lunes, 20 de diciembre de 2021

A tener en cuenta

 


Una “dulce y contemplativa” Navidad

(Iglesia de Asturias) El Adviento y sobre todo la Navidad son tiempos de celebración entre amigos y familia, y aunque la amenaza de la pandemia sigue presente y nos conmina a la prudencia, la mesa se viste de gala y aparecen viandas que, de manera habitual, no se prodigan. Pero es Navidad, y se levanta un poco la mano, y se hacen excepciones y hasta pequeños excesos que son la sal de la vida. O el azúcar.

Y ya que es un hecho, el de la necesidad de compartir y de disfrutar de la comida en estas fechas, es justo entonces tener un recuerdo con las religiosas de los monasterios de clausura de nuestra diócesis, que trabajan en sus obradores para poder ofrecer sus dulces y pastas, con una calidad excepcional, y que además intentan recuperarse del golpe que supuso para la mayoría no poder vender desde sus tornos debido al confinamiento.

Es el caso de las Clarisas de Villaviciosa, donde la madre Abadesa, M.ª Luisa Picado, reconoce que trabajan de manera continuada para poder tener siempre productos y que la gente que acude, pueda llevarse lo que desean. “Nos interesa tener y así complacer a las personas que vienen. Además, toda esta época de la pandemia fue económicamente muy dura para los pequeños negocios como el nuestro, ya que no había ventas”. En el monasterio hay ocho religiosas, de las que dos trabajan de manera continuada en el obrador, aunque reciben apoyo en épocas fuertes, como esta de Navidad. Unas fechas en las que además ofrecen dulces especiales, como un árbol de Navidad hecho de galleta, o la novedad de este año, un “osito de Navidad, de mazapán, muy simpático que les gusta mucho a los niños”, explica la madre abadesa, junto con turrones o cajas con surtido navideño. Además, en Villaviciosa estos días la gente hace la “Ruta de los Belenes”, y el monasterio es una parada obligatoria, lo que ayuda a que las ventas se intensifiquen.

En general, la Navidad es una época fuerte de venta para todos los monasterios, que aprovechan para sacar también productos especiales, como los “Periquitos”, de las Benedictinas de San Pelayo, en Oviedo. Unos dulces en forma de “O”, haciendo alusión a las antífonas que se rezan en estos días de Adviento. Se elaboran exclusivamente en el mes de diciembre, aunque últimamente también han innovado con las Conchas, en referencia al Camino de Santiago, o unas Rosquillas en forma de O, de Oviedo.

“En Navidad tenemos por lo general más ventas –explica Sor M.ª Ángeles Villena–, hay empresas que hacen regalos a sus clientes y trabajadores y nos hacen encargos de nuestros productos”. Por eso, la labor se intensifica, aunque todas, en la medida de sus posibilidades, se implican en el trabajo. Unas siete religiosas están en el obrador de continuo, otras en las porterías, otras vendiendo, trabajando en la administración, o en las labores de empaquetado y diseño de cajas. “Vivimos del obrador y de la hospedería, ya que hay que mantener muchas cosas en la casa, desde los tejados hasta los gastos habituales de alimentación, combustible y todo lo que genera el edificio y la comunidad”, explica.

El sustento de la comunidad es la clave para que otros monasterios en los que hasta ahora no se trabajaban los dulces, de un tiempo a esta parte, se hayan lanzado a ello, como sucede con el Monasterio de la Visitación (Salesas), en Oviedo, donde desde hace poco más de un año se elaboran pastas de té, rosquillas de chocolate y naranja, o magdalenas y bizcochos por encargo. Esta labor se une a la de la lavandería y plancha para ropa de hogar, y poco a poco van siendo más conocidas y la gente acude a comprarles dulces.

En situación parecida se encuentran las Agustinas Recoletas de Oviedo, también situadas en la Avenida de los Monumentos, donde la Priora, Madre Laura Márquez Tello, cuenta que su huerta es la que provee de materia prima para sus mermeladas (cada vez más famosas), elaboradas con sus propias manzanas, kiwis o higos, y también para los polvorones de cada Navidad, que están hechos con las nueces y las avellanas que ellas mismas recolectan. Con razón la gente les dice “este sabor no lo encontramos en ningún otro sitio”. “Tuvimos que comprar un horno para hornearlos, y también una cocina de gas de mucha capacidad para las mermeladas, así como ollas más grandes, tarros y empaquetado. Es una inversión, pero vamos aprendiendo y queremos ampliar nuestro surtido –afirma–. De hecho, las hermanas han ido a monasterios de Andalucía donde se elaboran dulces muy ricos para formarse y así poder traer aquí novedades”.

Y mientras unas se forman y aprenden, en otros monasterios llevan más de cuarenta años elaborando pastas y dulces para endulzar el paladar de los ovetenses. Es el caso de las Carmelitas Descalzas de Oviedo. Allí elaboran pastas, casadielles, “Teresinas”, tartas y bizcochos. Pero en Navidad, además, hacen alfajores, “un tipo de dulce con mucho fruto seco –almendra, avellana, nuez, miel y naranja– con chocolate por encima. Los elaboramos entre diciembre y enero”. Son dieciséis religiosas, de las que al menos ocho trabajan en el obrador, aunque reciben ayuda de las demás en estos tiempos fuertes de trabajo.

El tener tanta experiencia y tantos años de elaboración a sus espaldas, tiene la ventaja de que sus dulces se venden en muchas tiendas de barrio. Eso les ayudó a paliar algo los efectos negativos de la pandemia, ya que la venta desde el torno estuvo cerrada durante meses.

domingo, 19 de diciembre de 2021

Evangelio Domingo IV de Adviento

Lectura del santo Evangelio según San Lucas (1,39-45):

En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a un a ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó:

«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

Palabra de Dios

''Bendita TÚ''. Por Joaquín Manuel Serrano Vila

 

¡Bendita tú eres!. Por Joaquín Manuel Serrano Vila 

Este viernes hemos iniciado las "ferias mayores del adviento" en las que nos preparamos de forma más intensa meditando los ocho días previos las mismas antífonas que popularmente llamamos "de la O", no sólo por que muchas comienzan con la expresión "O", sino porque además, a la Virgen del Adviento se la ve en estado de buenaesperanza; tiene el vientre redondeado de toda embarazada, por la que la llamamos Nuestra Señora de la "O", o de la "expectación". Hoy también, cuarto domingo de adviento, encendemos la última vela de nuestra "corona" con la alegría de sabernos ya en la puertas de la Navidad. 

La Palabra de Dios de este domingo nos presenta de qué modo concreto viene Dios a nosotros; no de una forma sorprendente, sino para romper nuestros esquemas de la última manera que alguien se pudiera esperar. Nuestro Dios no es amigo de las pompas y grandezas, sino de la discreción y la pequeñez. Así viene en natural humildad y sencillez por medio de María de Nazaret. En el final del adviento la Iglesia nos invita a centrar nuestra mirada ya sólo en Ella; ya atrás quedan los profetas y las predicaciones del Bautista, ahora la protagonista es María. 

En la primera lectura el profeta Miqueas se nos describe lo que supone vivir el misterio desde lo pequeño. El gran rey David había nacido en una humilde y pequeña ciudad llamada Belén, por eso quizá el Mesías esperado no vendría de forma ostentórea, sino que el Santo Rey lo haría de forma modesta. Se vislumbra también la intención del autor de presentar la pertenencia del futuro Mesías a la estirpe de David, el linaje "perpetuo" que habría de hacer así al Señor. Pero no olvidemos que el contexto es imprescindible para entender la idea que a través de los siglos aquellos se habían ido construyendo sobre el futuro del Salvador. Algunos lo veía como la solución a sus problemas terrenales y políticos: que la tierra, la dispersión o cuál era del auténtico pueblo elegido... Esto nos puede pasar también a nosotros, esperar que Dios venga sólo a solucionarme los problemas de esta vida y no los de la venidera que con su presencia promete y verifica.

San Pablo viene en nuestra ayuda con el fragmento de su "Carta a los Hebreos", en la que el Apóstol llama a vivir nuestra vida personal entrelazada con Dios. Así también Él quiere injertarse en nuestra historia y encarnarse en nuestro barro, y es aquí donde empieza su abatimiento y su sacrificio. Viene a ponerse en lugar de los animales que eran ofrecidos, y aunque su sacrificio tuvo su punto culminante en la cruz empezó ya con su encarnación y nacimiento, donde la afirmación del oráculo lo prefigura: "he aquí que vengo para hacer tu voluntad"... 

Sería impropio en esta Parroquia no decir nada sobre el evangelio de este domingo, que en Lugones conocemos prácticamente de memoria; no dejemos de sorprendernos de la Palabra en la que Dios siempre nos dice algo nuevo. Hoy podemos quedarnos con estas tres pinceladas que nos pueden ayudar: 

María, voz del Señor. Es curioso que tras el impacto del anuncio del Ángel y la Encarnación, Nuestra Señora en lugar de tomarse un tiempo para asimilar aquello, lo que en realidad hace es ponerse en camino. Le preocupa más lo que pueda necesitar su prima que sus propios problemas y, por encima de todo, ha recibido y asumido la Palabra del Señor en su totalidad, por lo que no puede esconder este tesoro para sí, sino que lo lleve a quien cree que lo necesita.

María mujer de periferia. No debía ser la Santísima Virgen una persona destacada ni especial relevancia, como tampoco su anciana prima, a pesar de estar casada con un sacerdote, debía ser muy conocida. La hija de Joaquín y Ana entiende a la primera que Dios enaltece a los humildes como hará ante su prima en la proclamación del "Magníficat", por esto va a Ain Karem, por ser una periferia necesitada de visita.

María portadora de esperanza. Por su fe y su docilidad al plan de Dios con su sí, pudo Dios hacer de ella la "Puerta del Cielo". Como madre gestante, lleva en su vientre a Jesús, al que es la vida y nuestra luz. Por eso con su paso regala alegría, paz y gozo; Dios llega a salvarnos: ¡ya está ahí! Cómo no aclamar junto a Santa Isabel: ¡Bendita tú eres! 

sábado, 18 de diciembre de 2021

Hoja litúrgica Domingo IV de Adviento

 

Papa Francisco: La “belleza” de la Navidad no es ni “superficial”, ni “evasiva”

El papa ha dejado claro que la belleza de la Navidad no “desentona” con “la prueba” de vida que está viviendo el mundo, en relación a la pandemia de coronavirus, porque se trata de un periodo en el que se celebra por excelencia “la compasión” y “la ternura”.

“Su belleza es humilde y está llena de calor humano, brilla a través de gestos de amor concreto”, ha declarado el Papa. Francisco ha dejado claro de este modo que la “belleza” de la Navidad no es ni “superficial”, ni “evasiva” sino más bien “al contrario”, ya que abre el “corazón a la gratuidad” y puede generar “dinámicas culturales, sociales y educativas”.

“No es alienadora, no es superficial, no es evasiva; al contrario, ensancha el corazón, lo abre a la gratuidad, al donarse a sí mismo, y también puede generar dinámicas culturales, sociales y educativas”, ha dicho. El obispo de Roma ha contrapuesto la belleza de la Navidad -que es la de un Dios ''que se hizo carne'' a la belleza mundana que es ''falsa''. 

El papa también se ha referido al Pacto Educativo Global, una iniciativa de la Congregación para la Educación Católica del Vaticano que tiene como objetivo “reavivar el compromiso por y con las nuevas generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e inclusiva, capaz de escucha paciente, diálogo constructivo y mutua comprensión”, según sus organizadores.

Así, ha reclamado una “amplia alianza educativa para formar personas maduras, capaces de superar las fragmentaciones y contraposiciones” con el objetivo de “reconstruir el tejido de relaciones para una humanidad más fraterna”.

viernes, 17 de diciembre de 2021

Carta semanal del Sr. Arzobispo

Asturias en Roma

La visita ad limina que cada cinco años aproximadamente realizamos todos los obispos del mundo yendo a Roma, supone un acercamiento de nuestras diócesis a la Santa Sede a través de los organismos que ayudan al Papa para anunciar el Evangelio en esta coyuntura histórica en la que la Iglesia vive su misión ante los hombres contemporáneos. Así vamos pasando por los distintos Dicasterios que tienen que ver con la vida cotidiana en nuestras diócesis. Por allí van saliendo las luces y las sombras que concretan los desafíos con los que nos encontramos en este momento de la historia a la hora de evangelizar nuestro mundo comunicando una buena noticia. Dificultades y posibilidades van apareciendo, son parecidas en sus retos y también en sus recursos y soluciones.

La familia y la vida, la educación, la misión evangelizadora, los pobres y todas las heridas que genera nuestro mundo opulento e insolidario, el clero y los seminaristas con la falta de vocaciones, la vida consagrada en todos sus rostros, los medios de comunicación, la cultura. Toda una serie de departamentos que coinciden más o menos con lo que en cada diócesis tenemos para ir avanzando en esta coyuntura de la historia en la que como cristianos poder anunciar el mensaje de esperanza que nos dejó Jesús como la más bella herencia y la encomienda misionera de su propio encargo.

Pero hay un momento culminante cuando este puñado de obispos de las veinticuatro diócesis del noroeste de España, desde Navarra a Galicia, pasando por Asturias, Aragón, La Rioja y un trozo de Castilla, nos encontramos con el Santo Padre. Es el encuentro más esperado. Y nos dedicó nada menos que dos horas y media, hablando con una enorme franqueza, confianza, poniendo sobre el tapete las cosas que realmente nos preocupan en nuestra vida pastoral como obispos.

Fue hermoso cuando le di los saludos del arzobispo emérito, D. Gabino. Al preguntarme por sus apellidos, rápidamente lo identificó y me dijo que se acordaba de cuando había sido Presidente de la Conferencia Episcopal Española. ¿Cómo está? ¿Cuántos años tiene? ¿Sigue fumando tanto? Era curioso el detalle de preguntarme por su salud, pensando que una persona mayor tras haber fumado mucho podría estar delicado. Y con afecto me dijo que le llevara su bendición. También cuando le referí que en Asturias estuvo él en sus años mozos de joven jesuita. Y me contó alguna anécdota simpática sobre nuestra gastronomía, que pudo degustar en casa de unos parientes lejanos emparentados con su familia.

Entre tantas cosas comentadas, le dije cómo nuestra vieja Europa de raíces cristianas tal vez mal regadas, en la medida que pierde su identidad se hace insolidaria, y se sume en una tristeza que suscita nuestra preocupación, cuando vemos a demasiada gente tocada y hundida por todo lo que está pasando. Pero cómo el pueblo de Dios sencillo, sabe a quien pertenece su alma, y tiene motivos para la esperanza en medio de un mundo desesperado. Esta es la buena noticia que podemos anunciar los cristianos. Es el tema de la alegría que en esta tercera semana de adviento se nos propone desde la palabra de Dios. Una alegría que no es triunfalista, como subrayaba el Santo Padre en su respuesta a mi pregunta.

Ahí tenemos todo un programa también nosotros, siendo urgidos a convertirnos en servidores de esa alegría cristiana, la que se deriva de la escucha de Dios cuando nos habla o cuando nos calla. Pero a su entraña le llegan todos nuestros gemidos, como también le alcanzan los anhelos de nuestro propio corazón, mendigo de esa esperanza y esa alegría. Así ha sido esta visita a Roma, llevando a Asturias en el corazón y la mirada, poniendo ante el Papa, sucesor de Pedro, nuestra tierra, nuestra gente, nuestra Iglesia diocesana. Un regalo para mí y para todos. Dios sea bendito.

+ Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo