Celebra la Iglesia católica -y también la Luterana- en este día 31 de enero a San Juan Bosco, patrono de los magos e ilusionistas, escuelas artesanales o de formación profesional, de las imprentas juveniles, y en el Ejército de tierra español del Cuerpo de Especialistas. Este patronazgo es oficial desde el 24 de enero del año 2000 cuando la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos de la Santa Sede así lo notificó al entonces Arzobispo Castrense de España, Monseñor José Manuel Estepa Llaurens. Pero, ¿quién fue San Juan Bosco y qué vinculación tiene con el Cuerpo de Especialistas? Fue un sacerdote italiano con un especial carisma para la juventud; es el fundador de la familia salesiana en sus diferentes ramas: Pía Sociedad Salesiana de Sacerdotes y Religiosos, el Instituto femenino de las Hijas de María Auxiliadora, Asociación de Salesianos Cooperadores para laicos, y otras realidades que han llegado hasta nuestros días como los Oratorios Salesianos, la Asociación de María Auxiliadora, o los grupos de Antiguos Alumnos. Juan Bosco nació en Bechi el 16 de agosto de 1815. Ya de muy niño sintió la vocación sacerdotal y, con apenas nueve años, tuvo un sueño con un patio de colegio donde los niños hablaban vulgarmente y una voz le decía «no con puños, sino con amabilidad vencerás a estos muchachos». Esta frase marcará toda su vida y su apostolado con la juventud como base tanto de la espiritualidad como del sistema educativo salesiano.
Una figura clave tanto en su vida espiritual como en el de futura fundación de los Salesianos fue el Padre Cafasso, quien le salvó en sus años de seminarista de las garras de la herejía Jansenista, así como el que le animó a ver que aquel sueño de la infancia no era una mera casualidad, sino que el Señor quería servirse de él para ganar muchas almas entre los más pequeños y jóvenes. Don Bosco apostó por una teología de la alegría y del optimismo, para ello bebió espiritualmente de los escritos de San Francisco de Sales, a lo que se debió el nombre de "salesianos". También le marcaron San Felipe Neri y San Alfonso María de Ligorio... Fue ordenado sacerdote en 1841 por el arzobispo de Turín Monseñor Franzoni, y celebró su primera misa en el altar del Ángel de la Guarda de la iglesia de San Francisco de Asís en Turín. Su primer destino sería el mismo Turín, donde conviviría con otros sacerdotes jóvenes en el llamado Convitto Eclesiástico -convictorio sacerdotal- para seguir formándose y cuidar los primeros años de ministerio, al tiempo que se profundizaba en teología moral para la confesión y la predicación en el Instituto Pastoral de la ciudad. En esta etapa siendo Don Juan Bosco un jovencísimo sacerdote diocesano quedó tocado en su corazón por la realidad de los niños y jóvenes que eran explotados y maltratados en la dura vida industrial que se iniciaba. Eran muchos los que morían por el escorbuto, o quedaban gravemente enfermos e impedidos para la actividad física de por vida. En esas fechas había en la ciudad más de 7.000 niños menores de diez años trabajando.
Un hecho que decidió a Don Bosco a implicarse definitivamente en ayuda a los niños, fue encontrar al sacristán de la iglesia de San Francisco pegando a un niño por no haber sabido ayudar bien a la misa. Empezó al poco a convocar a los niños de la calle para darles catecismo, algo de merienda y jugar con ellos para conseguir instruirlos. Pronto empezaron las críticas de sus compañeros sacerdotes y de las personas de bien de Turín que les parecía lamentable ver a un sacerdote tratando con niños y jóvenes de los barrios pobres. Así nació el Oratorio de San Francisco de Sales; al principio se reunían en la casa sacerdotal del convictorio, pero ante las quejas del resto de sacerdotes estudiantes tuvo que buscar otro lugar. En pocos meses llegaron a ser 400 los muchachos que acudían al oratorio. Tras pasar por varias ubicaciones provisionales finalmente Don Bosco logró alquilar una casa con finca a las afueras: la Casa Pinardi en Valdocco. Aquí se iniciaron los talleres para enseñar a los pequeños diversos oficios, al tiempo que había ratos para jugar, aprender a leer y escribir, rezar, hacer deporte y la catequesis... Muchos, lo único que comían era cuando acudían a la obra de Don Bosco, y ante la realidad de que tantos dormían en la calle el sacerdote con apoyo de su madre Margarita, abren también un internado en el lugar para los pequeños sin techo.
La obra de San Juan Bosco fue revolucionaria y anticipada a su tiempo, por eso se le considera uno de los mayores educadores del siglo XIX. Pronto se empezaron a abrir nuevos oratorios, y gracias a sus talleres de formación en muy poco tiempo logró colocar a más de 300 jóvenes a trabajar en zapaterías, herrerías, imprentas, carpinterías o sastrerías, consiguiéndoles un trabajo digno y seguro lejos del abuso y la explotación de las fábricas. No olvidemos que pasada la mitad del siglo XIX el repunte nacionalista en Italia provocó una fuerte persecución religiosa cerrando seminarios y casas religiosas. Curiosamente el gobierno siempre respetó los oratorios salesianos conscientes de la impagable promoción social que se llevaba a cabo en ellos con los muchachos marginados. Jóvenes que participaron en los oratorios manifestaron a Don Bosco su deseo de quedarse con él para dar continuidad a su obra; comienza así a los pies de María Auxiliadora el germen de la familia salesiana. El carisma de San Juan Bosco fue tan atrayente que iniciando sus pasos en 1859 sabemos que a su muerte en 1888 eran 773 salesianos y 276 novicios. El crecimiento y expansión de la Congregación fue impresionante para un instituto religioso que aún no tiene ni dos siglos de existencia. En el año 1967 eran en el mundo 22.810 salesianos, siendo en la actualidad según el último dato aportado por el Anuario Pontificio unos 14.018. San Juan Bosco es un modelo claro también para el Cuerpo de Especialistas del Ejército de Tierra Español, en primer lugar por ser la mayoría de éste chicos muy jóvenes cuando inician su andadura en la vida castrense, y especialísimamente por esa vinculación tan directa con la vida del Santo al dedicar tantas horas al aprendizaje de un oficio no sólo para desarrollarse uno como persona, sino contribuyendo al bien de los demás y, en este caso concreto, al bien de la Patria en el servicio a su Ejército.
En el Ejército Español, los especialistas se prepararon antaño en las Escuelas de Formación Profesional del Ejército de Carabanchel (Madrid) y Calatayud (Zaragoza), que después pasaron a llamarse Institutos Politécnicos del Ejército de Tierra, siendo actualmente su sede en Calatayud en la Academia de Logística de Especialistas del Ejército. Aquí hacen verdad que son según su divisa "Peritia Peritis", “maestros de maestros”. No es una realidad cualquiera de las fuerzas armadas, sino de las más elementales, pues sin especialistas que dominen las técnicas de la electricidad y la informática, automoción o armamento, mantenimiento de material o de vehículos, mantenimiento de electrónico o de aeronaves, montadores de equipos o electricistas, telecomunicaciones o soldadura, chapa o electrónica... todos en las diferentes especialidades técnicas que posee el Ejército, en un mundo tan tecnológico y sofisticado, de la tropa a los suboficiales hoy están de fiesta en nuestro Ejército gracia a San Juan Bosco.
El modelo de Don Bosco, tanto en el trabajo con la juventud como en la especialización de un oficio no ha pasado de moda, pero lógicamente la realidad del siglo XIX no es la que vivimos en pleno 2025. Hay quienes consideran que los ciclos de formación profesional como hoy los conocemos en España son en definitiva la versión estatal del modelo salesiano. Los Salesianos están muy al día en esta realidad de la formación, así como de los nuevos modos de trabajar con la juventud; muchísimos laicos, sacerdotes y religiosas acuden a Roma cada año para formarse en el Pontificio Ateneo Salesiano en Catequética, Pastoral Juvenil, Ciencias de la Educación, etc. También en el Ejército los Especialistas de hoy, como los médicos, se ven obligados a estar muy pendientes de las novedades que cada día aparecen en relación a su profesión y que obligan un aprendizaje continuo, a una renovación constante e imparable, sin olvidar la herencia de un pasado glorioso que tiene origen en "Don Bosco"... Como recuerda el himno de especialistas: Servir es su vocación/ mirando siempre al futuro/ ver grande a nuestra nación/ y al pueblo español seguro... Hoy les hemos acompañado en el Acuartelamiento de Cabo Noval donde San Juan Bosco tiene un busto presidiendo su bella capilla en la que celebramos la misa, y depués, al Orden de Parada, el homenaje a los Caídos.
Feliz día del Patrono: Cuerpo de Especialistas ¡Salve! Del Ejército de Tierra ¡Salve!¡Viva España!
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