lunes, 16 de septiembre de 2019

Y las Teresianas dejaron atrás sus raíces. Por Rodrigo Huerta Migoya

Ya no hay presencia de la Institución Teresiana en el Real Sitio -Santuario de Covadonga-; se han ido, han volado del nido más preciado y querido por su fundador.

Nadie se esperaba ver esto, pues aunque es evidente que las Teresianas de San Pedro Poveda también están padeciendo la crisis vocacional, todo el mundo imaginaba que la casa de Covadonga sería la última en cerrar sus puertas.

Más que Madrid o los Negrales, Málaga o Santander, que Córdoba o Valencia, Bilbao o Sevilla; que Jaén o Mallorca, León o Pozuelo de Alarcón; que Alicante o Teruel, Burgos o Barcelona; que Irlanda, los cinco colegios de Asia, los trece de América o los dos de África... por delante de todo ello está Covadonga por haber sido el amor primero de la Institución, su cuna y lugar predilecto en relación con los designios del fundador. No me atrevo a decir que Covadonga esté incluso por delante de Guadix, de su sepulcro en Madrid o de su pueblo natal de Linares; pero, sin duda, la cueva de Covadonga era el corazón y génesis de la Institución Teresiana, la cual ya no está aquí presente más que los días de su "voto teresiano".

Ningún instituto religioso podrá dar pasos mirando al futuro si "olvida" su pasado, y, en la marcha de las teresianas de Covadonga, estoy convencido de que San Pedro Poveda lo habría desaprobado. No era cualquiera su presencia en este Santuario cuando tenía, nada menos, que el privilegio de ser las "camareras" de la Santina; las que cuidaban las vestiduras de Nuestra Señora, las que apoyaban a la Escolanía en sus deberes, las que colaboraban en la vida litúrgico-pastoral del Santuario, las que acogían a los peregrinos y a los voluntarios del Grupo de Acogida... en definitiva, las Teresianas eran un importante puntal histórico; eran pasado y presente en Covadonga. Ojalá cambien los vientos y las hijas de San Pedro Poveda puedan volver a la raíz de sus raíces, a donde nacieron.

Como colofón, quiero dejar cuatro fragmentos de una carta de San Pedro Poveda escrita en Madrid en 1928 donde describe claramente la unión "inseparable" que él deseaba entre la Institución y el Santuario de Covadonga: 


¡Cuán grande es el regalo que la Santísima Virgen hace a la Institución Teresiana y cómo ha de corresponder la Institución a tan señalado favor!. Confieso ingenuamente que para mí este favor de nuestra Señora excede a cuanto pueda expresar de palabra y por escrito. Covadonga es para la Institución algo singular, único, y para mí algo más singular y único. La santa Cueva será siempre la verdadera cuna de nuestra amadísima Obra. Ante la imagen de la Santina se oró, se proyectó, se vio, por decirlo así, el desarrollo de la Obra (…)



De cómo se venera y se ama a la Virgen de Covadonga no hay necesidad de ponderarlo. Es un amor que se traduce en todas las manifestaciones de la vida teresiana. Después de todo lo dicho ¿podremos asegurar que es un gran regalo para la Institución el tener casa en Covadonga? Y si a lo expuesto se añaden las dificultades que ofreció siempre y a todo el que lo intentó entrar en aquel recinto, tendremos que reconocer como favor extraordinario el que nos otorga la Santísima Virgen llevándonos al lado de la santa Cueva. ¡Y cómo ha dispuesto nuestra Reina y Señora todo lo más conveniente para que en breve la Institución viva en su verdadera casa solariega! (...) 



Iremos, Dios mediante, a Covadonga muy pronto, y vamos persuadidos de que nos lleva la Santísima Virgen. ¿Sabremos corresponder a. fineza tan extraordinaria ?. Comencemos por agradecer y, aparte lo que cada cual diga a nuestra Señora, en todas las casas deberá tenerse noticia del día que comiencen las obras, de los viajes de los superiores, de la inauguración, etc., y deberá ser la casa de Oviedo la que comunique todas estas noticias, a fin de que en los Internados se dé públicamente gracias a la Virgen Santísima y se celebre todo cuanto se relacione con la casa de Covadonga, para, de esta manera, hacer que arraigue la devoción a la casa de la Santina.(...)



En otra ocasión haré, con el favor de Dios, un programa o reglamento para la nueva casa, y diré a todas lo que yo entiendo que debe ser y, además, cómo han de vivir y en qué se han de ocupar las teresianas que residan en Covadonga. 


Por hoy hago punto y os envío una bendición dejándoos en el Corazón divino.



NOTA:

Con motivo de la publicación de este artículo, pese a ser un hecho objetivo y evidente que la Institución Teresiana no está físicamente presente en Covadonga desde hace muchos meses de forma permanente (sólo puntualmente -días concretos- como refiere el propio artículo), que su oficio de camareras de la Virgen ha sido asumido por las Hermanas Carmelitas del Espíritu Santo, incluso algunas fuentes -antes de la publicación del artículo- nos confirmaron que "La Casina" (lugar de residencia habitual de la Institución) podría convertirse en museo; ayer, (19-09-2019) una llamada telefónica al responsable de este "Blog" por parte de una "Señorita Teresiana" residente en Oviedo que dijo hablar en nombre de la Institución -desconocemos cargo o responsabilidad-  nos manifestó que el motivo de la ausencia tan prolongada se debe a "unas obras y permisos para éstas en La Casina que están durando mucho, pero que no tienen pensado dejar atrás su presencia física y permanente en Covadonga".
Sea por "las obras", o porque el artículo interpelase algunas conciencias, como Iglesia agradecemos la llamada explicativa a la que nos referimos y deseamos de corazón que sean una realidad permanente los deseos y motivaciones de San Pedro Poveda.

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