domingo, 7 de abril de 2013

La paradoja del régimen comunista: China se convierte en el gran exportador mundial de Biblias





 



 
 
 
La voracidad comercial china no conoce fronteras. La última que ha descubierto podría
ser la literatura cristiana, aunque reservada casi exclusivamente a la exportación.
En 2012, la producción china de biblias -una actividad muy limitada con anterioridad, y reservada
sólo a las iglesias controladas por el régimen- alcanzó la cifra de 12 millones de ejemplares,
dos tercios para la venta en el extranjero.


El dato convierte a la China comunista, donde hasta hace poco los católicos
  se consumían en las cárceles o en los campos de trabajo, en uno de los grandes
editores de biblias del mundo.
Según informa “The Economist”, la gran empresa editorial ha sido encomendada a
una imprenta de la ciudad de Nanjing, preparada para producir 18 millones de ejemplares
 anuales de la Biblia en 90 idiomas. Sólo un tercio, algo más de cuatro millones, se
reservarán para el consumo interno, y serán distribuidos “exlusivamente” por las
55.000 iglesias oficiales. Quedan excluidos los centenares de miles de templos,
protestantes y católicos, que siguen resistiéndose a la Iglesia Patriótica, la mayoría
de ellos en forma de iglesias-hogar con sabor a catacumbas.
China cuenta oficialmente con 67 millones de cristianos, alrededor de un 5
por ciento de su población. Los más activos, los católicos, son aproximadamente
12 millones, poco menos del 1 por ciento. En 1957, Mao decidió fundar la Iglesia
  Patriótica para someter a los obispos y a los católicos a los dictados del régimen.
La persecución religiosa ha sido, aparentemente, suavizada en los últimos años,
aunque aún se cuentan por docenas los clérigos y laicos encarcelados
por su defensa  de la libertad religiosa.

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