(Aleteia) Descubre por qué san Juan Pablo II llevó el escapulario de la Virgen del Carmen toda su vida y el profundo significado espiritual detrás de este sencillo trozo de tela. Conoce su inspiradora historia y legado
Karol Wojtyla, el futuro san Juan Pablo II, recibió su primer escapulario siendo un niño de escasos 10 años, según narra él mismo en su libro Don y Misterio. En la misma obra describe que, siendo estudiante, entró en contacto con los escritos de san Juan de la Cruz y de Santa Teresa de Ávila. "Esto acrecentó en mí el interés por la espiritualidad carmelitana", escribe.
Iba a ser carmelita
Siguiendo con el escrito, el querido san Juan Pablo II menciona que, en Cracovia, había un monasterio de Padres Carmelitas Descalzos.
"Tenía contactos con ellos y una vez hice allí mis Ejercicios Espirituales, con la ayuda del P. Leonardo de la Dolorosa. Durante un cierto tiempo consideré la posibilidad de entrar en el Carmelo".
El escapulario carmelitano
¿Cómo fue que se le impuso el escapulario? el Santo Padre detalla que en Wadowice, su ciudad natal, había un monasterio carmelita sobre la colina.
Los habitantes de Wadowice acudían al monasterio, por lo que se notaba la devoción al escapulario de la Virgen del Carmen.
"También yo lo recibí, creo que cuando tenía diez años, y aún lo llevo. Se iba a los Carmelitas también para las confesiones. De ese modo, tanto en la iglesia parroquial, como en la del Carmen, se formó mi devoción mariana durante los años de la infancia y de la adolescencia hasta la superación del examen final".
El Papa y su devoción a María
Reiteró su devoción a la santísima Virgen y a portar el escapulario en su mensaje a la Orden del Carmen con motivo de la Dedicación del Año 2001 a María:
"Con el signo del escapulario se manifiesta una síntesis eficaz de espiritualidad mariana, que alimenta la devoción de los creyentes, haciéndolos sensibles a la presencia amorosa de la Virgen Madre en su vida
También yo llevo sobre mi corazón, desde hace mucho tiempo, el escapulario del Carmen. Por el amor que siento hacia nuestra Madre celestial común, cuya protección experimento continuamente". no. 5 y 6
Una bella reliquia
El último escapulario usado por san Juan Pablo II se encuentra exhibido en su casa de Wadowice, en un altar dedicado a la Virgen del Carmen.
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