martes, 31 de diciembre de 2019

Soñar. Por Fray Ángel Abarca Alonso OSB

Silos. 18:30 horas de un jueves. Día de paseo. Regreso al monasterio al anochecer, justo antes de la oración de vísperas. A la entrada del pueblo hay un enorme panel luminoso que nos desea una feliz Navidad. Camino en medio de esta noche fría. Noche de invierno, como aquella primera noche, dicen los cantos, en la que nació Jesús. Y recuerdo mi infancia envuelta en olor de estufa y humo de chimenea. Y recuerdo ese niño ilusionado por cada momento, por cada vivencia, por cada palabra. A veces quisiera volver a serlo para seguir soñando cada instante. Todo es posible en Navidad, nos decían de pequeños. Todo es posible, es verdad, cuando estás Tú.

Y sueño. Sueño con dejar un mundo mejor del que tengo entre mis manos. Sueño con un corazón más grande, más misericordioso. Sueño con ese Niño que, envuelto en pañales, siempre espera. Allí, en el pequeño establo de mi día a día. Ese Niño que, en su debilidad, es capaz de llenar toda la vida, de tocar mi carne, de cambiarme.

Niño Dios, ven, nace bien dentro, no una vez más, sino para siempre. Que tu luz lo llene todo, lo rompa todo, me rompa por dentro y me construya de nuevo. A tu imagen. Con manos de hombre, pero con corazón de Dios. Quién tuviera tu mirada, quién pudiera tocar el alma, devolver la esperanza a tantos corazones para los que no hay una Navidad feliz. Quién pudiera hacer nuevas todas las cosas. Por eso viniste a mi encuentro aquella primera Navidad: para hacerme tocar el cielo. Para estar conmigo siempre. Para decirme que me quieres.

Y sigo soñando con verte salir a mi encuentro en todos aquellos que pones en mi camino. Verte en la fragilidad, escucharte pedir posada. Quédate dentro para que viva. Quiero verte, tocarte, arrodillar mi corazón ante este gran misterio de amor. Darte el oro de mis talentos, el incienso de mi esfuerzo y la mirra de mis lágrimas. Lo que tengo. Lo que soy.

Es Navidad y sueño. Sueño con ser cada día mejor. Más alegre. Más ilusionado. Más de Dios. Y quiero soñar, una vez más. Soñar y soñarte esta Navidad y siempre.


El autor es Monje benedictino del Monasterio de Santo Domingo de Silos

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