miércoles, 18 de diciembre de 2019

P. Luis Suárez Velasco -O.P.-, nuevo mártir asturiano a los altares. Por Rodrigo Huerta Migoya

El Santo Padre, el Papa Francisco, firmó el decreto martirial del Siervo de Dios P. Luis Suárez Velasco O.P. este pasado día 11 de Diciembre, festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, durante el transcurso de su encuentro con los miembros de la Congregación de las Causas de los Santos. Con ello crece el número de nuestros intercesores por la tierra asturiana ante el trono del Altísimo, y que antaño no tenía oficialmente santos reconocidos por la Iglesia; ahora ya tiene no sólo Santos sino Beatos y Venerables y otras muchas otras causas en camino.

El Sucesor de San Pedro con su firma en el decretum super Martyrio reconoce la entrega absoluta por su fe de Veintisiete nuevos mártires españoles que perdieron su vida en la persecución religiosa sufrida en España entre los años 1936 y 1937. Veinticinco religiosos dominicos, veinte en la causa llamada de Ángel Marina Álvarez y sus diecinueve compañeros mártires de la Orden los Frailes Predicadores -entre los que se encuentra el P. Luis- y otros cinco en la causa de Juan Aguilar Donis y cuatro compañeros más. Un laico de la Tercera Orden de Santo Domingo y, por último, una monja dominica de clausura del Convento de Huéscar (Diócesis de Guadix) -Comunidad que por desgracia cerró el pasado mes de Mayo tras 449 años de presencia de las dominicas en dicha localidad-.

Nuestro paisano, el P. Luis Suárez Velasco nació en Pelúgano (Aller), el 22 de Septiembre de 1897. Ingresó muy joven en la Orden de Predicadores, siendo ordenado sacerdote con 27 años en 1924. Por su capacidad para las lenguas fue enviado a estudiar Sagrada Escritura. Inició sus estudios en el Angelicum de Roma, terminando los mismos después en la École Biblique de Jerusalen, cuando era director del prestigioso Centro Arqueológico Francés el P. Marie-Joseph Lagrange O.P., verdadero promotor e impulsor de dicha Fundación.

Concluido sus estudios, en 1934 es destinado al Convento de Almagro (Ciudad Real) como Maestro de los Hermanos Cooperadores, confesor de los novicios y profesor de hebreo, griego y sagrada escritura. También asumió la formación de los jóvenes de Acción Católica de la localidad.


En el convento de los dominicos de Almagro había unos ciento diez religiosos entre colegiales, novicios, religiosos profesos, padres y hermanos legos. Más al ser verano y tiempo de vacaciones sólo había -gracias a Dios- unos cincuenta en la Casa cuando se produjeron los altercados; de haber sido en otra fecha hubieran sido -sin duda- muchos más los muertos.

El asalto a la Comunidad tuvo como causa original (como luego contarían los propios verdugos) el que creían que los frailes tenían muchas riquezas, por lo tanto, lo que querían los rapiñadores era el dinero y cualquier cosa de valor de los frailes, junto a un trasfondo de anticlericalismo alimentado desde la ignorancia y la fácil manipulación que ésta genera. Los padres dominicos llevaban en la localidad de Almagro desde 1538 siendo para toda esta comarca manchega un faro luminoso desde donde se ofreció educación a las clases más humildes y pobres, hasta el punto de habilitarse el edificio conventual como universidad desde 1550 a 1824. Los dominicos se ganaron su sitio en Almagro siendo una de las instituciones más queridas de la zona. Llegaron a abrir una imprenta para publicar temas religiosos en la llamada editorial de "Nuestra Señora del Rosario". Dicha imprenta fue ideada y promovida por el dominico asturiano Monseñor Barbado Viejo O.P., la cuál ofreció puestos de trabajo a familias necesitadas de la Villa. No les hacía realmente falta a los frailes contratar a nadie con la cantidad de religiosos que eran, pero tampoco querían quitarle el pan a otros que lo necesitaban más que ellos. No había ningunos antecedentes de que los dominicos hubieran sido "malos" con el pueblo llano en Almagro y, sin embargo, las ideologías extremistas promovieron considerarlos enemigos.

El 18 de Julio los insultos a los frailes cada vez iban a más, incluso cuando incendiaron el templo parroquial y los frailes acudieron a prisa a tratar de sofocarlo mientras era expoliado, los religiosos fueron maltratados y expulsados del lugar por los revolucionarios. El Ateneo Libertario de Almagro se esforzó en hacer campaña contra los dominicos, en especial presionando al alcalde del pueblo -que era socialista- para que les concediera autorización para fusilar a los frailes. Tras el suceso de la profanación de la Parroquia, la turba se presentó en el convento el 25 de Julio obligándoles a salir para llevarlos detenidos a una casa abandonada, la cual haría las veces de prisión para ellos. Siguieron haciendo vida de comunidad con el rezo del rosario en común, preparándose espiritualmente para la muerte anunciada, cantando la salmodias y confesándose.

Catorce religiosos fueron sacados de la cárcel y llevados a pie lejos de Almagro para ser asesinados. El primero de ellos en ser abatido fue el novicio Fray Antolín Martínez Santos O.P., martirizado el 24 de Julio de 1936 (22 años).

A tres les dijeron que los enviaban en tren a Madrid por su bien, aunque en realidad iban camino a la muerte. Sus verdugos de Almagro avisaron a sus colegas de Miguelturra de que los frailes iban en el tren hacia Ciudad Real, que paraba en esa localidad vecina. El aviso de los de Almagro a sus correligionarios fue el siguiente: Ahí os mandamos a tres pajaritos, esperamos que os ocupéis de ellos y les deis la comida con el pico. Cuando llegaron a Miguelturra fueron señalados por los que iban en el tren, entre ellos el maquinista; empezaron a gritar que eran frailes y había que matarlos, y cuando se disponían a bajar del tren fueron abatidos con tiros a quemarropa. Estos tres dominicos eran el P. José Garrido Francés O.P. (43 años) y los profesos Fray Justo Vicente Martínez O.P. (23 años) y Fray Santiago de Prado Fernández O.P. (29 años). El martirio de los tres ocurrió el 30 de Julio de 1936.

Seguidamente, otros tres dominicos fueron asesinados a la altura de Manzanares; ellos eran los profesos Fray Ricardo López López O.P. (22 años), Fray Paulino Reoyo Garcia O.P. (23 años) y Fray Santiago Aparicio López O.P. (23 años). Estos tres martirios tuvieron lugar el día 8 de Agosto de 1936.

El 14 de Agosto, una nueva horda marxista se presentó en la "prisión" a buscar otro grupo numeroso. El P. Prior trató de abogar por los colegiales más jóvenes, algunos de apenas doce años, alegando que eran meros estudiantes y no religiosos. Los milicianos no se fiaban de las palabras del superior y optaron por hacer su propia selección. Esta vez fueron trece los elegidos para el patíbulo, entre ellos el P. Luis. Los sacaron arrestados de la casa de la calle Bolaños de Almagro, y de ahí salieron del pueblo por la zona de la plaza de toros por un camino solitario para evitar que la localidad conociera su cobardía o se alertara de lo que estaba ocurriendo. Los trece frailes caminaron dos kilómetros con sus rosarios en la mano conscientes de que había llegado el final. Cuando llegaron al lugar apartado elegido por los milicianos, los colocaron en fila efectuando una descarga masiva de tiros sobre ellos. Sus hábitos bancos se tiñeron de rojo cayendo todos en tierra entre gritos de muerte, misericordia y piedad. Uno de los frailes gritó las palabras del Señor en la Cruz: Padre perdónalos por que no saben lo que hacen... Abandonaron allí sus cadáveres hasta que días después unas familias piadosas de Almagro al tener noticia de lo ocurrido fueron, aún exponiendo sus vidas al mismo final, y recogieron con cuidado y cariño los destrozados cuerpos, limpiándolos y llevándolos al cementerio para darles sepultura. Años después se levantaría una cruz para recordar el lugar regado con las sangre de estos discípulos del Señor, buenos y fieles.

Estos trece religiosos eran: el novicio Fray Fernando García de Dios O.P. (20 años); los religiosos profesos Fray Dionisio Pérez García O.P. (24 años), Fray Ovidio Bravo Porras O.P. (28 años) y Fray Arsenio de la Viuda Solla O.P. (56 años).Y nueve sacerdotes profesos, el P. Ángel Marina Álvarez O.P. (46 años) -su nombre encabeza esta causa-, el P. Manuel Fernández-Herba Pereira O.P. (58 años), el P. Antonio Trancho Andrés O.P. (36 años), el P. Natalio Camazón Junquera O.P. (63 años), el P. Eduardo Sáinz Lantarón O.P. (30 años), el P. Pedro López Delgado O.P. (39 años), el P. Francisco Santos Cadierno O.P. (23 años), el P. Sebastián Sainz López O.P. (21 años) y nuestro P. Luis Suárez Valdés O.P. (39 años).

Finalmente, cuatro dominicos que aún permanecían prisioneros en la casa-prisión de Almagro fueron trasladados a Madrid donde estuvieron encarcelados en la "cárcel modelo" primero, y después en la de San Antón. El 28 de Noviembre fueron trasladados a Paracuellos de Jarama donde fueron igualmente martirizados y asesinados. Los cuatro son ya beatos:
El Beato Fray José Delgado Pérez O.P. asesinado el 7 de Noviembre de 1936 (19 años), el Beato Fray José Prieto Fuentes O.P. asesinado el 28 de Noviembre (23 años), el Beato Fray Francisco Fernández Escosura O.P. asesinado el 3 de Diciembre de 1936 (19 años) y el Beato Fray Manuel Santiago Santiago O.P. asesinado el 3 de Diciembre de 1936 (20 años).

Esta historia, por desgracia totalmente real, ha sido retratada fielmente en la película ''Bajo un manto de estrellas'' (2014) de Óscar Parra de Carrizosa. La recomiendo vivamente para todo aquel que quiera adentrarse en la realidad histórica de la Persecución Religiosa de nuestro país en los comienzos del siglo XX. 

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