Álvaro Real
Más de 50.000 niños y niñas provenientes de Alemania, Austria y Suiza participaron en el encuentro con el Papa Francisco con motivo de la peregrinación que cada año las diócesis de Alemania organizan durante la primera semana de agosto a la Ciudad Eterna.Son un grupo de monaguillos del importante grupo de la pastoral alemana que cuenta con más de 430.000 niños, adolescentes y jóvenes adultos comprometidos con el servicio al altar y que en estos días centran sus actividades en funciones religiosas diocesanas, visitas guiadas sobre temas de historia, cultura y espiritualidad, y excursiones culturales y religiosas entre las que destacó la visita a Asís.
Durante el acto se celebraron las vísperas en las que el Papa Francisco les habló en alemán y los jóvenes le regalaron una camiseta y el brazalete que identifica a los monaguillos.Posteriormente diversos representantes le hicieron algunas preguntas al Papa
En su discurso el Papa Francisco quiso responder a estas preguntas y explicó que “el mundo necesita personas que den testimonio a los demás de que Dios nos ama, de que es nuestro Padre”. A ellos, a los monaguillos les encargó esa misión: “sois llamados a hablar de Jesús a vuestros coetáneos, no sólo dentro de la comunidad parroquial o de vuestra asociación, sino sobre todo afuera”.
“Muchos chicos y jóvenes de vuestra edad tienen una inmensa necesidad de alguien que con su propia vida les diga que Jesús nos conoce, nos ama, nos perdona, comparte con nosotros nuestras dificultades y nos sostiene con su gracia”, explicó el Papa Francisco que les recomendó releer el Evangelio en silencio y ponerlo en práctica.
De igual manera, el Papa Francisco comprendió sus dificultades para organizarse con las demás actividades de un joven y les mostró que es necesario organizarse: “¡vosotros sois alemanes, y esto os va bien!”
“Quizás muchos chicos y jóvenes pierden demasiadas horas en cosas inútiles: chatear en internet o con los móviles, las "telenovelas”, afirmó y les puso como tarea y prioridad el “acordarse de nuestro Creador que nos permite vivir, que nos ama, que nos acompaña en nuestro camino”.
En este momento les explicó la necesidad de normas y orientaciones: “Cuando no está plasmada por el Evangelio, la libertad puede transformarse en esclavitud: la esclavitud del pecado”: “¡Queridos chicos y chicas, no uséis mal vuestra libertad! ¡No malgastéis la gran dignidad de hijos de Dios que se os ha dado! ¡Si seguís a Jesús y su Evangelio, vuestra libertad florecerá como una planta en flor y dará frutos buenos y abundantes!”
Finalizó su intervención acordándose de María y pidiendo que sea “vuestro modelo en servir a Dios: “chicos y jóvenes llenos de esperanza y de valentía”.
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