miércoles, 17 de abril de 2024

Argüello: «Promover la cultura vocacional es algo prioritario en la vida de la Iglesia»

(Infovaticana) Con el foco puesto en la jornada de las vocaciones que la Iglesia celebra este domingo, el arzobispo de Valladolid ha insistido en pedir oraciones por esta causa.

En su carta pastoral de esta semana, Luis Argüello señala que «la fe nos permite una mirada nueva sobre la realidad y sobre nosotros mismos para caer en la cuenta de que hemos sido amados, que hemos sido llamados a la vida y llamados a una misión. Hemos sido amados y llamados, por eso vivimos».

El presidente de la Conferencia Episcopal Española afirma en su escrito que «con esperanza podemos invitar a vivir la vida como vocación en la Jornada Mundial de oración por las vocaciones que la Iglesia celebra en el tiempo de Pascua en el domingo del Buen Pastor». «Sí, es posible proponer la vida como vocación porque responde al tesoro escondido en nuestro corazón. Por eso estamos llamados a un ejercicio de caridad, el tercer don de la vida teologal teologal que se nos da desde el día de nuestro bautismo», asegura monseñor Argüello.

En ese sentido, el prelado vallisoletano ha insistido en «el ejercicio caritativo de promover lo que llamaba Juan Pablo II una “cultura vocacional”.

«La Iglesia es asamblea de llamados y todos, todos, todos, como gritaba Francisco en Lisboa, tenemos vocación, somos vocación, somos una misión. Para ello la acción caritativa tiene que despejar los oídos del corazón para que se descubra el tesoro escondido; el propio pueblo de Dios, asamblea de llamados, tiene que tomar conciencia de que es una iglesia convocada, una iglesia congregada, una iglesia enviada», añade en la misiva.

Para Argüello, esta acción de promover la vida como vocación, «supone al mismo tiempo un servicio a la sociedad, porque lo que predomina hoy es el “hombre sin vocación”. Se ha subrayado tanto el protagonismo de la libertad, de la autonomía, de la independencia que cada cual quiere construir su propia vida desde sí mismo y para sí mismo».

El presidente del episcopado español subraya que «el hombre sin vocación pulula, va dando vueltas de un sitio a otro, eso sí movido por los impulsos más inmediatos, por los estímulos que le llegan especialmente desde la sociedad de consumo, pero sin un horizonte». Es por ello que Argüello solicita «promover la vida como vocación, dando la vuelta a la concepción antropológica triunfante en el final del mundo moderno» como «un gran servicio que la Iglesia puede hacer a la sociedad, situando así la libertad entre la llamada que recibimos de lo que nos rodea –personas, acontecimientos históricos– y del bien del amor que también desde dentro de nosotros mismos nos atrae y nos convoca a vivir de una forma distinta».

«Cuántas veces anhelamos una política diferente, una economía más justa, al mismo tiempo que seguimos defendiendo las propuestas antropológicas de la autonomía y del individualismo», lamenta el arzobispo de Valladolid quien vuelve a reiterar que «promover la cultura vocacional es algo prioritario en la vida de la Iglesia y ofrecer esta propuesta de vida como vocación quizás sea uno de los mayores servicios que la iglesia pueda ofrecer a nuestra sociedad en este momento de gran transición en tantos órdenes de la vida».

«Pidamos en este domingo de oración por las vocaciones en todo el mundo que el Señor nos haga descubrir a todos y a cada uno de nosotros que vivimos, porque hemos sido amados, por qué hemos sido llamados y que nuestra vida se descifra como don y como misión», concluye la carta del arzobispo.

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