lunes, 25 de julio de 2022

Portae inferi. Por Jorge Juan Fernández Sangrador

(jorgefernandezsangrador.com) A eso de las 9 de la mañana salían de la catedral de Oviedo. Cientos de jóvenes seguían a 41 sacerdotes, jóvenes también, que iban cantando las letanías y portaban una imagen de la Virgen de Covadonga. Impresionaba y alegraba verlos. A todos. Eran los de la peregrinación de Oviedo a Covadonga organizada por Nuestra Señora de la Cristiandad (23 al 25 de julio de 2022).

Hasta que acometieron la ovetense calle San José. Y de repente salieron de las entrañas tenebrosas de un bar un grupo de clientes que comenzaron, botella de cerveza en mano, a meterse y a hacer befa de los sacerdotes y de los chavales. Éstos, sin embargo, como si nada; a lo suyo (imagino que incluso rezando por los provocadores).

No creo que nadie les pida disculpas, pero sí espero que a la «Comisión para que Oviedo sea declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad», a las asociaciones del «Camino de Santiago» y a los promotores del «Camino de los Santuarios» les pasen las imágenes de las grabaciones de las cámaras situadas en las calles del Oviedo antiguo para que vean cómo se ha tratado en la calle a unos jóvenes, estupendos, educados y alegres, que han venido de toda España hasta Oviedo para ir a pie a Covadonga.


Jesús entre los doctores, de Durero. 
Los del cuadro van bastante mejor vestidos que los de la calle San José.


Había más al principio, pero enseguida retornaron a la oscuridad


A gritos


«Bendecid a los que os persiguen, bendecid y no maldigáis» (Romanos 12,14)

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