martes, 12 de septiembre de 2023

Machista y reaccionario. Por Manuel González García

Así han tildado tres autoridades civiles (Barbón, Llamedo y Losa) al arzobispo de Oviedo, fray Jesús. No. No les gustó nada lo que Sanz Montes dijo en el contexto que le es propio, el de una homilía dentro de una celebración eucarística. ¿Con qué oídos escucharon al Arzobispo? Yo, que no estaba allí, me propuse leer con atención y serenidad el texto y concluyo que estas afirmaciones de "machista" y "reaccionario" son fruto de personas con escaso rigor intelectual, personas que hablan desde la parcialidad, personas partidistas. Prefiero pensar eso que concluir que son personas que -siendo autoridades y representando a toda la ciudadanía- faltan voluntariamente a la verdad, personas que insultan con mala voluntad.

Cualquiera que lea el texto de la homilía podrá constatar que, con mayor o menor fortuna -eso es discutible- dada la peculiar forma de expresión literaria del Arzobispo, don Jesús expone estas dos verdades. La primera es de puro sentido común. A poco que se reflexione, todos tenemos la íntima convicción de que es así: el beso de un señor a una señora, un beso robado, forzado y totalmente reprobable -añadido a una actitud del autor absolutamente impresentable por babosa y maleducada-, sirvió, está sirviendo y servirá de cortina de humo para velar u ocultar otros gravísimos problemas que están causando y causarán infinitamente más perjuicio y daño a las personas de nuestra sociedad. La desmesura acordada a tal procacidad (y solo a ella) resulta palmariamente grotesca. Yo, como el Arzobispo, suscribo que cuando un beso, por más que sea ultrajante y abyecto, pasa a ser el epítome de todos los males y crímenes que acechan a nuestra sociedad es que o nos están distrayendo, o peor aún, nos están engañando... queriendo que malévolamente se cumpla entre nosotros aquel proverbio que dice: "Cuando el sabio señala la luna, el necio solo mira el dedo". ¡No se habla ni se piensa en otra cosa! La segunda verdad que expone el Arzobispo a sus fieles es que la verdadera ecología comienza por respetar, proteger y promover la vida desde su comienzo hasta su término. Una verdad que, indiscutiblemente, constituye la entraña misma del Evangelio, una verdad que es "buena noticia" para cualquier persona de buena voluntad. ¿Molesta esa verdad? Parece ser que sí. Barbón, Llamedo y Losa, nuestras autoridades, se muestran ofendidos y no tienen reparo, ellos, tan tolerantes, en tildar al Arzobispo sin ambages de reaccionario y machista.

Me molesta sobremanera que, además, Barbón invoque en su sinrazón a don Gabino, tan querido por todos. Está muy equivocado y, además, lo sabe. Don Gabino puede que le resulte una personalidad más atractiva. Lo mismo suelen decir distintos miembros del Gobierno sobre el Papa Francisco. Jamás llamarían a don Gabino ni al Papa Francisco reaccionarios ni machistas, pero ambos defendieron y defienden exactamente la misma verdad gozosa del Evangelio: que la vida es un don de Dios y hay que cuidarla con infinito esmero. Por otra parte, la señora Losa invita al señor Arzobispo a nada menos que a dejar los hábitos y capitanear un partido político. Yo la invitaría a "dejarlo todo" y postularse como arzobispa y así, en la basílica de Covadonga, el próximo septiembre podría pronunciar homilías a su gusto, homilías guais. Yo prometo, desde ya, asistir a toda la novena.

Don Jesús, permítame una corrección fraterna (del Evangelio de hoy, domingo). Cuide usted ese estilo poético que intenta dar a sus homilías. Yo aprecio su esfuerzo por crear textos bellos, pero a veces ciertas licencias literarias, ante oídos hipersensibles, pueden malbaratar sus mejores intenciones. En todo caso, usted a lo suyo, es decir, al Evangelio que invita a seguir a Aquel que es camino, verdad y vida. Y no espere que lo aplaudan. Sabe bien que lo crucificarán, como al Maestro.

Carta al director - Lne - 11/09/2023

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