lunes, 2 de octubre de 2023

2 de Octubre: Santo Ángel de la Guarda

Una de las devociones que más se inculcan en el ser humano desde niño es a los Santos Ángeles Custodios, cuya festividad celebramos hoy 2 de octubre. Jacob ya en el Antiguo Testamento tuvo un sueño donde luchó con los ángeles. La escalera que iba de la tierra al cielo era su forma de subir y bajar, hasta que el Patriarca retuvo a uno de ellos para que le diese la bendición. El Ángel le preguntó por su Nombre y cuando le dijo Jacob, le llamó Israel porque había luchado con Yahvé.

El Pueblo Elegido caminaba por el desierto y se daba cuenta que Dios le asignaba un Ángel encargado de custodiarle y guiarle a la Tierra Prometida. Los Jueces que libraban al pueblo de los opresores, recibían el encargo del Cielo por medio de un Mensajero Divino. Así le sucedió a la madre de Sansón cuando el Emisario del Cielo le pidió que su hijo no bebiese, ni se le cortase el pelo ya que era consagrado al Señor y la fuerza residía en su cabello.

Otro momento fue Gedeón al que la Providencia le encomendó librar al pueblo de Madián. El Ángel le indicó como el hombre que debía rescatar en nombre de Yahvé al pueblo. Pero también en el Nuevo Testamento está la presencia angelical: Gabriel anuncia a Zacarías el Nacimiento del Bautista, a María la Concepción y el Nacimiento del Señor, a los pastores el lugar donde ha nacido el Mesías y a las mujeres la Resurrección. San Bernardo habló en su sermón de los Ángeles. Inglaterra fue pionera en esta celebración en el año 800 y en 1670 el Papa Clemente X la puso en el calendario tal día como hoy. El Cuerpo Nacional de Policía les tiene por Patronos.

Oración

Ángel de la paz, Ángel de la Guarda,
 a quien soy encomendado, 
mi defensor, mi vigilante centinela; 
gracias te doy, que me libraste 
de muchos daños del cuerpo y del alma. 
Gracias te doy, que estando durmiendo, 
me velaste, y despierto, me encaminaste; 
al oído, con santas inspiraciones me avisaste.

Perdóname, amigo mío, mensajero del cielo, 
consejero, protector y fiel guarda mía; 
muro fuerte de mi alma, 
defensor y compañero celestial. 
En mis desobediencias, vilezas y descortesías, 
ayúdame y guárdame siempre de noche y de día. Amén.

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