viernes, 6 de octubre de 2017

Agradecimiento de nuestro Párroco

  Queridos amigos y feligreses:

Mediante estas líneas quisiera dar mis más sinceras gracias a tantísimas personas que en los últimos días no sólo me han felicitado por hacer algo tan “normal” como sentirme orgulloso de ser tan español como asturiano y que se han preocupado por mí, animándome y mostrándome su apoyo con claras muestras de que ni estoy sólo ni soy el único en este planeta que piensa y siente igual.

Vaya por delante mi gratitud al Sr. Arzobispo, que en todo momento ha estado al corriente de los acontecimientos, al Sr. Vicario de Pastoral, Don Antonio, y a mí Vicario de zona, Don Jose Julio, así como muchos compañeros sacerdotes que me han arropado con autentico calor de hermanos. Pero, sobre manera, a mi querida feligresía de la que estoy igualmente tan orgulloso, y a los que hace ya tiempo siento como verdadera familia. También a muchos vecinos anónimos de Lugones -incluso ateos o no feligreses- que del mismo modo han actuado. A miembros de la Guardia Civil y la Policía Nacional (que participaron como simples fieles de la Misa Mayor del Domingo 1-O). A Justo Roldán por su escrito en L.N.E. que ha salido de un corazón noble, cristiano, asturiano y español. Y, en resumen, a tantas personas que desde diferentes puntos de Asturias y de España -conociéndome o incluso sin conocerme- me han hecho llegar su cariño por diversos medios.

Estoy convencido de que la historia no se puede ni reinventar ni manipular, y, como declaró nuestro Arzobispo, tratar de hacerlo asentándose en la mentira, la manipulación de conciencias
-incluso de jóvenes y niños- y el chantaje emocional y material, es inmoral, además de ilegal. Por eso el silencio en asuntos tan delicados como el de la unidad de España como una gran Nación que hemos construido entre todos -y que obviamente defiendo sin tapujos- sería para mí un grave pecado de omisión.

Me siento plenamente en comunión con la Iglesia, que es UNA, UNIVERSAL y CATÓLICA, y ahora más que nunca, tras conocer por la crónica del Consejero Eclesiástico de la embajada de España ante la Santa Sede, D. Antonio Pelayo, el sentir del Papa Francisco y de la Curia vaticana ante esta realidad. Es oficial ya «la postura contraria de la Santa Sede a toda autodeterminación que no esté justificada por un proceso de descolonización», y respecto a ello, el propio Papa «manifestó el rechazo de la Iglesia a toda actitud que no esté basada en el respeto a la legalidad constituida».

Me ha dado pena y sentí bochorno al ver a una buena parte de la Iglesia en Cataluña profanar, utilizar y manipular sus templos y hasta la mismísima Eucaristía para dar cobertura a su sectarismo excluyente. Como afirmaba con toda razón un periodista de “La Vanguardia”, parte del clero y del episcopado catalán en estos últimos cincuenta años “ha pasado del nacional catolicismo al nacional catalanismo’’. Y el Evangelio, que al igual que la Iglesia es Universal, no podrá encarnarse en un pueblo promoviendo la división y la fragmentación social y territorial de un todo histórico y humano.

Hace años un cura de Gijón decía que daba gracias todos los días a Dios por haber tenido de Arzobispo a Monseñor Díaz Merchán; yo hoy también puedo decir que doy gracias a Dios por tener de Arzobispo a Monseñor Sanz Montes, cuya valentía matizando para sus diocesanos la “quintaesencia de la equidistancia” de la Nota de la Conferencia Episcopal Española, ha sido una luz y un mensaje de tranquilidad para muchísimos católicos de toda España, que no entendían como la misma Conferencia Episcopal en tiempos del Cardenal Rouco nos decía de que la unidad de España “era un bien moral superior”, y ahora se desmarcaba pidiendo “diálogo generoso” con los secesionistas. No es posible ningún diálogo con nadie desde el chantaje, la ilegalidad y la inmoralidad. Un empleado de banca no puede dialogar de nada mientras el atracador le apunta con una pistola… Por suerte, son ya muchos los prelados españoles que poco a poco y a lo largo del fin de semana y comienzos de ésta se van manifestado en la misma línea, como han sido ya los obispos de San Sebastián, Alcalá de Henares, Santander, Ávila, Córdoba o el Castrense.

En este mes de la Misión y del Rosario, tenemos la encomienda de ser misioneros de la unidad; unidos en torno a Jesús al que llegamos por medio de María, y le imploramos que no se rompa en perjuicio de todos la integridad territorial de este gran País que es tierra de la Madre, tierra de Santos y tierra de evangelizadores. Unidos en la oración os invito a encomendar muy especialmente a tantos catalanes que están siendo víctimas de múltiples ataques y acosos por sentirse orgullosos de ser catalanes y españoles.
Joaquín , Párroco



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