jueves, 30 de enero de 2025

Los libros litúrgicos del Rito Romano. Por Francisco Torres Ruiz

(In virga virtutis) Queridos lectores, en el artículo de hoy vamos a explicar qué es un libro litúrgico: se trataría de un libro que sirve para una celebración litúrgica y está escrito con vistas a ella. ¿Qué tipos de libros litúrgicos hay? Los principales libros litúrgicos se agrupan en cuatro categorías:

1)Libros para la celebración de la Eucaristía:

a) Libros para el celebrante (sacramentario).

b) Libro de las lecturas (leccionario).

c) Libros para el canto (antifonario).

d) El Misal (libro mixto).

2) Libros para el Oficio Divino:

a)Libros para el canto (salterio, antifonario, himnario).

b)Libros para las oraciones (colectas sálmicas).

c) Libros para las lecturas (bíblicas, patrísticas, hagiográficas, leccionario).

d) El libro para el oficio del capítulo (martirologio, necrológico).

e) El Breviario (libro mixto).

3) Libros para la organización de la liturgia:

a) Ordo

b) Ordinal

c) Ceremonial

4) Libros para los otros sacramentos y ritos:

a) Pontificial

b) Ritual

Estos libros son un medio para la correcta celebración litúrgica. Son un instrumento de trabajo para la ciencia litúrgica que, además, nos ponen en contacto con los cristianos de otras épocas. De momento, solo veremos los que se usan para la celebración de la Santa Misa por ser los más cercanos a nosotros.Los sacramentario

El Sacramentario es un libro que contiene solamente lo del celebrante: la eucología para todo el año litúrgico. ¿Qué es la “eucología”? viene del griego euché =oración, y lógos =discurso. Es el conjunto de oraciones contenidas en un formulario litúrgico, en un libro o, en general, al conjunto de oraciones que a lo largo de los siglos hemos recibido. Veamos los tres fundamentales

1.1. Sacramentario veronense (=SV)

Es una colección de formularios de misas independientes unos de otros. Al inicio fueron usados en la liturgia papal y después modificados para el uso de los presbíteros en las iglesias de Roma. Esta colección contiene elementos no romanos; es un libro muy desordenado y organizado según los meses del año civil; contiene plegarias, oraciones personales y apologéticas. Fue atribuido en su origen a san León magno, aunque esto es muy discutido. Seguramente se compuso entre los ss. V-VI. Son las plegarias más antiguas de la liturgia romana.

1.2. Sacramentario gregoriano (=SGr)

Atribuido al prestigio de san Gregorio magno, se mantuvo como el sacramentario usado por el Papa en la catedral de Roma, san Juan de Letrán y en las solemnes celebraciones. Debió crearse entre el 592 y 595. En los años 785-786 el papa Adriano I manda una copia a Carlomagno, que sufrirá algunas modificaciones.

1.3. Sacramentario gelasiano (=SGe)

Escrito en el periodo de San Gregorio Magno (+604) hasta San Gregorio VII (+1085). Pudo ser compuesto entre el 687 y el 715. Contiene algunas rúbricas, por primera vez. Es un libro para el obispo o para el presbítero que contiene todos los textos necesarios para la Misa, los otros sacramentos, Liturgia de las Horas, Bendiciones, Ordenaciones y otras oraciones; sin embargo, no contiene los textos para otros ministerios: ni lecturas, ni cantos.El leccionario

Es el libro que contiene la palabra divina dispuesta para ser leída y convertirse en Espíritu vivificante. Al principio no existía más libro que las Sagradas Escrituras del A. T. en aquellos volúmenes en forma de rollo o en fragmentos de papiro cosidos por un lado. La lectura seguía el ritual de la sinagoga judía (cf. Lc 4, 16ss): el encargado entregaba el volumen al doctor, el cual leía el texto sagrado empezando por el punto donde había quedado interrumpida en la reunión anterior. Cuando empezaron a circular por las comunidades cristianas los Evangelios y las cartas de los apóstoles, fueron incorporados a la lectura litúrgica y leídas de igual modo que el A.T.

Mas tarde se empezaron a escribir unas anotaciones al margen del texto, en los libros sagrados, para indicar el comienzo y el final de cada lectura, así como el día en que debía tomarse el pasaje señalado. El paso siguiente fue copiar en un volumen distinto de los libros de las Escrituras, la lista de estas anotaciones marginales, pero ordenadas siguiendo el calendario y copiando las primeras palabras y las últimas del texto bíblico correspondiente. Estamos ante una labor de sistematización de las lecturas bíblicas en función del calendario litúrgico, es lo que se denomina lectura temática que comenzó a hacerse desde el s. IV al mismo tiempo que se producían los primeros desarrollos del año litúrgico.

Llegó un momento que para facilitar la tarea del lector se confeccionaron unos libros que contenían el texto completo de las lecturas. Estos libros aparecen a partir del s. VIII y han recibido los más diversos nombres:

Para las lecturas no evangélicas: comes, apostolus, espistolae, etc.
Para los evangelios: evangelium exceptum, evangeliarium, liber evangelii, etc.
Para los que reúnen uno y otro: comes, episolae cum evangelio, lectionarium, etc.

Estos últimos son los que aparecen en nuestros leccionarios de misa.El misal

Con la palabra «misal» se designa una fusión de tres libros litúrgicos: sacramentario, leccionario, antifonario, con añadido del calendario y del Ordinario de la misa, esto es, las partes invariables de la celebración.

El Misal, como libro litúrgico es relativamente moderno en la historia de la Iglesia. Los primeros sacramentarios datan del s. V y se extienden en el tiempo hasta el s. XIV, momento en que son una categoría superada y en su lugar comienzan a usarse los misales.

El Misal, a diferencia de los antiguos sacramentarios, se caracteriza por ser un libro plenario, esto es, un solo libro donde se recogen: el antifonario, el sacramentario, y el leccionario. Esto supuso, por una parte, la reducción de libros para la celebración, con lo cual se facilitó la misma; pero por otra parte, la pérdida tanto de la riqueza eucológica de los mismos como de los espacios y polos celebrativos. Dos misales son los más importantes en la historia litúrgica: el de 1570 y el de 1970. Veamos el primero con más detenimiento:

En el Concilio de Trento, Sesión XXV (1562), se discutió la necesidad de una reforma del misal. Para ello se crea una comisión, presidida por Leonardo Marini. La solución: se deja el proyecto al Papa (papa Pío IV: 1559-1565). Con la muerte del papa Pío IV en 1565, el trabajo pasó al papa San Pio V quien el 14 julio de 1570 promulgaría el nuevo Misal. Después de San Pío V, el Misal recibe todavía pequeñas modificaciones: la de Clemente VIII (1604); la de Urbano VIII (1634); la Benedetto XV (1920). Que supusieron, sobre todo modificaciones rubricales y añadidos de formularios (santoral; 4 prefacios). El papa Pío XII en 1948 inició un proyecto de reforma litúrgica.

Juan XXIII fue el último papa que acometió algunas reformas. Sobre todo, las rúbricas del Misal y del Breviario, en 1960, cuando ya se había anunciado el Concilio Vaticano II, con lo cual existía el propósito de hacer una reforma de las rúbricas del misal, como se ve en la Intrucción Rubricarum Instructum (1960).

Del mismo modo se operó tras el Concilio Vaticano II. Los padres conciliares encargaron al papa la reforma del misal con estos criterios aprobados y recogidos en la Constitución Sacrosanctum

Concilium:
Promover la participación activa
Un enriquecimiento del leccionario
Recuperación de la homilía
Recuperación de la plegaria de los fieles
El uso de la lengua vernácula

De ahí nació el misal que se publicó en 1970 y que tenemos ahora en su tercera edición del año 2002. Fue promulgado por san Pablo VI y revisado por san Juan Pablo II

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