(Iglesia de Asturias) «Entre dos y tres meses», esta ha sido la estimación de tiempo aproximada para los trabajos de restauración de la talla del Salvador de la Catedral, que han comenzado recientemente. Así lo ha manifestado en la mañana del miércoles, 21 de mayo, la persona encargada de los mismos, Jesús Puras, que explicó que, durante este tiempo, tratarán de «recuperar la estética de la época de la imagen, su estratigrafía original y los estratos superpuestos de interés, así como eliminar un repinte que le hicieron en el siglo XIX, que es el que oculta todos los vestigios anteriores».
La imagen del Salvador es «icónica», no solo para la Catedral, sino para la ciudad, tal y como reconoció Jesús Puras. El Salvador es el titular de la Catedral de Oviedo y, como explicó el Deán, Benito Gallego, es «una imagen muy atractiva, desde allí salen los peregrinos para hacer el Camino y queremos que esté reluciente y en buenas condiciones» para el día de su fiesta, el 6 de agosto, día de la Transfiguración del Señor, donde la costumbre es recubrir la talla con laurel, como «signo de triunfo: Cristo muerto y resucitado», recuerda el Deán.
Además de la limpieza y recuperación de la talla, los trabajos de restauración permitirán acotar mejor la época de creación de la imagen, de la que lo único que se tiene certeza es que se trata de una obra anónima, creada entre los siglos XI y XV. También se sabe de ella que fue trasladada a su lugar actual, junto al Altar Mayor, en el siglo XVII, pero se desconoce también cuál fue su paradero previo o para qué hueco fue creada.
Por el momento, los dos trabajadores que van a ocuparse de la imagen del Salvador los próximos meses, están buscando el método más idóneo para realizar la intervención, en la que utilizarán varias técnicas y especialmente intentarán eliminar el repinte que tiene de comienzos del siglo XIX, «de la mejor manera posible y sin dañar los estratos subyacentes», explica Jesús Puras.
Curiosamente y a pesar de su antigüedad y popularidad, la talla del Salvador nunca se había sometido a ningún estudio ni trabajo de restauración. El repinte del siglo XIX antes mencionado fue la última, quitando alguna limpieza puntual y muy superficial que se hizo en el año 89, coincidiendo con la visita del Papa San Juan Pablo II a Asturias, o la que se llevó a cabo sobre los años 40, a cargo del escultor Víctor Hevia, para tratar de subsanar los desperfectos que le provocaron los ataques durante la revolución del 34. De aquel momento aún tiene alguna pieza desaparecida, como la cruz del orbe, que se añadirá en esta intervención.
Estos trabajos de restauración están siendo financiados íntegramente por el Cabildo catedralicio.
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