a la hora de abrir puertas y brazos para acoger a quien más lo estaba necesitando: hay que normalizar nuestros espacios para la acogida y la ayuda que brindamos a los demás. 

La catequesis también se vio condicionada por medidas que impedían recibir la formación debida de nuestros niños, jóvenes y adultos en el habitual formato, sabiendo que eran insuficientes los recursos telemáticos con los que hemos intentado llegar a los que no llenaban ya nuestros espacios señalados en parroquias y salones varios. La liturgia y las celebraciones también se vieron afectadas, y de qué manera, por lo que imposibilitaba la natural expresión de la fe y la recepción de las ayudas espirituales que más necesitábamos. También aquí en lo litúrgico y celebrativo, hemos tenido que inventarnos y aprender modos alternativos para acercar de algún modo las celebraciones, aunque vemos que insuficientemente e inapropiado, con las retransmisiones en redes sociales y canales televisivos improvisados. 

A la postre, reconocemos que algo se nos ha desnaturalizado y hemos pagado un precio alto que claramente nos ha desgastado y arrinconado en lo que más vale la pena de nuestra vida personal, social y eclesial. Bienvenido todo este esfuerzo, no obstante, realmente generoso en nuestros sacerdotes, religiosas y catequistas, en nuestros voluntarios de Cáritas y en tanta buena gente que ha intentado paliar de alguna manera lo que ha sido un desafío imprevisto que nos pilló mal entrenados cuando el reto de una pandemia puso a prueba tantas cosas personal y comunitariamente. 

Pero es el momento de ir encauzando la vida toda en los cauces adecuados, para poder ir retomando las cosas en su sentido genuino y en su natural escenario. Porque si los estadios y plazas, los auditorios y teatros, los lugares de ocio y divertimento van entrando en una normalización en cuanto a tus tiempos y espacios, también la comunidad cristiana debe recuperar con urgencia sus propios ámbitos donde expresar la fe de liturgia y sacramentos, donde recibir la formación catequética y en donde ofrecer lo mejor de su ayuda caritativa. Los medios que hemos empleado en este tiempo de pandemia han sido instrumentos que han paliado, en parte, las penurias y carencias a las que nos hemos visto obligados. Pero una vez que, gracias a Dios y a la colaboración de unos y otros, vamos saliendo de los confinamientos diversos, hemos de recuperar con normalidad y gratitud lo que un virus extraño nos había secuestrado. No es buena cosa habituarse a la trinchera cuando la guerra ya ha terminado.

 Al recomenzar así el curso pastoral, con la cautela que dicta la prudencia, hemos de entrar en la normalidad de nuestros tiempos y espacios. Allí nos espera Dios para seguir acompañándonos.

 + Jesús Sanz Montes, 
Arzobispo de Oviedo

Necrológica

Falleció el sacerdote diocesano, Monseñor José García Canto. 

Nació en Coya (Piloña) el 27 de febrero de 1940

Realizó sus estudios de Latín y Humanidades, Filosofía y Teología, en el Seminario Metropolitano de Oviedo. Fue ordenado diácono en diciembre de 1964. El 29 de junio de 1965 recibía la ordenación sacerdotal de manos del entonces Arzobispo de Oviedo Monseñor Vicente Enrique y Tarancón en la parroquia de san Nicolás de Avilés

Permanece un año en la Diócesis sin destino -de 1965 a 1966- y es cuando solicita al Arzobispo permiso para ir a misiones. El 14 de septiembre de 1966 ingresó en el Seminario de Misiones de Burgos, donde se formaban entonces los misioneros del IEME. El 10 de marzo de 1967 era destinado a la diócesis de Alajuela en Costa Rica. 

Sus destinos fueron: 

Párroco de San Juan de Dios de Upala - Diócesis de Tirarán- Liberia en Costa Rica (1967-1968)

Párroco de San Francisco de Asís de Los Chiles - Diócesis de Alajuela en Costa Rica (1968 - 1969) 

Párroco de San Rafael de Guatuso - Diócesis de Ciudad Quesada en Costa Rica (1967-1968)

Párroco en Santo Domingo de Guzmán de Monterrey - Ciudad Quesada en Costa Rica (1969-1989). 

Misionero en la diócesis de Bluefields - Nicaragua (1989 - 1998)

Párroco de San Martín de Porres en Nueva Guinea - Diócesis de Estelí en Nicaragua (1997 - 2016)

Por su labor misionera San Juan Pablo II le concedió el título de "Prelado Doméstico" de su Santidad el día 25 de octubre de 1994

En 2016 pasó a la situación de jubilado fijando su domicilio en Monterrey -Diócesis de Ciudad Quesada- (Costa Rica). Desde entonces colaboraba en la pastoral de la parroquia de Santo Domingo. 

Agravada su salud tuvo que ser hospitalizado a causa de la COVID-19. Durante una semana estuvo luchando pero, finalmente, el Señor se lo llevó para disfrutar “del domingo sin ocaso” el pasado 26 de septiembre en Monterrey. Tenía 81 años de edad y 56 de ministerio sacerdotal. 

Este martes 28 de septiembre de 2021, Monseñor José Manuel Garita Herrera, presidió la Santa Misa con motivo de las exequias de D. José en la Parroquia Santo Domingo de Guzmán. Sus restos cinerarios han sido depositados en esa Parroquia fundada por él. 

D. E. P. 

 ''Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor'' (Sal 130)