jueves, 10 de diciembre de 2020

Santa Eulalia de Mérida, Patrona de la Archidiócesis de Oviedo

(el.tesorodeoviedo.es) Nació en Mérida, en el año 292. Según otras fuentes habría nacido en el año 296, y su martirio se hubiese producido cuando contaba sólo siete años.

Mártir cristiana hija del senador romano Liberio, recibió la doctrina cristiana del presbítero Donato y la educación romana por parte de su familia. En el año 303 Maximiliano y Diocleciano publican los edictos por los que se persigue a los cristianos, al profesar una fe contraria al Imperio Romano. El prefecto Calpurniano, lugarteniente de Daciano, mandó que todos los de la ciudad asistiesen a un solemne sacrificio que quería hacer a los dioses. Acompañada Eulalia de una doncella de su edad, llamada Julia, se presentó al prefecto, reprendiéndole su proceder con los cristianos, o, según otros, el prefecto mandó apresarla en su casa. Hiciéronla sufrir los tormentos más crueles que entonces se daban a los mártires, y después de haber sido azotada con látigos armados de plomo, echaron aceite hirviendo sobre sus heridas. Al fin fue echada en un horno, donde murió, sin quemarse su cuerpo. Añade Aurelio Prudencio que en el momento de expirar se vio salir de su boca su bendita alma en figura de blanca paloma, que voló hacia el cielo, de cuyo prodigio fueron testigos todos los circunstantes. Sufrió su martirio el día 10 de diciembre del año 304, y los autores refieren que hallándose desnuda, cayó una copiosa nevada para cubrir su desnudez.

Culto

La devoción a las cenizas de la mártir ya fue muy grande durante la época hispanorromana, y su culto se continuó posteriormente. Los godos veneraron en gran manera el templo y la túnica de Santa Eulalia. El rey Pelayo se mandó enterrar en una iglesia de esta santa, llamada Santa Olalla de Velanio, por haberla llamado en su favor cuando peleaba con los moros y vencídolos. Teniendo el rey Teodorico de los godos cercada a Mérida, se dice que Santa Eulalia la socorrió y la libró de que fuese asolada, mandando en sueños al rey que levantase el cerco, y así lo hizo; y otras victorias y buenos sucesos se cuentan haber recibido los cristianos con el patrocinio de esta virgen, por lo que en España se la tiene gran devoción, y muchas mujeres toman su nombre y aun algunos pueblos en el reino de Toledo y Andalucía. Gregorio Turonense escribe un milagro que cada año se solía hacer en el día de su martirio: de algunos árboles que estaban sobre su sepulcro y le cubrían, y con estar desnudos y sin hojas (por ser el mes de diciembre), aquel día florecían y producían unas flores que tenían figura de paloma, de suave olor, por las males según el tiempo en que salían, la gente entendía si el año siguiente había de ser próspero o estéril.

Santa Eulalia y Asturias

Su llegada a Asturias la sitúan unos con Don Pelayo y otros con Silo, en ambos casos rescatando los huesos de la santa de una correría árabe. Alfonso II el Casto trasladó sus restos desde Pravia a la iglesia de San Salvador (Catedral de Oviedo), y más tarde el obispo Don Pelayo y Alfonso VI depositaron sus restos en un arca de plata. La devoción popular creía que un paseo de los restos de la santa por la ciudad de Oviedo atraía las lluvias, por lo que entre 1630 y 1639 el obispado de Oviedo llevó a cabo los trámites necesarios para convertir a la benefactora climatológica en patrona oficial. Cuando esto sucedió Santa Eulalia ya tenía su cofradía.

Fue consagrada como patrona del obispado de Oviedo en 1639 por el papa Urbano VIII. Ya consagrada como patrona, el obispo García Pedrejón inició la construcción de una capilla para la santa en la catedral gótica de Oviedo, capilla que fue terminada en 1697. Hasta el siglo XIX se realizaban grandes festejos en el aniversario de la Santa, el 10 de diciembre. 

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