sábado, 18 de enero de 2014

Yo soy de Lugones por Rodrigo Huerta Migoya


En mi aportación al libro de la parroquia no he podido evitar incluir esta reflexión sobre el espíritu de acogida que distingue a Lugones y que ahora vuelvo a “dejar caer”, pues me parece una riqueza que en pocos sitios de Asturias se encuentra. Acogida  ciertamente, pero no una acogida de invitar a un café, tratarte afablemente y demás, que también;  sino un acoger fraternal y sincero, hasta el punto de que por las calles de nuestro pueblo puedes ver a un vecino de toda la vida charlando con su nuevo vecino senegalés o colombiano, como si hubieran crecido juntos. Esta valoración ni es nueva ni es mía, ya la recalcó con gran acierto nuestro cronista oficial (“de Lugones”) utilizándola como alegato al presentar nuestra localidad a la candidatura de pueblo ejemplar. Y esto se aprecia igualmente en la propia Parroquia.

Viene esto al hilo de dos jornadas muy especiales que celebramos en este mes de enero y que tienen mucho que ver con nosotros. De todos es sabido que  las fechas que la iglesia marca para orar y concienciar sobre diversos temas (hambre, Domund etc.) que se llevan a cabo  en todas las parroquias, eso es  verdad, pero no en todas tienen el mismo enfoque. Esto ocurre con las de “las migraciones” o la de la “oración por la unidad de  los cristianos”, pues  en muchas parroquias de Asturias ni tienen emigrantes ni tampoco presencia de otros hermanos cristianos de diferente credo, como es  nuestro caso. Es por ello que no podemos dejar pasar estos días del nuevo año sin pararnos  a pensar para nuestros adentros:  ¿Cómo acojo yo al forastero?, ¿Cómo convivir con las personas que no profesan mi fe?

Son días para orar intensamente por la unidad de la iglesia, para que se cumpla el deseo del mismo Señor: “Para que sean uno, como tú, oh Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros para que el mundo crea que tú me has enviado” (Jn. 17, 21). Y así desde la Parroquia se tendrá muy encuentra esta petición celebrando la Misa votiva por la unidad de los cristianos, como otras oraciones con las que pretendemos sentirnos unidos a la Iglesia Universal de una forma tan especial por esta causa,  como se da en estas fechas cada año.

Por otro lado el domingo 19 celebraremos la jornada de las migraciones. No olvidemos amigos que Jesús también fue un emigrante que nació sin techo y dejó su tierra huyendo hacia Egipto; abramos los ojos, pues en cualquier cruce de caminos podemos encontrarnos a ese Niño perdido, a ese humilde y fiel José o a esa sencilla Madre, que sin comprender dónde se había metido ni tener claro su destino, lo guardaba todo en su corazón (Lc 2, 19 ). Con qué claridad los expresa el mensaje de los Obispos españoles para esta campaña al decir: El ámbito parroquial, el de la vida religiosa, el de movimientos y cofradías, son ámbitos muy adecuados para la acogida de personas –incluso dentro de sus propios espacios – y para la integración armónica  no solo de expresiones devocionales nuevas, sino sobre todo -dé y para- la fraternidad .

Hace unos años había una plataforma vecinal en nuestra vecina parroquia ovetense que se hacía llamar “Yo soy de la Corredoria”. El nombre pronto dio que hablar, pues de todos es conocido que los que pueden presumir de ser de la Corredoria (a pesar de ser hoy un barrio con más de 30.000 habitantes) son más bien pocos. Podríamos decir que en Lugones pasa también lo mismo, más, misteriosamente aquí no se da tanto ese caso, pues todo el mundo se siente de casa. Es verdad que los que son lugoninos de toda la vida son pocos, pero aquí, a diferencia de otras poblaciones, hemos sabido construir pueblo y no ciudad dormitorio, de manera que seamos quienes seamos y vengamos de dónde vengamos todos tenemos nuestra parcelita de representatividad y orgullo y que nos permite decir en voz alta: “yo también soy de Lugones”.

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