sábado, 22 de abril de 2023

En memoria de Don Ángel Silva. Por Rosa María Álvarez Prado

Hay un dicho que dice: “Es de bien nacidos ser agradecidos”.

Esta mañana, martes, 19 de Abril, cuando leo el periódico, me encuentro con la triste noticia del fallecimiento de D. Ángel Silva. En un momento, fluyeron todas las vivencias compartidas en su paso por nuestra Parroquia de Lugones. No en vano, la vida se va construyendo desde aquello que van hilvanando las personas, y así surge la historia que recoge unos hechos que han marcado una época y una vida.

En los años 60, llega a nuestra Parroquia D. Ángel Silva, es un momento muy importante para él, por toda la ilusión que puede tener un Sacerdote recién ordenado, por el deseo y anhelo de dar todo lo mejor de sí, como ministro del Señor y como persona,

En aquella época, estaba de Párroco D. Jesús, una persona ya mayor y un tanto acomodado debido a la edad.

La llegada de un Sacerdote joven, con todas las inquietudes y ganas de trabajar, fue un revulsivo para nuestra Parroquia y los jóvenes de entonces.

Van surgiendo grupos de jóvenes con un compromiso fuerte y con plena dedicación en todas las actividades parroquiales, en aquella época, ya se empezaba a dar importancia a la formación de los laicos, D. Ángel, procuraba que fuésemos adquiriendo un conocimiento del Evangelio para dar sentido a nuestro compromiso cristiano, siempre hubo mucha complicidad entre los grupos, lo que facilitaba nuestra labor pastoral, sobre todo a la hora de compartir experiencias, estilos de vida, modos de pensar etc., lo cual suponía una gran riqueza, por la pluralidad de sus miembros, puesto que los grupos era mixtos. D. Ángel siempre estaba a nuestro lado, orientándonos y revisando con nosotros todos los pasos que se iban dando.

Don Ángel, has dejado en Lugones una buena semilla que ha dado su fruto.

Luego el Señor te condujo por otros caminos distintos al que comenzaste, cofundaste la Cruz de los Ángeles junto tu compañero de Seminario, que seguro que ya lo habíais fraguado durante vuestra formación de seminaristas, luego optaste por otro sacramento, también muy importante, como fue el matrimonio, y en esa otra dimensión no me cabe la menor duda que seguiste viviendo el Evangelio al puro estilo de la Familia de Jesús de Nazaret.

Recuerdo en una ocasión que nos encontramos en Lugones hace ya unos 20 años, me preguntaste si seguía en la Parroquia, mi respuesta fue afirmativa, te indique que estaba realizando distintas labores, en Cáritas, y en la Catequesis..

observe, como tu semblante mostró cierta melancolía, como si todos los recuerdos de aquellos años fluyeran y sintieras cierta añoranza.

Don Ángel, en tu equipaje, cuándo lo extiendas todo ante el Señor, Él, te acogerá con los brazos abiertos y te sonreirá cuándo le presentes tus primeros comienzos en aquel Lugones, de apenas 2.000 habitantes. Lo hiciste muy bien en Lugones, lograste aquel grupo importante de jóvenes que nos involucramos de lleno en la tarea evangelizadora con ilusión y ganas.

En el cielo, te encontrarás con Félix, ¡qué bien os llevabais los dos, y que confianza teníais el uno en el otro!, con Arcadio, tú le llamabas Cadito, era como un niño, y también con Miguel y José Ramón.

¡Descansa en la Paz del Señor!

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