jueves, 14 de junio de 2018

Crónica oficiosa de Lugones. Por Justo Roldán

La Nueva España - Cartas de los lectores 13/06/18

Puesto que Lugones ya cuenta con un cronista oficial de "iure", califico la presente crónica de oficiosa, es decir, "de facto". Personalmente, me gusta más lo "oficioso" que lo oficial. Pues al parecer -y esa es mi impresión- en lo oficial se eluden las crónicas sobre temas políticos o religiosos, con lo que queda la mayoría sin una voz oficial. Y si no es así, alguien seguro me rectificará.

Vayamos con la crónica oficiosa: LA NUEVA ESPAÑA publicó bajo la firma de Mariola Menéndez la noticia cuyo titular era el siguiente "El Corpus cada año más guapo en Lugones", acompañado de fotos que así lo corroboraban. Y es cierto y es de justicia el reconocerlo y valorarlo en su totalidad, pues es la totalidad de la parroquia quien, en un trabajo altruista, año tras año, se esfuerza en mantener y mejorar las tradiciones de la localidad. Y esto es así porque en Lugones la mayoría son católicos y lo demuestran día a día, domingo tras domingo y festividad tras festividad.

No es menos cierto tampoco que otros esfuerzos particulares y asociativos impulsan otra parte de la tradición cultural de la localidad más grande del concejo de Siero; que gozan igualmente de gran aceptación. Donde ya se nota más la diferencia es en el tratamiento por parte de quien ha sido nombrado para ser la "voz y la palabra escrita" de los acontecimientos -o eso creo- que merezcan ser destacados por su mayoritaria influencia en los usos y costumbres, que son la raíz de la vida social y cultural de esta parte tan entrañable de Siero.

Quién entendería nuestra idiosincrasia, nuestra razón de ser y nuestra existencia si no fuera por los festejos en memoria de la Virgen del Buen Suceso, que con tanto mimo se siguen organizando hoy bajo la batuta de Manolito "El Pegu", o las que se hacen a Santa Isabel. Quién indagaría en nuestro pasado folclórico, y tradicional, si no fuera por la constante labor de Aidita y su meritorio esfuerzo en el Grupo la Sidrina, o en nuestra tradición deportiva, si no hubieran existido personas comprometidas, como Daniel (q.e.p.d) y los actuales dirigentes del fútbol en Lugones, que sacaron de donde ya no había una generación de deportistas, de los cuales muchos llevaron nuestro buen nombre por España y fuera de España. Y sin los apoyos de los grandes industriales de nuestra gastronomía y de nuestra bebida, como son la fabada y la sidra, de la mano de Casa Fran o del Restaurante La Máquina. Evidentemente nadie, por eso siempre estaremos agradecidos a este "puñado" de conciudadanos que, no siendo todos, creo sí son una representación muy digna del resto a tener en cuenta.

Pero Lugones no es sólo eso. No es sólo su parte lúdica, festiva o gastronómica. Lugones es una localidad con alma, con fe con mayúsculas, con tradiciones dedicadas a la Virgen, que se veneraba de casa en casa. Con devoción a nuestro patrón San Félix, con fieles católicos que dedican su tiempo a preservar aquello que es más importante para la convivencia, el respeto y la tolerancia, en un Lugones del siglo XXI que se ha vuelto multicultural. Pero toda esta convivencia se debe a nuestra tradición cristiana y católica. Al esfuerzo por conservar lo que nos es propio, respetando lo que nos es ajeno. De ahí que la festividad del Corpus, su celebración, la primera comunión, para tantos niños, no debe pasar desapercibida para nadie, y menos para la "voz oficial", pues gracias a los padres, y a la labor del párroco D. Joaquín, que Dios ha puesto al frente de su grey en el momento más oportuno, y en la situación -tal vez- más delicada, Lugones se ha vestido de gala, de alegría y de felicidad. Y todo debido al esfuerzo y tesón de tantas mujeres y hombres que no quieren perder sus raíces es lo que me impulsa hoy a escribir esta crónica oficiosa, (literariamente mejor o peor) pero en libertad, y sin cortapisa alguna.

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