jueves, 8 de agosto de 2019

Un libro obligatorio. Por Francisco José Fernández de la Cigoña

(La Cigüeña de la Torre) Gabriel Calvo Zarraute: Verdades y Mitos de la Iglesia católica. La historia contra la mentira. ACTAS, Madrid, 2019, 623 pp. Con prólogo de Pío Moa

Gabriel Calvo Zarraute, joven sacerdote de Toledo, ha escrito un libro que no dudamos en calificar de obligatorio en estos momentos en los que imperan la ignorancia y la hostilidad hacia la Iglesia. Fruto esta última también de la ignorancia. Estamos ante un texto histórico, escrito por un historiados, y apologético, el historiador es también sacerdote que ama a su Iglesia y la defiende de ataques tan injustificados como extendidos. Y creemos que con un óptimo resultado.

La leyenda negra sobre todos, o muchos, de los hechos a los que se extendió: la Edad Media, la Cristiandad, las Cruzadas, el análisis del Islam es naturalmente necesario, la Inquisición, los judíos y su expulsión, el Descubrimiento de América y su Evangelización, Isabel la Católica, las Leyes de Indias, los abusos, Las Casas, el mestizaje, la enorme diferencia con Norteamérica, el protestantismo, la Ilustración y la Revolución Francesa, Pío XI y Pío XII y el nazismo, queda verdaderamente pulverizada. Calvo Zarraute aporta numerosísimos datos que establecen la verdad y destruyen la mentira con enorme contundencia.

Es también un libro sumamente instructivo incluso para personas de cultura que descubrirán argumentos, recordarán los que se han olvidado y hará que católicos despistados e incluso engañados, se confirmen en el respeto y el amor a su Iglesia y a su historia.

No se ocultan defecciones y abusos inevitables en toda obra humana pero el balance qu resulta es enormemente positivo y no tiene nada que ver con el cuadro de horrores y de errores que tantos nos han presentado en una historia de la Iglesia y de España tan negra como falsa.

Porque esta obra que no dudamos en recomendar muchísimo, sobre algún punto haría alguna matización que no vale la pena ni mencionar ante trabajo tan logrado, es a la vez eclesial y patriótica porque en España una y otra estuvieron indeleblemente unidas muchos siglos que además fueron los de la grandeza de España. Y en esta obra cuya finalidad es la defensa de la Iglesia ante ataques tan mentirosos como repetidos es al mismo tiempo una reivindicación de España pues en no pocos casos el ataque a la religión y a nuestra patria coinciden.

Calvo señala como repetidas veces esas agresiones se basan en la falsedad y en la hipocresía por lo que sólo pueden hacer efecto en personas sin formación que además están condicionadas por los prejuicios de una campaña de siglos contra la Iglesia Católica y contra España. En el caso de nuestra patria sobre todo por su fidelidad al catolicismo durante tantos siglos, por su oposición al protestantismo y por sus guerras contra Francia e Inglaterra.

La raíz protestante de la leyenda negra queda archiprobada así como la eficacia de su propaganda, pese a su intrínseca falsedad, en lo que siempre superaron a los católicos tal vez demasiado convencidos que con la verdad les bastaba y sobraba.

Desenmascara también el autor la hipocresía verdaderamente desorbitada de esta campaña multisecular porque es llamativo que ingleses y norteamericanos se atrevan a reprochar a España el “genocidio” hispanoamericano cuando el suyo sí que fue auténtico y la prueba máxima es el número de indios que hay en nuestros días en los Estados Unidos comparados con los existentes al sur de la frontera con Méjico. Y respecto a la aniquilación de aquellas culturas véase la que queda de la lengua de sioux, apaches o semínolas, las gramáticas y catecismos que editaron los norteamericanos en sus idiomas con los centenares que escribieron los misioneros españoles.

Y no digamos ya de la crueldad de la Inquisición española denunciada por luteranos, calvinistas o anglicanos que regaron “generosamente” de sangre de campesinos, disidentes, por supuesto también de católicos y hasta de brujas todos los lugares que dominaron.

Estamos ante una burdísima falsificación de la historia que Calvo desmonta con sobrada suficiencia al tiempo que instruye a los lectores en la verdad de la historia.
Seguramente muchos quedarán asombrados ante la verdad que descubrirán y que nunca habían pensado que era esa y no la que les habían vendido valiéndose de su ignorancia. Otros verán confirmados y ampliados sus conocimientos y convicciones, vacunados contra falsedades ambientales y con un amplio bagaje de cultura y argumentos para rebatir esa falacia que sólo se sostiene por la ignorancia de aquellos a quienes va destinada.

Calvo, por otra parte, no nos presenta un idílico cuadro de la situación sino que señala excesos indudables y situaciones injustas cuando se produjeron. Lo que hace mucho más creíble el texto.

Repito que el propósito del libro es desmitificar la leyenda negra contra la Iglesia católica colocándola en su verdadero lugar de falsedad insostenible del que nunca debió haber salido pero inevitable y afortunadamente resulta al mismo tiempo una defensa de España pues en su catolicismo compartió no pocas de las falsedades que se dijeron de la Iglesia.

Los capítulos dedicados a la Inquisición española y la expulsión de los judíos y al descubrimiento y evangelización de América tocan directísimamente a nuestra patria y resultarán muy gratos a los lectores españoles que quieran conocer la verdad.

Estamos pues ante un libro muy importante que no dudo en recomendar estando seguro de que les será de gran utilidad para un mejor conocimiento de la Iglesia y de la historia.

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