viernes, 19 de enero de 2024

Diez Papas nos hablan del Comunismo

(Infovaticana) En un largo comentario en la red social Twitter, Edward Fesser, profesor norteamericano de Filosofía y comentarista católico recopila la doctrina de diez Papas sobre el comunismo.

“La doctrina del llamado comunismo [es] totalmente contraria al derecho natural” (Pío IX, Qui pluribus)

“Nada hay de común entre la democracia social y la cristiana y entre sí difieren como se diferencia la secta del socialismo y la profesión de la religión cristiana“ (León XIII, Graves de Communi)

“La audacia y la ligereza de espíritu de hombres que se llaman católicos, que sueñan con refundir la sociedad… y con establecer sobre la tierra, por encima de la Iglesia católica, «el reinado de la justicia y del amor»… Una construcción puramente verbalista y quimérica, en la que se verá revolotear en una confusión seductora las palabras de libertad, justicia, fraternidad y amor, y el todo, basado sobre una dignidad humana mal entendida. Esto no será más que una agitación tumultuosa, estéril para el fin perseguido y que aprovechará á los agitadores de masas menos utópicas. Sí, no cabe duda; se puede afirmar que Le Sillón, al poner los ojos en una quimera, allana el camino al socialismo” (Pío X, Notre Charge Apostolique)

“ No Nos parece necesario repetir ahora los argumentos que prueban hasta la evidencia lo absurdo del socialismo y de otros semejantes errores. Ya lo hizo sapientísimamente León XIII Nuestro Predecesor, en memorables Encíclicas; y vosotros, Venerables Hermanos, cuidaréis con vuestra diligencia de que tan importantes enseñanzas no caigan en el olvido, sino que sean sabiamente ilustradas e inculcadas, según la necesidad lo requiera, en las asambleas y reuniones de los católicos, en la predicación sagrada y en las publicaciones católicas”. (Benedicto XV, Ad Beatissimi Apostolorum)

“Aun cuando el socialismo, como todos los errores, tiene en sí algo de verdadero (cosa que jamás han negado los Sumos Pontífices), se funda sobre una doctrina de la sociedad humana propia suya, opuesta al verdadero cristianismo. Socialismo religioso, socialismo cristiano, implican términos contradictorios: nadie puede ser a la vez buen católico y verdadero socialista” (Pío XI, Quadragesimo Anno)

“ El comunismo es intrínsecamente malo, y no se puede admitir que colaboren con el comunismo, en terreno alguno, los que quieren salvar de la ruina la civilización cristiana” (Pío XI, Divini Redemptoris)

“La Iglesia, así como condenó los varios sistemas del socialismo que siguen la doctrina de Carlos Marx, de igual modo los condena hoy de nuevo, como lo exige su deber y como lo pide la salvación eterna de los hombres, que este modo sofistico de argumentar y estas instigaciones insidiosas ponen en grave peligro” (Pío XII, Evangelii Praecones)

“ El Sumo Pontífice manifiesta además que la oposición entre el comunismo y el cristianismo es radical. Y añade qué los católicos no pueden aprobar en modo alguno la doctrina del socialismo moderado. En primer lugar, porque la concepción socialista del mundo limita la vida social del hombre dentro del marco temporal, y considera, pro tanto, como supremo objetivo de la sociedad civil el bienestar puramente material; y en segundo término, porque, al proponer como meta exclusiva de la organización social de la convivencia humana la producción de bienes materiales, limita extraordinariamente la libertad, olvidando la genuina noción de autoridad social” (Juan XXIII, Mater et Magistra)

“Con demasiada frecuencia las personas cristianas, atraídas por el socialismo, tienden a idealizarlo, en términos, por otra parte, muy generosos: voluntad de justicia, de solidaridad y de igualdad. Rehúsan admitir las presiones de los movimientos históricos socialistas, que siguen condicionados por su ideología de origen” (Pablo VI, Octogesima Adveniens)

“El error fundamental del socialismo es de carácter antropológico… el deseo sincero de ponerse de parte de los oprimidos y de no quedarse fuera del curso de la historia ha inducido a muchos creyentes a buscar por diversos caminos un compromiso imposible entre marxismo y cristianismo.”. (Juan Pablo II, Centesimus Annus)

“Se ha planteado una objeción contra la actividad caritativa de la Iglesia, desarrollada después con insistencia sobre todo por el pensamiento marxista. Los pobres, se dice, no necesitan obras de caridad, sino de justicia… El marxismo había presentado la revolución mundial y su preparación como la panacea para los problemas sociales… La actividad caritativa cristiana ha de ser independiente de partidos e ideologías. No es un medio para transformar el mundo de manera ideológica y no está al servicio de estrategias mundanas… [El marxismo] es en realidad una filosofía inhumana. El hombre que vive en el presente es sacrificado al Moloc del futuro”. (Benedicto XVI, Deus Caritas Est).

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