(Rel.) El que durante dos décadas fue secretario de Benedicto XVI, el arzobispo Georg Gänswein, a manifestado su deseo de que se abra el proceso de beatificación del conocido como “Papa emérito”, desde que en 2013 renunció al pontificado, nueve años antes de su fallecimiento.
Las declaraciones han sido expresadas por Gänswein en una entrevista concedida al canal de televisión K-TV, que dijo: “Yo, personalmente espero, por supuesto, mucho, que se abra un proceso de este tipo”.
Teólogo de la alegría
Lejos de ser una declaración espontánea, el arzobispo, conocedor del pontífice alemán, ha pensado incluso en adjetivos que conceden al pontífice un carisma propio como es el de “teólogo de la alegría”.
“Si la fe no conduce a la alegría, algo no está del todo bien en la vida de fe. Ratzinger, Benedicto XVI, es un teólogo de la alegría”, expresó su exsecretario, que subrayó también la importancia de observar al pontífice con una idea de continuidad en la fe: “No debemos recortar la sustancia; más bien debemos dejarnos formar por el Señor, por la fe de la Iglesia”.
¿Doctor de la Iglesia?
Entre otras declaraciones, Gänswein manifestó también su convicción de que la vida de Benedicto reúne las cualidades necesarias para ser elevado a la categoría de Doctor de la Iglesia por sus aportaciones teológicas, destacando Jesús de Nazaret o Introducción al cristianismo.
El regreso de la misa tradicional
Otra reivindicación del arzobispo en K-TV fue la de regresar a la “sabia regulación” de Benedicto en torno a la misa tradicional, también conocida como rito extraordinario o vetus ordo, cuya vigencia y validez reconoció durante su pontificado con documentos con el Motu proprio Summorum Pontificum.
Ya desde los días previos a la elección del sucesor de Francisco, la cuestión de la liberalización de la misa tradicional o el mantenimiento de su restricción es una de las grandes incógnitas que sobrevuelan el pontificado de León XIV.
No es la primera vez que lo pide
Ya en enero de 2024, Gänswein valoró al “Emérito” como “un Papa humilde, inteligente y creyente” y subrayó que “cuanto más nos ocupamos de su gran producción intelectual, de su escritura, más se descubre la riqueza y la generosidad de su teología, que nutre y nutrirá la vida personal de cada uno que lee a Joseph Ratzinger, al papa Benedicto”.
Por ello, el arzobispo reconoció que es su deseo “y también una firme convicción” que tanto su modelo de vida como su testimonio y todo lo que ha dejado escrito “merecen que se abra el proceso de canonización”. “También la riqueza de su teología, sus escritos teológicos, llevan a la meta de ser nombrado doctor de la Iglesia”, agregó.

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