martes, 4 de diciembre de 2018

Benín cala hondo en el corazón de Jano González

El sacerdote, natural de Lugones, se emociona al encontrarse con la miseria y el dolor que azotan a los más pobres de África

Lugones (Siero), Mariola Menéndez

Hay viajes que quedan grabados a fuego en la memoria por las experiencias vividas y las personas que cruzan el camino. Y el sacerdote, natural de Lugones, Alejandro González, más conocido como Jano, y canónigo de la Colegiata de Covadonga, no olvidará su reciente estancia en África. Aprovechando que tenía señal de internet, quiso hacer llegar a los suyos algunos de los emocionados momentos vividos y compartir fotos.

En este mensaje cuenta que el misionero de la diócesis de Barbastro, que está muy cerca de Gamia (Benín), les invitó a una fiesta a uno de estos pueblos y,tras la misa, les prepararon ''iñam'', un puré muy espeso que se come con la mano, con tomate y pollo, explica. 

Agrega que, siguiendo el protocolo del lugar, primero comieron los sacerdotes, misioneros, religiosas y representantes de los pueblos. Después, fue el turno de hombres y mujeres, y, por último, el de los niños. ''Yo comí poco, por que sabía que lo que dejara en el plato lo comerían los niños'', indicó el sacerdote de Lugones. ''Pero vi a una chica que caminaba con dificultad, de unos 14 o 15 años, y tenía un bebé a su espalda. Sabía que tenía parálisis cerebral, por lo que intuí que era la encargada dde cuidar a su hermano pequeño''.

Lamenta que allí, ''los discapacitados, son los pobres entre los pobres''. Ya no pude aguantar más y me acerqué al árbol donde estaba apoyada y le pregunté si quería comer. Ella me mostró una mirada que jamás olvidaré. Vi su agradecimiento, pero me estaba preguntando que por que se lo daba a ella si tenía que esperar a que los últimos comieran'', prosigue su relato.''Insistí y ella estiró una mano con un pequeño cuenco de plástico, pues no se atrevió a comer de su plato''.

''Volví al banco y lloré como un niño. El misionero de Barbastro, Rafa (Quirós), había visto toda la escena y me dijo: ''Jano, ¿te rompiste?'' No te preocupes y llora, saca todo lo que tienes dentro''. Fue más duro cuando su compañero, tras conversar con la muchacha, le contó al sacerdote de Siero que la chica fue violada, y que llevaba su bebe a la espalda. Pide comida de aldea en aldea para sacar adelante su niña.

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